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Selección Colombia de voleibol, protagonista en los Juegos Panamericanos de Lima 2019. | Foto: Colprensa-Cortesía COC

VOLEIBOL

Tras la histórica actuación en Juegos Panamericanos, ¿puede el voleibol seguir creciendo?

Logros recientes ilusionan con Juegos Olímpicos. Así se maneja este deporte en Colombia.

20 de agosto de 2019 Por: Alejandro Cabra Hernández - Reportero de El País

Margarita Martínez, Camila Gómez, Amanda Coneo y María Alejandra Marín son algunos de los nombres que aparecieron en la parrilla de los deportes en Colombia hace un par de semanas.

Las mencionadas son las figuras de la Selección Colombia de voleibol femenino que hizo historia en los Juegos Panamericanos al conseguir la medalla de plata en la modalidad de mayores.

Quien estuvo detrás del logro, el entrenador brasilero Antonio Rizola, confía plenamente en el crecimiento del voleibol colombiano. Sin embargo, es consciente de que las condiciones en las que se desarrollan los grandes talentos del ‘voley’ no son las mejores, pues el apoyo de la empresa privada es poco y las obligaciones corren por cuenta de entidades públicas: el Ministerio del Deporte, la Federación y los institutos departamentales para la recreación y deporte.

En Colombia no hay una Liga profesional, por lo que los jugadores que entrenan en los clubes pertenecientes a cada liga departamental suelen acceder solamente a un torneo competitivo a nivel nacional.
Se trata del certamen nacional, que se disputa en cinco categorías y en las ramas masculina y femenina.

Según Andrés Mauricio Martínez, presidente de la Liga Vallecaucana de Voleibol, en el mejor de los casos, algunos de los jugadores son ‘acelerados’ y pueden disputar los torneos nacionales en distintas categorías.

Sin duda, el fogueo no es suficiente, tanto para hombres como para mujeres voleibolistas. Entonces, ¿cómo hacen algunos departamentos para formar algunos grandes talentos?

En el caso del Valle del Cauca existe el ‘volitel’, un hotel en donde la Liga del departamento aloja a jugadores de distintos municipios, corriendo con los gastos de hospedaje, para que los jugadores entrenen al menos seis de los siete días de la semana.

Los fondos para sostener dicho proyecto los pone la Gobernación del Valle del Cauca por intermedio de Indervalle. “Sin embargo, este año Indervalle enfocó sus fondos en los Juegos Nacionales y no les pudo brindar a muchas Ligas el apoyo necesario”, señala Martínez.

Además de la participación en certámenes nacionales, hay algunas Ligas que organizan torneos interclubes a nivel regional, como la del Valle.
No obstante, Martínez señala que el interclubes es un buen fogueo para la mayoría de las categorías, menos para la absoluta.

De ahí que la esperanza de muchos jugadores para triunfar sea llegar a ligas profesionales como las de Turquía, Brasil, Italia o Chipre. Es realmente la única forma de tener competencias de alto nivel de manera frecuente.

La Liga, un sueño que parece lejos de materializarse
El entrenador Antonio Rizola le comentó a El País cuáles son las principales diferencias de la estructura del voleibol colombiano con respecto a países potencias en este deporte.

“Las ligas en otros países son organizadas por las federaciones, pero son privadas en el sentido de que los patrocinadores lo son. La federación italiana y la turca reglamentan el campeonato de su país, pero quien lo mantiene son los privados”.

Según Rizola, la gran diferencia está en que en los países mencionados existen empresas privadas dispuestas a invertir en el deporte, pues están seguras del poder mediático de la disciplina.

“En Colombia son las instituciones gubernamentales, el Comité Olímpico, la Federación y el Ministerio del Deporte las que corren con los gastos. Hacen un gran esfuerzo, pero eso es realmente poco para lo que se necesite”, agrega.

El estratega brasilero no ve el sueño de una Liga muy lejos. “Muchas veces las personas no tienen la capacidad de imaginarse cómo funcionaría una Liga, pero yo tengo el conocimiento y les puedo ayudar”, comenta.

La creación de una Liga haría posible que talentos como el de Camila Gómez, que se desempeña en el voleibol universitario de Estados Unidos, pudiera mantenerse en el país para crecer profesionalmente.

Gómez, líbero de la Selección y del registro del Valle del Cauca, reconoce que en la Selección se viene haciendo un gran trabajo. Llegó a vestirse con la tricolor gracias a que los entrenadores vieron su gran desempeño con el combinado del departamento.

Sin embargo, la actividad que tenía en la Liga del Valle, a pesar de entrenar todo el año, no era lo suficientemente competitiva para prepararla para grandes retos.

María Alejandra Marín, líbero de la Selección y quien se desempeña en el Curitiba de la Liga brasileña, siente que es en esos casos en los que se hace necesaria una Liga profesional.

“No puede ser que quienes no jueguen en el exterior solo tengan un torneo al año, eso impide generar nuevos talentos”, sentencia.

Marín, oriunda de Cartagena, acota que no se puede dejar pasar el “gran momento voleibolístico por el que pasa Colombia. Ahora no solo vamos a asistir a los grandes eventos, sino que vamos a competir”.

Ana Karina Olaya y Valerín Carabalí, de 16 y 19 años, respectivamente, son dos de las jugadoras más jóvenes de un seleccionado cuya atleta más experimentada tiene 25.

Ambas son vallecaucanas y tienen la oportunidad de foguearse con las mejores de la generación. Son ellas, por ejemplo, quienes más se verían beneficiadas con una Liga profesional.

“Digamos que la brecha entre ellas y el resto de sus compañeras de la Selección no es tan grande, pero porque van a la Selección. Las demás integrantes de las ligas sí están en desventaja”, comenta el DT Rizola.

¿El voley masculino sufre?
Juan Camilo Ambuila, capitán de la Selección Colombia masculina, se alegra por los logros que consigue la Selección femenina, pero reclama un mayor apoyo al equipo que representa.

“Nosotros fuimos plata en los Centroamericanos, los primeros en la historia al igual que el femenino. Ni siquiera pudimos ir al repechaje a Juegos Panamericanos porque no había fondos”, sentencia.

Ambuila considera merecido todo lo que le pasa a la selección femenina. “Han tenido un proceso muy largo. El sacrificio que han hecho con sus familias ha sido muy grande”.

Para Juan Camilo, la principal diferencia es que al femenino se le ha respetado el proceso.

“Nosotros cada año tenemos un entrenador diferente. Estamos frente a una oportunidad histórica de ir a Tokio 2020 en el Preolímpico, pero la verdad es que no vemos un esfuerzo por llamar a los mejores jugadores y conseguir ese sueño”, concluye.

Lo cierto es que el voleibol colombiano cosecha éxitos ‘con las uñas’.

En detalle
El próximo reto de la Selección Colombia de voleibol femenino es el Campeonato Suramericano, que se realizará en Cajamarca, Perú, del 28 de agosto al 1 septiembre de 2019.

Allí, Colombia integrará el grupo del local Perú, Bolivia y Uruguay.
Los cuatro mejores equipos de dicha competencia se clasificarán al Preolímpico.

El Preolímpico, a realizarse en enero del año que viene, se pretende que sea en Colombia y Cali es una de las posibles sedes.

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