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“No era ladrón porque quisiera, robaba por necesidad”: Jonathan ‘Momo’ Romero

El campeón mundial Súper Gallo es esperado en Cali la mañana del jueves. Será recibido con todos los honores.

19 de febrero de 2013 Por: JUAN MANUEL CANTILLO ARRIETA - Colprensa

El campeón mundial Súper Gallo es esperado en Cali la mañana del jueves. Será recibido con todos los honores.

Jonathan Eccehomo Romero Preciado es un verdadero campeón de la vida, porque la muerte de tres hermanos, haber sido ladrón, pistolero y pandillero, no fueron obstáculos para dejar su oscuro pasado y convertirse en el campeón mundial de boxeo número 42 para Colombia. Este joven nativo del barrio El Retiro, del Distrito Agua Blanca en Cali, es hoy un ejemplo de superación y vida para todos aquellos que aún permanecen en el oscuro mundo de la delincuencia. Su premió a lo personal, como el mismo lo reconoce, lo obtuvo el pasado 16 de febrero cuando en la ciudad de Tijuana, en México, derrotó a Alejandro López para convertirse en el campeón mundial del peso súper gallo de la Federación Internacional de Boxeo. ¿Qué siente haberle ganado el título a un mexicano en su propia casa? “Una alegría tremenda de ver que las cosas que planificamos con mi jefe desde el principio se dieron, que los entrenamientos que hice con el profesor Pineda también dieron resultado y de darle un triunfo a mi empresa y a Colombia”. Antes algunos no confiaban en usted. ¿cree que ahora todos creen en usted? “Yo siempre he tenido la fortuna de tener un apoderado que ha creído en mí ciento por ciento, que gracias a él, a las enseñanza del profesor (Orlando) Pineda y a un Dios sabio, he podido darle una alegría a Colombia, Barranquilla, que es casi la mitad de mi vida y a la gente del Valle del Cauca”. ¿Dónde estuvo la clave de la victoria? “Creo que la clave es tener fe en uno mismo; prepararse para pelear en rines ajenos, con público en contra. Los 17 años en este deporte han hecho que yo asimile esas cosas con madurez. También estuvo en imponer el ritmo. Cuando tú te subes a un ring e impones el ritmo, si eres el que pega sin acordarte de que sea mexicano o de fuera, creo que obtienes el título merecido”. ¿El hecho de haber estado en pandillas le hace perder el temor a enfrentarse a un solo rival? “Lo que viví en pandillas, robando, armado y todos eso, fueron cosas difíciles. Eso para mí ha sido la pelea más dura que he tenido. El boxeo ha sido una forma de vida que ha cambiado mi manera de pensar y ser; me ha engrandecido mi deseo como ser humano y como persona. Todo eso me ha ayudado para ser un gran deportista”. ¿Si pudiera borrar esos episodios de su vida los borraría o no se arrepiente de lo que le tocó vivir? “Si me pusieran a borrar eso no lo haría nunca. Pienso que si no lo hubiese vivido no estuviera donde estoy, no tuviera la fortaleza para aguantar tanto trabajo, para pasar tantas cosas. Lo único que me gustaría borrar es la muerte de mis hermanos. Pero creo que eso me fortaleció; me engrandeció como persona. Ver que la gente hoy en día me ve como un ídolo, como un ejemplo más bien, (porque ídolo es ‘Pambelé’), un ejemplo para personas que están delinquiendo y poder decirles a ellos y decirles de verdad que no lo hagan porque yo ya lo viví, entonces eso me hace sentir bien. Pienso que no lo borraría”. ¿En ese momento oscuro de su pasado temía por su vida? “Sí, muchas veces. Yo tenía temor en todo momento, porque no era un ladrón que acostumbrara a hacerlo. No me subía a un bus para cogerles las cosas a las otras personas porque quisiera, porque esa vida nunca me gustó, lo hacía por necesidad. Cuando lo hacía después me arrepentía; nunca llegué a hacerle daño a nadie, gracias a Dios, pero fue una vaina trágica en mi vida”. ¿Qué edad tenía en ese momento? “15 años”. ¿A parte de las necesidades de hacerlo, no medía las consecuencias de lo que podía pasar? “Sí. Yo sabía que si me agarraba la policía, se iba a decir: ‘boxeador preso por robar’. Pero yo me arriesgaba a eso”. ¿Usted estaba metido en el boxeo cuando eso? “Obviamente. Yo pertenecía a Indervalle. Y era ejemplo, porque era boxeador de Indervalle y salía en televisión y todo, era campeón nacional, pero en ese momento no había apoyo y la economía no estaba para uno vivir del deporte”. ¿Vivía una doble vida? ¿La gente del boxeo conocía esa otra parte? “No. Ninguna gente conocía eso”. ¿Cómo era un día suyo en esos tiempos? “Era un día normal. Entrenaba, me iba del gimnasio