Ryan Giggs dirige a su Manchester United antes de lo que esperaba

El veterano futbolista reemplazó a David Moyes en el conjunto inglés y por ahora es el técnico interino.

En apenas una semana, y tras la destitución de David Moyes, Ryan Giggs, de 40 años, ha pasado de ser jugador del Manchester United a dirigirlo, y este sábado afronta su primer partido ante el Norwich City (17º) . El jugador galés, el más laureado de la liga inglesa y el que más partidos disputó con la camiseta del United, recibirá con toda seguridad el apoyo incondicional que la hinchada le regateó a Moyes, pero no deja de ser un salto a lo desconocido. Un salto para el que Giggs había ido preparándose y que, de momento, es interino.El galés estaba estudiando para obtener la licencia UEFA Pro --el título europeo de entrenador más importante -- y y ya formaba parte del equipo técnico de Moyes. El que fue su compañero en el Manchester, Ole Gunnar Solskjaer, actual entrenador del Cardiff City, reveló el año pasado que el centrocampista aspiraba al banquillo de Old Trafford, entonces ocupado por Alex Ferguson. "Giggsy tiene la vista puesta en ese trabajo. Tiene el máximo potencial" , afirmó Solskjaer. "Jugará un año más, pero diría que ahora presta mucha más atención a lo que hace el entrenador" , añadió el noruego. Rene Meulensteen, que fue ayudante técnico en el United, cree que posee todas las aptitudes para triunfar. "Sin ninguna duda, Giggs puede ser director técnico. Tiene un gran conocimiento del juego", dijo el holandés al diario Daily Telegraph."Piensa bien. Es muy listo. Es duro. Créeme, Giggs es duro. Puede manejar el estrés y la prensa fácilmente". Giggs no ha anunciado todavía si alternara el banquillo con el terreno de juego. Esta temporada participó en 21 partidos, siendo titular sólo en cuatro, y sin haber marcado todavía un gol que aumentaría su leyenda: habría marcado al menos uno en veinticuatro temporadas consecutivas en la Premier League. - "Simplemente increíble" - Con 34 partidos de media jugados en las cuatro temporadas anteriores a ésta, se dijo que Giggs no jugaba tanto con Moyes porque se habían peleado. "No tengo problemas con el preparador" , respondió, desmintiéndolo. En alguna ocasión pudo demostrar su magisterio, como en la victoria 3-0 ante el Olympiakos griego en octavos de final de la Champions League que sirvió para remontar el 2-0 de la ida. "¿Qué más puede decirse de él?" , dijo admirado su compañero de equipo Michael Carrick. "Es increíble. Aparecer en un partido así, sin apenas haber jugado. Ser físicamente capaz de aguantarlo dice mucho de lo bien que se cuida" , añadió el que ahora es su pupilo. Sin embargo, en la ida de los cuartos de final ante el Bayern Múnich jugó sólo media parte. Con su contrato a punto de acabar al final de la temporada, ya se hablaba de su retirada. "Sólo trato de disfrutar esta temporada y al final haré balance y decidiré qué hago", explicó. Logre lo que logre desde el banquillo en los cuatro partidos que quedan de temporada -con el Manchester séptimo en la Liga y eliminado de la Copa y la Champions League-, Giggs dejará un legado insuperable en Old Trafford. Sus 962 partidos no serán probablemente superados dentro de poco, y algunos de sus goles quedarán en la memoria de los aficionados, como el que marcó en 1999 al Arsenal arrancando desde el centro de la cancha en unas semifinales de Copa. Azote de los laterales derechos cuando irrumpió en escena en 1990, Giggs ha pasado de ser un veloz extremo a un fino centrocampista, una posición menos exigente físicamente. Atribuye su longevidad como jugador al descubrimiento del yoga y su interés en el lado científico del deporte sugiere una atención al detalle que le servirá como entrenador. A los hinchas les apenará que Giggs pudo haber jugado su último partido sin que ellos -ni él- lo supieran, pero empieza una nueva etapa que no es más que la prolongación de la lealtad del jugador a los "Red Devils" .