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Una lección para Brasil: la camiseta sola no gana un Mundial

Brasil confió que la camiseta, la hinchada y un himno cantado con sentimiento por decenas de miles podían hacer el trabajo solos. Y quedó cuarta, tras otra goleada 3-0 frente a Holanda este sábado.

12 de julio de 2014 Por: AFP

Brasil confió que la camiseta, la hinchada y un himno cantado con sentimiento por decenas de miles podían hacer el trabajo solos. Y quedó cuarta, tras otra goleada 3-0 frente a Holanda este sábado.

Brasil entendió que con el peso de su camiseta no se gana el Mundial, ni siquiera en su casa. Lo aprendió de la peor manera, con goleadas humillantes ante la presencia de sus hinchas. Un borrón y cuenta nueva es difícil, pero una reforma es necesaria. La Copa del Mundo regresaba a Brasil 64 años después de haber acogido la primera, era la oportunidad de acabar de una vez por todas con el trauma del Maracanazo. No pasó. Al fantasma de 1950 se le unió un monstruo de siete cabezas llamado Mineirazo, nacido de la goleada histórica 7-1 sufrida ante Alemania en semifinales. Fue un equipo que entrenó poco, que carecía de grandes figuras y también de un trabajo colectivo compacto, que se mostró en el campo previsible y no evolucionó como otros. Dependía totalmente de su astro Neymar, que terminó quedando fuera del torneo por lesión. Brasil confió que la camiseta, la hinchada y un himno cantado con sentimiento por decenas de miles podían hacer el trabajo solos. Y quedó cuarta, tras otra goleada 3-0 frente a Holanda este sábado. En "su" Mundial consiguió con sufrimiento tres victorias -Croacia (3-1 con ayuda del árbitro) , Camerún (4-1 frente a una selección disminuida) y Colombia (2-1 sudado) -, y dos empates México (0-0) y Chile (1-1, definido en penales). Las dos derrotas, ambas por goleada, fueron los únicos partidos que el astro Neymar no jugó, aunque sin ayuda de un equipo armado tampoco hubiera hecho la diferencia. TropiezosDespués del fracaso de Sudáfrica, donde Brasil cayó en cuartos de final, comenzó una reforma profunda del equipo, que comenzó Mano Menezes y continuó Luiz Felipe Scolari, artífice del pentacampeonato brasileño en 2002 y ganador de la Copa Confederaciones en 2013 con la base del equipo que disputó el Mundial en Brasil.Sólo que este equipo no mostró ni una pizca del de la Confederaciones, que dicho sea de paso era un torneo menos difícil. La presión de ser anfitrión en el Mundial también pasó factura (aunque los jugadores lo negaran siempre).Felipao se empeñó en repetir el mismo equipo ineficiente, una y otra vez, a pesar de las victorias sudadas, de las fallas graves en los laterales -Marcelo y Dani Alves dejaban básicamente avenidas para los rivales- y en el mediocampo. El ataque dependía totalmente de Neymar, que se lanzó el equipo encima sobre todo en la primera fase. Fred tuvo una actuación apagada en parte porque la pelota tampoco le llegaba al área. Pero Scolari se negó a cambiar su esquema táctico -descifrado y neutralizado casi siempre por el rival-, y durante los partidos hizo sustituciones que tenían poco o ningún efecto en el juego. Ni siquiera frente a Alemania cambió y simplemente decidió sustituir a Neymar por Bernard, un atacante joven y sin experiencia que juega en Ucrania. Ese fue un partido en el que todo le salió mal a la Seleçao. Los entrenamientos eran pocos y con muy baja presión, casi nunca cerrados a la prensa. Largos descansos -hasta tres días sin tocar el balón- y disminución de la carga de ejercicios, sobre todo para los titulares, bajo la excusa de "preservar" a los jugadores. "No hicimos una buena campaña. Demostramos un fútbol regular", admitió el astro Neymar, que salió precozmente del torneo por una factura en una vértebra lumbar en el partido de cuartos de final ante Colombia. El futuro¿Debe seguir el entrenador Luiz Felipe Scolari después del Mundial? "Si es por mí, se queda", declaró el presidente electo de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Marco Polo Del Nero, en una entrevista con el diario O Estado de Sao Paulo, después de la semifinal. "Lo importante es que el trabajo fue bien hecho. La campaña y la preparación fueron buenas, la base existe", dijo Del Nero. La selección brasileña llegó a Brasil 2014 sin experiencia mundialista, sólo seis de sus integrantes jugaron antes en una Copa del Mundo. Scolari, que dijo que iría "hasta el infierno" con sus jugadores, declaró después que si pudiera volver atrás cambiaría a uno de los convocados. Unos 10 jugadores podrán jugar el Mundial de Rusia 2018 si son tenidos en cuenta. Después del Mundial, Brasil enfrentará a Colombia y Ecuador en amistosos en Estados Unidos (5 y 8 de septiembre, respectivamente) , a Argentina en Pekín (11/10) y a Turquía en Estambul (12/11). En el futuro de la Seleçao está además la Copa América de 2015 -nada fácil con Colombia y Chile crecidos- y los Juegos Olímpicos de 2016, una nueva oportunidad de ganar un título -inédito para Brasil- en casa. El trabajo debe comenzar de inmediato.

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