con mis amigos a hacer cosas y ya. Pero yo ahora vivo una vida nueva; ahora tengo que pensar en lo nuevo, en lo que viene, en la formación que me ha dado Billy (Chams), mi padre, que me ha dado el profesor Pineda, que ha sido un respaldo grande. Ahora hay que pensar en lo bueno porque las vivencias del pasado son circunstancias que pasaron, que se vivieron y que ya no se van a repetir”. ¿Cuándo decide parar y tomar ese nuevo camino? “Cuando matan a mi hermano (Felipe). Yo ya estaba con Billy (Chams). Cuando matan a mi hermano no robaba ni nada, ya estaba en la empresa de Billy Cham, pero sí tuve la intención de tomar represalia, busqué armas y todo. Creo que Jaime Cuéllar, Billy, el profesor Pineda y mi papá fueron el motor para que me viniera para Barranquilla, para que no hiciera nada malo, para que pensara. Billy me trajo, me hizo operar cuando me pegaron los tiros”. ¿Cuándo llegó a Barranquilla? “Hace casi cuatro años, cuando tenía 22, y ha sido lo mejor. No porque sea campeón mundial ahora, sino porque si me hubieran dicho que regresara al amateurismo no hubiera vuelto. Pienso que Billy me acogió como un hijo y él para mí es como un papá, pero también un amigo al que yo le digo las cosas, al que le puedo hablar sin temor y eso no lo podía hacer en ningún lado y creo ha sido fundamental para que se esté cosechando los frutos en estos momentos”. ¿Usted da a entender que si el deporte aficionado en Colombia tuviera más apoyo gubernamental los jóvenes no recurrirían al delito para sobrevivir? “Claro que sí. Creo que si hubiera apoyo económico, al menos las personas de mi barrio, incluso los que mataron a mi hermano, que incurren en esas cosas son por la falta de apoyo. Porque tú lo puedes guiar, pero cómo entrena si su hijo tiene hambre. La mayoría de personas tienen hijos y ya no luchan por ellos lo hacen por su hijos. Entonces, el Gobierno debería meterse más en la parte social, en la familia. Que si quieren que el deportista entrene que tenga un sustento mensual para alimentarse bien”. ¿En su familia cuándo se enteraron de sus andanzas? “Mi familia nunca se enteró de eso, ella se enteró ahora que quedé campeón del mundo. Esas son cosas que no sabían. Mi papá es un pensionado de la Policía Nacional. Él sí sabía que iba a tomar represalia cuando mataron a mi hermano, sabía que yo andaba armado, sabía cuando me pegaron los tiros pero a que yo hiciera fechorías, a que yo robara y todas esas cosas, jamás”. Siempre quedan rencillas después de haber tenido confrontaciones. ¿En estos momentos todo está solucionado o pudo haber quedado algo? “En estos momentos ya está todo solucionado. De pronto pueda quedar algo de envidia por el hecho de haber salido campeón, pero las personas con las que tenía mis problemas ellos ya están muertos”. ¿Pero no teme despertar la envidia de otros? “Claro que sí. Mi jefe le da mucho miedo que yo me vaya por mucho tiempo para Cali. Le había pedido un mes me dijo que no, que me va a dar 15 días y creo él ha sabido llevar mi carrera y él tiene la razón. Si él decide que eso es lo más importante y eso es lo que se debe hacer, será como mi jefe lo determine”. ¿No tiene temor ir a Cali? “No. Yo le tengo mucho amor a mi barrio. Yo no sé el amor de donde habrá salido a pesar de perder a tres hermanos, pero la gente de allá me fascina. Es más, a mi me llevan a celebrar mi triunfo con gente encorbatada y todo y están los de mi barrio, me voy para donde están los míos, porque es la que me vio crecer”. Hay versiones de que hay gente ofreciendo precio por su cabeza y que le quiere hacer daño. ¿Cree que es así? “Yo apenas me vengo a dar cuenta de esa versión, no tenía ni idea de eso porque hasta donde sé no hay nada. Estoy protegido por Dios y tal vez haya personas que le quieran hacer daño a uno, uno no sabe. A mí me está esperando el Gobernador, el señor Alcalde Cali y ellos me prometieron que me iban a poner en un hotel y a cuidar los días que esté allá y que quieren verme el jueves o el viernes”. ¿Usted sabe quiénes fueron los que le hicieron los disparos? “Obviamente que sé quien fue, quienes fueron. Uno está muerto, el otro vive, creo que en Palmira. Nunca más volvieron a meterse conmigo, realmente”. ¿Pero en su familia hay temor de que vaya a Cali? “Claro que sí. Mi familia quiere verme pero que esté poco tiempo y me regrese”. ¿La idea es traérselos para Barranquilla? “La idea es comprarles una casa y sacarlos del Distrito, y ojalá traérmelos acá para Barranquilla, sería espectacular”. ¿Quiénes