Nostalgia por el fútbol colombiano de antaño
Vimos compartir bitute entre los nuestros y los rivales. Los de azul con los de rojo, los escarlatas con los verdes, los verdiblancos con los verdolagas, los motilones con los pijaos, los ñeros con los bananeros...
Vimos compartir bitute entre los nuestros y los rivales. Los de azul con los de rojo, los escarlatas con los verdes, los verdiblancos con los verdolagas, los motilones con los pijaos, los ñeros con los bananeros...
Saudade es lo que sufren los futbolistas brasileños cuando se van a Europa. No soportan la nostalgia por su tierra y vuelven a las batucadas, los carnavales y al despilfarro. Pierden dinero y prestigio, pero están en casa.Saudade significa añoranza, nostalgia, falta de lo que me sucede ahora. Siento nostalgia de cuando el fútbol nuestro era con los catorce equipos tradicionales. No había hijos del mercantilismo y del afán monetario. Ni equipitos con nombres raros, personajes extraños y sin hinchadas.Uno antes repasaba las alineaciones como surfeando en las olas, sin equivocarse. Mincho, Lóndero y El Chiqui; Torres, Scotta y Benítez; Brand, Willington y Morón; Bataglia, Gareca y Cabañas; Chumi, Vilarete y Palavecino. Del Río, Centurión y Sapuca. Puppo, Viera y Santín. Verón, Aguilar y Lorea.Eran recetas de balompié al vapor. Ahora, los hinchas ni saben quién juega, cómo se llama aquel negrito bueno con el número ocho en la espalda o quién es el técnico de su equipo.Los clásicos eran regionales de verdad, no con partidos del apresuramiento, con elencos de empresa, oncenos de cualquier hijo de vecino y o con equipos que parecen de sonido tailandés.INGRESE AQUÍ para Leer el Blog completo de WILFRIDO FRANCO.