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Las 'Cometas' se siguen presentando en el fútbol colombiano

El escándalo de Santa Fe sacó a relucir de nuevo el tema de las 'cometas' en el fútbol. En Colombia esto se sabe y se comenta, pero muy pocos denuncian.

4 de octubre de 2015 Por: Redacción de El País

El escándalo de Santa Fe sacó a relucir de nuevo el tema de las 'cometas' en el fútbol. En Colombia esto se sabe y se comenta, pero muy pocos denuncian.

- Este es un tema al que le quiero echar tierrita. Ponete en mis zapatos, yo de eso ya me quiero olvidar. 

- Sí, pero ¿no da mucha bronca?

- Claro, es  triste, porque que pase eso es como cuando le quitan los sueños a alguien.

Sueños. Ese joven, que detrás de un teléfono trata de gambetear las preguntas que lo remontan a un pasado que quiere olvidar, todavía es capaz de hablar de los sueños. Pero habla de ellos con un tono totalmente distinto a como lo haría alguien que recién empieza en el fútbol y que se proyecta figurando en el balompié del exterior. 

Ese tono de voz tímido y retraído pertenece a un muchacho que no quiere que se publique su nombre. Hace unos meses se atrevió a decir en público lo que pocos hacen: que  en un equipo importante del país un técnico de cierto renombre le pidió plata para ponerlo a jugar.

Fue un escándalo. Pero al final, a él le pasó lo que le sucede en Colombia a cualquier futbolista que toca ese tema: salir a presentar excusas  y echarse para atrás para evitar cualquier demanda.

Ese tema, el de las ‘cometas’ en el fútbol, no es un asunto nuevo. El problema es que sus actores principales se ha encargado de hacerlo invisible.

Pero la polémica se desató de nuevo esta semana con el caso de  Santa Fe. Édgar Cortez, exdirectivo cardenal, denunció que dentro del equipo había manejos irregulares y le pedían a los jugadores plata para poder jugar. 

La cereza del postre la puso el volante Jhon Valencia, quien aseguró que le pidieron dinero para arreglar con los cardenales. “Mi representante me dijo  que yo tenía que partir el préstamo en tres para darle una parte a Ramón Diez (empleado de Santa Fe), a lo que yo respondí que no porque no había hecho negocios con él”.

No obstante, las palabras de Valencia son apenas una parte mínima del asunto. Solo por hablar de casos recientes, en febrero Marlon Piedrahíta y Camilo Pérez admitieron que le habían hecho “regalos” a Flabio Torres por llevarlos al Once Caldas y, yendo unos años hacia atrás, en el 2010, Anthony el ‘Pitufo’ de Ávila contó que Diego Umaña le había pedido dinero para jugar con el América en el 2009. Aunque después de ‘alborotar el avispero’, el emblemático jugador rojo se retractó de sus palabras.

Y eso es lo que siempre ocurre. Al final nadie habla, nadie sabe y nadie ha visto. De hecho, al ser consultado por El País, el presidente de la Dimayor (la organización que rige a los clubes colombianos), Ramón Jesurún, comentó: “de eso no opino,  es algo privado de Santa Fe”.

Un mal que daña al fútbol

Una de las personas que más ha criticado esta práctica públicamente es Carlos González Puche, el director ejecutivo de Acolfutpro (Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales).

“Es sencillo explicar esto: el sistema del fútbol actual es corrupto, pero eso es en todo el mundo, sino mire a la Fifa”, dice González. “Esto es cada vez menos deporte y más negocio”.

González reprocha que en el fútbol actual  cada vez haya más personas que se beneficien con las ganancias de los futbolistas. “Ya sea un directivo, un empresario o un representante, es una vergüenza que pasen cosas como estas. Hoy estos personajes cobran por todo, pero es la consecuencia de un sistema de monopolio”.

