El pais
SUSCRÍBETE

Se secó la semilla de los porteros

El Valle del cauca dejó de ser la cuna de los porteros más destacados del fútbol colombiano, luego de los pasos de Miguel Calero, Óscar Córdoba y Farid Mondragón.

6 de septiembre de 2010 Por: HÉCTOR FABIO GRUESSO - Afición El País

El Valle del cauca dejó de ser la cuna de los porteros más destacados del fútbol colombiano, luego de los pasos de Miguel Calero, Óscar Córdoba y Farid Mondragón.

El Valle del cauca dejó de ser la cuna de los porteros más destacados del fútbol colombiano, luego de los pasos de Miguel Calero, Óscar Córdoba y Farid Mondragón.La labor de formar hombres para soportar estoicamente los sinsabores del fútbol y contener las celebraciones, ha perdido el molde en el Valle del Cauca, tierra antes encumbrada como la cuna de los mejores porteros colombianos.La falta de convicción hacia los porteros. Las variantes en los métodos de entrenamiento. La reducida talla de los actuales y la prisa de los promisorios cuidapalos por ser titulares, son algunas de las justificaciones que han marchitado las otrora fecundas semillas que brotaban de la ‘Sultana del Valle’ y sus alrededores, y que para algunos fue un fruto generacional.“Los arqueros de ahora no tienen paciencia. Si un portero que apenas comienza no es suplente en poco tiempo, ya se quiere ir del Cali”, reconoció el ex portero y entrenador de arqueros del Cali Jorge Rayo, quien evocó: “Cuando yo debuté era el cuarto portero, pero una vez a Pedro Zape lo suspendieron por pegarle a un árbitro, a Carlos Valencia se lo llevaron a la Selección y Héctor Castro se lesionó, entonces me dieron la oportunidad y me mantuve”.El ideal de alcanzar una condición semejante a la de los porteros internacionales que le daban realce al fútbol nacional, rebasaba de motivación a muchos juveniles porteros y los motivaba a disfrutar placenteros de los entrenamientos. “Farid (Mondragón), Óscar (Córdoba) y Calero (Miguel) son de la Sarmiento, y en los entrenamientos les mandábamos unos ‘misiles’ desde todos los sectores de la cancha para que tuvieran reacción”, comenta el ex jugador del Cali y entrenador de la Sarmiento Lora, Mario Desiderio.Eran los tiempos en los que los porteros eran conscientes de que la fila por llegar a la titular era larga, al tiempo que los entrenadores esperaban pacientes sus evoluciones.“A Miguel Calero lo trajimos a prueba desde Ginebra. Llegó a la categoría prejuvenil y con el profesor López Fretes lo hicimos debutar en un preliminar en el 'Pascual Guerrero'. Ese día perdimos 3-0 y a Miguel le hicieron dos goles por la ‘galleta’. Entonces pensamos devolverlo a pie a Ginebra o al Festival ‘Mono Núñez’ (risas), pero terminamos llenándolo de confianza”, rememora Desiderio.Tras la despedida de Pedro Antonio Zape —caucano formado en el Valle— de la actividad profesional y la irrupción de Rayo, Córdoba, Calero y Mondragón, el fútbol vallecaucano no ha vuelto a brindar cuidapalos de superlativas condiciones. “Los porteros de ahora no tienen el biotipo de los de antes y las escuelas de formación hemos tenido dificultades en esa posición. Carlos Portela (Q.E.P.D.) decía que el portero tenía que dormir con el balón, y los entrenamientos diarios consistían en lanzarles 250 balones a un solo arquero”, sostiene el coordinador del Deportivo Cali Sanín, Prudencio Viveros.Mientras tanto, el director de las divisiones menores del Cali, Carlos Julián Burbano afirma: “La camada de Córdoba, Calero y Mondragón se dio de seguido y fue algo generacional”.Carlos ‘Peto’ Rodríguez (Junior), Álvaro Solís (Real Cartagena), Alejandro Otero (Quindío) y Carlos Barahona (Cortuluá) son los porteros titulares en el fútbol nacional, con la salvedad de que Nelson Ramos (América) y Bréiner Castillo, son nacidos en Popayán y Barbacoas, Nariño, pero formados en el Cali, equipo en el cual no tuvieron consolidación.“Los equipos grandes en Colombia siempre tienen la intención de tener arqueros extranjeros y eso hace que la carrera de uno no progrese”, reconoce el portero americano Nelson Ramos, quien añadió: “Cuando yo llegué al Deportivo Cali era el cuarto arquero, ya que estaban Rafael Dudamel, Rolando Vargas y Bréiner Castillo. Después llevaron a Darío Sala y a Leo Fernández”.Posición similar argumenta el ex arquero del Cali y entrenador en la misma posición Carlos ‘Tribilín’ Valencia: “Un portero para un equipo profesional debe tener entre 1,83 y 1,85 de estatura, pero siento que no se le está dando la oportunidad a los muchachos, aunque me parece que las personas que trabajan con los porteros están capacitadas para hacerlo, como lo son Eduardo Niño en el Deportivo Cali y Otoniel Quintana en el América”.Juan Pablo Ramírez, vallecaucano, quien arrastra una compleja lesión desde hace cerca de dos años, fue el cuidapalos del Cali en su último título (2005), mientras que América no logra un título nacional con un portero de la región desde el 2000, cuando tuvo a Diego Gómez.“No estoy en contra de que traigan porteros extranjeros, siempre y cuando sean mejores que los que hay en Colombia”, sostiene Mondragón.La semilla de los cuidapalos vallecaucanos requiere que vuelvan a brotar hombre de fecundas carreras que le den lustre al fútbol nacional.Deportivo Cali tendría Escuela de porterosDanilo Girón, miembro del Comité de Divisiones Menores del Deportivo Cali presentará en los próximos días un proyecto que consiste en recuperar los baluartes porteros. “Tenemos el propósito de crear una escuela de porteros en los municipios de Guacarí, Ginebra y El Cerrito, que han sido cuna de porteros”, sostuvo Girón.El proyecto sería en asocio con el portero del Pachuca mexicano Miguel Calero, quien había manifestado dicho deseo desde hace varios años. “No se ha hablado de la parte económica ni de recursos humanos”, añadió Girón, al tiempo que comentó: “La idea es establecer un plano deportivo del Valle y buscar talentos, como se está haciendo en la Costa Atlántica con Garizábalo (Agustín)”.

AHORA EN Deportes