conforman en estos momentos su familia? “Tres hermanas, mi padre y mi madre, tres hijos, dos hembras y un varón, y mi esposa se llama Yurani Hurtado, una de mis hijas es Lesly Dayana, Emmily y el varón, Jonathan”. EL FÚTBOL EL PRIMER AMOR ¿Además de boxeador también fue futbolista? “Sí, pero eso fue estando más niño, todavía no conocía el boxeo. Jugaba en la ‘gorrión’ de América. Pero a mi papá no le gustaba el fútbol, él siempre ha sido un hombre del Ejército, que le gusta lo rudo, a mí no; le tenía pavor al deporte, yo era muy flaco, pesaba 22 kilitos. Pero siempre llegaba reventado; en el colegio me estropeaban y un día me llevó a pelear, me dieron para una gaseosa. Lo hice más bien por la necesidad de tener algo fijo ya que Aguirre para motivarlo a uno le daba pan y gaseosa. Fui dos días, peleé y gané, me dieron para una gaseosa y me quedó gustando. Mis amigos me decían este man boxea. Había un man que me cascaba y un día peleando lo empujé, se resbaló y cayó sobre una piedra y todo el mundo dijo que yo lo había privado de un puño, entonces todo el mundo empezó a cogerme temor y yo empecé a seguir boxeando; empecé a ir a campeonatos y en todos fui oro. Mi nombre se empezó a dar a conocer a nivel nacional y cuando iba a pelear todos me tenían miedo y empecé a tener renombre y así ha sido mi vida”. ¿Y cuando era futbolista qué posición jugaba? “Volante diez”. ¿Y era bueno? “Pues, había más buenos que yo, pero de un grupo de doce a los más buenos los echaron y a mí me dejaron, ellos se enojaron, algo tenía que tener; pero entonces llegó el boxeo, no como cosa mía, sino de mi papá”. ¿A usted no le gustaba el boxeo? “No. Me gustaba era el pan y la gaseosa. Y pegarle a otros por un pan y una gaseosa era muy bacano”. ¿Y ahora le gusta el boxeo? “No sé. Es que si digo que no me gusta el deporte que me acaba de dar mi victoria, mi triunfo y que me está dando todas las cosas que yo necesito, sería mentira. Pero no me gusta”. ¿Es decir que es su trabajo? “Es mi trabajo, entreno, me preparo para ser grande, me preparo para que la gente vea un ‘Momo’ Romero. Pero el boxeo es algo normal, es algo que me ha hecho bien, que llevo en la sangre ya, pero mi afición es el fútbol realmente. Claro que el boxeo es parte de mi vida y en el boxeo Dios me puso y aquí seguiré dándole cosecha a Colombia, a mi jefe. Seguiré agradecido del boxeo. El boxeo me ha dado todo”. ¿Le hubiera gustado ser futbolista profesional? “No, si ya soy boxeador, ya para qué”. ¿Aparte del deporte qué le gustaría haber sido? “Yo la tengo clara, a mi me hubiera gustado y cuando termine mi carrera, quisiera estudiar actuación, me gusta la televisión”. ¿Hace algunas charadas con sus compañeros? “Si ellos me dicen payaso por algo será. No sé si eso servirá para la televisión”. ¿En cuánto tiempo se ve dejando el boxeo para convertirse en actor? “Al boxeo yo quiero sacarle el mayor de los provechos. Estoy muy joven todavía. Si aquí en el boxeo se pudiera estudiar, sería espectacular, pero este deporte es difícil hacer dos cosas a la vez. Primero quiero sacarle provecho a mi deporte y luego dedicarme al resto”. LO QUE VIENE ¿Qué viene ahora? “A esperar que mi jefe tome las decisiones, él es quien las toma. Primero viene la etapa de recuperación, el descanso y luego la preparación para la primera defensa. No sé que haya decidido mi jefe; todavía no se ha decidido si se peleará en Colombia o Estados Unidos. Ellos se encargan de esa área, ellos del área deportiva”. ¿Tiene alguna preferencia de quien podría ser su primer rival? “Este primer rival tenemos la opción de escogerlo nosotros”. ¿Pero usted ha dicho que le gustaría hacer una unificación? “Sí con Guillermo Rigandeuax o con Nonito Donaire, que son los más fuertes en mi peso”. ¿Quiere demostrar que es el mejor peleando ante los mejores? “Claro, contra los mejores es que se pelea. En mi peso el mejor era Alejandro López y no es el mejor y ahora el mejor soy yo. Peleé con un bueno en su casa y le gané y ahora los boxeadores tendrán que acomodarse a mi estilo”. ¿Qué mensaje quiere dejarle a la juventud? “Que crean en Dios, que Él cambia corazones, que tengan fe, que el camino corto es fácil pero que el largo es difícil pero cuando da las recompensas las da doble, entonces que caminen por el largo, que el de Dios es el mejor camino. Y que sí se puede salir de todas las cosas malas y que después de que tengan fe y sean creyentes de lo que pueden ser, todo sale bien”.

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