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Patinadoras que valen oro y plata en Juegos Nacionales

Viviana Osorio y María Camila Restrepo, de Cali, hicieron el uno-dos en patinaje artístico, modalidad de danzas, en los Juegos Nacionales en Cúcuta. Daniella Restrepo fue campeona en figuras.

3 de febrero de 2017 Por: Redacción de El País

Viviana Osorio y María Camila Restrepo, de Cali, hicieron el uno-dos en patinaje artístico, modalidad de danzas, en los Juegos Nacionales en Cúcuta. Daniella Restrepo fue campeona en figuras.

Cambiar a Tchaikovsky por un mapalé de Totó La Momposina y a Beethoven por Richie Ray & Bobby Cruz no se les puede ocurrir sino a dos caleñas talentosas y ganadoras.Viviana Osorio Álvarez y María Camila Restrepo Gallardo llegaron del Campeonato Mundial de Nueva Zelanda, donde fueron sexta y octava respectivamente, para hacer el oro y plata para el Valle en los Juegos Nacionales, en Cúcuta, en patinaje artístico, modalidad de danza, bailando literalmente mapalé y salsa sobre ruedas.Allí sorprendieron a jueces, deportistas y público en general con su destreza para llevar el compás de sus coreografías de tan agitados ritmos sobre patines.No podía ser de otra manera para Viviana, hija del atleta Carlos Fernando Osorio, un fanático del deporte que al año de nacida ya la tenía matriculada en natación, a los 2 la tenía montada en una bicicleta y luego la rotó por gimnasia, basquetbol, tenis, baile y patinaje de carreras.Sin embargo, un día la pequeña se asomó por curiosidad al entrenamiento de patinaje artístico y quedó fascinada con los vestidos, los peinados, el maquillaje.Pero paradójicamente, él se opuso a que se cambiara: quería verla en un deporte de marcas. Solo tenía 9 años, pero insistió y a los 12 Viviana se pudo dedicar en forma a esta disciplina que une sus dos pasiones: la preparación física que exige y la destreza artística y sensibilidad para el baile. Su prueba más difícil fue la muerte del entrenador del Valle Juan Carlos Hidalgo, en 2008. Estaban a tres meses de los Juegos Nacionales y el compromiso de obtener dos oros para el Valle, como su maestro lo soñaba, la llevaron a superar la tristeza para responder con podio dorado.Desde entonces le tocó viajar cada 15 días a Bogotá y más que todo a Medellín, a entrenar “con quien me quisiera ayudar”. Y siempre tuvo el apoyo total de Indervalle y de la Liga de Patinaje del Valle.Este año, Viviana quiso ir al Mundial de Nueva Zelanda con una propuesta novedosa. O revolucionaria, dice ella: romper con la tradición de la música clásica de fondo en el montaje coreográfico. Y ella que creció a golpe de folclor, no pierde Petronio, heredó el sabor africano de su padre —nacido en Buenaventura— y soñaba con un ritmo típico de su país como el mapalé.Sin embargo, pensó que era una idea loca y por temor de que nadie entendiera el mapalé en tierras lejanas se decidió por el flamenco. Pero cuando el montaje ya estaba listo y regresó a Cali, el entusiasmo le duró tres días. Los tambores africanos le seguían retumbando en su alma y no la dejaban dormir. Llamó a su entrenador Óscar Rivera y le dijo que descartaba el zapateo andaluz y se iba con El Mapalé, de Totó La Momposina. Así le tocara volver a Medellín y empezar de cero.En marzo la Liga Vallecaucana de Patinaje contrató los técnicos argentinos Pedro Romero y Enrique Demata. Este último sabía de mapalé lo que Viviana sabe de chacarera o zamba gaucha. Eso lo llevó a investigar y así él le aportó elementos nativos importantes para la coreografía.Con ese ritmo frenético y alegre fue campeona suramericana y sexta el pasado octubre en el Mundial de Nueva Zelanda entre patinadoras de 18 países. Y no podía ser la excepción en los Juegos Nacionales en Cúcuta: Viviana fue la única con puntajes superiores a 9 de todos los jueces. La deportista es alumna de último semestre de administración de empresas de la Universidad Javeriana, donde tiene beca compartida entre Indervalle y Carvajal, donde trabaja su padre. “La ayuda de la Javeriana ha sido al 100%; este semestre hubiese tenido que elegir entre graduarme o competir; pero el apoyo de los directivos, profesores y de la institución ha sido fundamental para estos logros”, dice Viviana, quien se bajó del avión a desatrasarse y cumplir sus compromisos académicos.También destaca la ayuda de su mamá, Fabiola Álvarez, que corre detrás de ella con el vestuario y el maquillaje. Hasta se hizo modista solo para confeccionarle las trusas. “La primera le quedó horrible, la segunda fea, la tercera regular, pero ahora todas le quedan divinas y son mi amuleto de la buena suerte”, dice.Otra persona clave en su carrera es su preparador físico, Andrés Felipe López, quien también es su novio... mientras no están en las rutinas de preparación física. “Él ha sido muy importante en la planeación deportiva para ganar resistencia y fuerza; es estricto, algo vital para