González  afirma que una de las causas de que esto ocurra es “el miedo de los jugadores a que después no lo contrate ningún equipo”.

Pero el pánico a hablar de ese tema no es solo de los que viven ese momento, sino de los que lo vivieron. 

En el 2011, cierto exarquero de recorrido en el fútbol colombiano dijo en la emisora Antena 2 que algunos técnicos le habían cobrado por ponerlo a jugar, pero que en ese momento no quería hablar del tema. “Acá en Colombia hay un síndrome, como si uno tuviera que pagar ‘peaje’”, fue lo que comentó. Pues bien, al ser consultado sobre esto por El País, parece como si eso se le hubiera olvidado. “No se puede tapar el sol con un dedo sobre ese tema, pero a mí no me ocurrió. Eso obviamente acaba con el fútbol colombiano, pero, para ser claro, no me interesa ese tema ni tampoco que salga mi nombre”. 

Además, otro exjugador, que hoy labora en un equipo grande del fútbol colombiano que ha tenido rumores sobre ese asunto, también se negó a hablar. “Mirá, viejito, yo apenas estoy llegando acá, estoy haciendo carrera y no quiero charlar sobre eso, entendeme”.

Casi nadie quiere hablar con nombre propio.

Sin embargo, el futbolista que pasó por esto hace poco y que dialogó con El País, dijo que no hay que quedarse callado.  “En mi nuevo equipo me dijeron que no hablara más de lo que pasó. Es  triste que a uno le pase eso, pero al que le ocurra debe pronunciarse, obviamente es algo difícil porque es una práctica que atenta contra los sueños”.

También en las divisiones menores

Si en la rama profesional se habla de esto, en las divisiones menores sí que es una realidad. 

Jorge Cruz, técnico de fútbol y que trabajó durante muchos años en las divisiones menores del Deportivo Cali, habló de su experiencia. “Eso llegó y se quedó. Es lamentable. Cuando fui técnico del Cali recibía llamadas de gente que me ofrecía cosas, que me llamaba, pero nunca me presté para eso”. 

Agregó: “en las divisiones menores sí que viví esto en carne propia. Una vez una persona vino y me dijo que si le ponía a jugar a un muchacho me iba a ir bien. Yo le dije que no, que si el ‘pelao’ era bueno, se quedaba, pero que si no  tenía el nivel, era imposible, y le recalqué que no necesitaba ninguna recompensa por hacer mi trabajo”.

Daniel Winkler, un caleño de 18 años que juega como delantero en las menores del Cali, también habló sobre lo difícil que es surgir en el fútbol. Tuvo una experiencia nefasta en Argentina. 

“Yo me fui a probar suerte allá. Un amigo me recibió y me presentó a un profesor de él que es muy conocido en los equipos de Argentina y él me recomendó para que me probaran en Independiente. Allí me fue muy bien, pero cuando quedé, apareció el señor a hablarme de porcentajes. Yo estaba solo y por eso llamé a mis papás, que me dijeron que no le firmara nada. Al final no se concretaron las cosas y ese profesor hizo que me cerraran las puertas en ese equipo. Me tocó devolverme”, afirma Daniel.

Esta joven promesa dice que vivir este tipo de situaciones frustra mucho. “Es triste que a uno le toque pagar por hacer lo que le guste. Es terrible. Lamento que el fútbol se haya vuelto así”.

Para González, esto se debe a que por ganar dinero, hay personas que se aprovechan de los jóvenes que “sueñan con ser James. Usted a un chico que cursa noveno grado cómo lo va a poner a firmar cosas y a tomar decisiones. Ese muchacho  no tiene la capacidad de decidir sobre su futuro. Al final el que más gana es el club. Es una pena lo corrupto que está el  sistema”.

A pesar de que sea algo evidente, el silencio es el principal refuerzo de unas ‘cometas’ que vuelan, pero muy lejos de los sueños y de los verdaderos intereses de algunos futbolistas.

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