lograr resultados”, dice.Similar actuación tuvo la caleña María Camila Restrepo, quien a sus 21 años se colgó la medalla de plata en el mismo deporte y modalidad que Viviana en los Juegos Nacionales de Cúcuta bailando un mix de Richie Ray, intercalado con la balada Te Busco, de Celia Cruz.La joven, de 21 años, llegó hace 17 al patinaje de la mano de su hermana mayor, Daniella Restrepo. Amante de la salsa total, deseaba montar una coreografía salsera, pero su estado físico no se lo permitía.Pero desde que llegaron los técnicos argentinos, la preparación fue exigente y ella tomó nivel para ponerle velocidad y ritmo a ese Jala Jala y ese Sonido Bestial, esa música que siente, le gusta y aprendió a bailar desde niña. “Patinar con salsa —o rumbear en patines— es más difícil que bailar normal porque hay desplazamientos, coordinando con la expresión del rostro y del resto del cuerpo, pero igual lo disfruto”, explica. Sin embargo, como la presentación dura 2:40 minutos, fue necesario buscar un contraste y ningún intermedio mejor que esa balada romántica en la voz de Celia Cruz, que a ella le parece de una letra muy bonita y con mucho sentimiento. Ese show encantó en Nueva Zelanda, donde se clasificó octava y el público la admiró, la aplaudió y al que le llamó mucho la atención.Aun así, aunque había hecho coreografías de rock and roll, charleston, samba brasilera y hasta una canción de Jennifer López, sintió nervios de la responsabilidad de representar al Valle por primera vez en Juegos Nacionales.María Camila no habla mucho de sacrificio, pero sí de esfuerzo para ser deportista de alto rendimiento y buena estudiante de 6° semestre de sicología en la Universidad Icesi. “Tengo mucho que agradecer a la Icesi, porque me dio permiso para ausentarme un mes por el Mundial, vine a estudiar 15 días y me volví a ir a Cúcuta”, dice la subcampeona.PerfilesViviana Osorio es además profesora de una escuela de patinaje y de su propia academia de ese deporte, que lleva su nombre.Fue campeona Panamericana en 2011, patinando con un mix de salsa, que incluía un ran can can y Conga, de Gloria Stefan.La patinadora, hoy de 23 años, también fue campeona nacional en 2008.María Camila Restrepo obtuvo su primera medalla a los 7 años en un Nacional Interclubes.En 2010 logró el bronce en Juegos Suramericanos. Y acaba de ser octava en el Mundial y subcampeona en Juegos Nacionales de Cúcuta.Voces* "A mi novio y preparador físico, a todo lo que exige, tengo que decir ‘sí señor’ y con mucho respeto porque tiene mucha experiencia y campeones formados”.Viviana Osorio, Campeona Nacional de Patinaje Artístico.* "Desde que llegaron los técnicos argentinos, el Valle volvió a brillar en competencias, dado su nivel de exigencia y conocimiento en patinaje artístico”.María Camila Restrepo, Subcampeona en patinaje artístico.Daniella Restrepo, la figura del oroOtra deportista que le dio medalla de oro al Valle del Cauca en patinaje artístico, en la modalidad de figuras, en Cúcuta, fue Daniella Restrepo Gallardo, hermana mayor de María Camila, subcampeona en la modalidad de danzas.Daniella llegó a las pistas de patinaje por despistada. Sí, la terapeuta ocupacional les recomendó a sus padres, César Restrepo y María del Socorro Gallardo, vincularla a alguna práctica deportiva para mejorar la concentración. Y ella pidió patinaje, porque desde que apenas caminaba le llamaba mucho la atención ver a las niñas patinar en la calle. Guiada por Juan Carlos Hidalgo y Mario López, muy pronto se inclinó por las modalidades de danzas y de figuras. El patinaje de carreras le parecía muy brusco: los empujones, las caídas, los raspones... Ella prefería algo más delicado. En 2003 ingresó a la Selección Valle y a los 12 años representó a su departamento en su primer Suramericano, en Chile. En los pasados Juegos Deportivos Nacionales de 2008, en Cali, fue segunda en la modalidad de danza y tercera en la categoría de figuras.Por obvias razones, a su lado comenzó a practicar también este deporte su hermana menor, María Camila. Desde entonces siempre han compartido todo: su hogar y su familia, sus estudios en el Liceo Benalcázar, los entrenamientos, los viajes y las competencias, el diseño de los vestuarios y hasta la universidad. Ambas estudian en la Icesi, pero Daniella hace incluso dos carreras que está a un semestre de culminar: Economía y Negocios, y Contaduría y Finanzas. Toda una vida unida por los patines. Tanto es la camaradería, que ambas estaban clasificadas al pasado Mundial de Nueva Zelanda en octubre pasado, pero solo había pasaje para una deportista. Daniella prefirió entonces abrirle espacio a María Camila. “Les dije a los directivos de la Liga que hicieran todo el esfuerzo por mi hermana, porque este era su primer mundial, mientras que yo ya había ido a Roma 2005, Murcia 2006 y Brasilia 2011”, dice la joven de 23 años.

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