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La selección Colombia, llamada a jugar su mejor Mundial

El equipo tendrá que vencer a sus propios fantasmas de optimismo desmedido antes que a cualquier rival para no repetir pasadas decepciones.

25 de diciembre de 2013 Por: Santiago Torrado - AP – El País.com.co

El equipo tendrá que vencer a sus propios fantasmas de optimismo desmedido antes que a cualquier rival para no repetir pasadas decepciones.

La última imagen que tienen los colombianos de su selección en un Mundial es el llanto de un impotente Faryd Mondragón sobre el césped de Lens apenas terminó el partido frente a Inglaterra en Francia 98, pues sus atajadas no pudieron evitar la eliminación de su equipo en la primera ronda. En octubre, Mondragón de nuevo fue incapaz de contener las lágrimas frente a las cámaras. El veterano arquero de 42 años, hoy suplente de David Ospina en la selección, celebraba con voz entrecortada la clasificación de Colombia, que acababa de remontar en su estadio tres goles contra Chile para empatar el partido y asegurar su boleto a Brasil 2014. Colombia hubiera clasificado aun perdiendo gracias a los demás resultados, pero aquella remontada fue una prueba de carácter. Como dijo tras el partido Radamel Falcao García, autor de un doblete esa tarde y portaestandarte de esta generación, "no nos podíamos ir de Barranquilla con una mala imagen. Después de todo lo que hizo este equipo, teníamos que irnos bien". A Colombia le costó 16 largos años regresar a un Mundial, pero lo hizo con lujo de detalles. Con las atajadas de Ospina, los goles de Falcao, las ideas de su joven compañero en el Monaco, James Rodríguez y el vértigo de veloces jugadores de banda consolidados en la liga italiana como Camilo Zúñiga, Pablo Armero o Juan Guillermo Cuadrado, fue segunda en la tabla detrás de Argentina. Bajo el mando del argentino José Pékerman, los colombianos remataron una gran eliminatoria y la suerte no les dejó de sonreír. Los resultados les garantizaron el cuarto lugar en el ranking mundial de la FIFA, lo que a su vez los llevó a ser por primera vez cabezas de serie y tuvieron en diciembre un sorteo favorable que los ubicó en el grupo C junto a Grecia, Costa de Marfil y Japón. "Sin dudas tiene todo para hacer su mejor Mundial, excelente plantel, entrenador de élite, una sintonía afectuosa entre ambos, buen promedio de edad, hay mucha ilusión y se le ve carácter a estos jugadores", dijo el argentino Jorge Barraza, columnista de varios diarios y director editorial de la Conmebol. "Estoy convencido de que será su mejor Mundial. Pienso que debería llegar a cuartos de final. Y no cerrar allí sus aspiraciones". Aunque tuvo la valla menos vencida de la eliminatoria, la principal preocupación sobre el funcionamiento del equipo son los años que arrastran los centrales Mario Yepes y Amaranto Perea, que hace rato pasaron los 30, junto a unos laterales exuberantes que atacan muy bien, pero dejan huecos en defensa. Sin embargo, en el caso colombiano, el mayor reto no está en los pies sino en la cabeza. La última vez que Colombia deslumbró en una eliminatoria y quedó en un grupo aparentemente fácil se despidió por la puerta de atrás. Rumbo a Estados Unidos 94, el equipo de Carlos "El Pibe" Valderrama y Faustino Asprilla coronó su gesta humillando 5-0 a Argentina en el estadio Monumental de Buenos Aires, pero naufragó en el grupo que compartió con el local, Rumania y Suiza. La autopsia de aquella 'generación dorada' apunta a un peligroso coctel de triunfalismo, arrogancia, indisciplina, presiones del patrocinador y hasta presuntas amenazas de muerte, en lo que el periodista Mauricio Silva, autor de un libro sobre el 5-0, califica de "elipsis perfecta hacia el infierno". "Me preocupa que se crean favoritos del grupo C y que lleguen con la cabeza llena de delirios de grandeza y no con los dientes apretados, como debe ser", dijo Silva, también coautor del recientemente lanzado "Así llegamos al Mundial". Sin embargo, añade que "estamos frente a dos grupos diferentes, dos épocas de país: ese país del año 93 y 94 era mucho más traqueto (vinculado con el narcotráfico) que el de ahora, con una sociedad mucho más anarquista que la de ahora. Los de antes tenían cierta libertad que daba esa anarquía frente a los de hoy que son claramente muchachos mucho más mentalizados. Es una generación mucho más seria, con los pies más puestos sobre la tierra". Casi todos los observadores coinciden en que el momento definitivo del equipo se puede rastrear hasta el día en que la federación colombiana -en un país al que no le faltan entrenadores con trayectorias meritorias como los que clasificaron a Ecuador, Costa Rica y Honduras- se decidió a contratar a Pékerman, que dirigió a la albiceleste en Alemania 2006. El argentino oxigenó el ambiente e impuso la prudencia. "Hay sombras detestables del colombianísimo triunfalismo de siempre, pero por fortuna José Pékerman supo blindar al grupo de jugadores desde un principio y eso ayuda", dijo el periodista Nicolás Samper, columnista y autor de un popular blog sobre el fútbol colombiano. "Y esta generación tiene una formación muy diferente a la que decepcionó en el 94: el 90% juega hace rato en el extranjero y de hecho hay varios que se formaron en otro país futbolísticamente -James, Falcao- así que la organización mental de los jugadores es para nuestra dicha muy diferente a la de antaño". La cautela ha sido la regla. Colombia, a pesar de su actual lustre, es un equipo que lleva mucho tiempo ausente y nunca ha pasado de octavos (en Italia 90). Como se encargó de recordar el propio Pékerman tras el sorteo, de todo el grupo el único que ha jugado un Mundial es Mondragón. Durante la eliminatoria, Colombia tuvo resultados redondos, como las goleadas rotundas a Uruguay (4-0) y Bolivia (5-0). Pero interrogado en Diario de un sueño, un reciente documental que se metió en los vestidores del equipo, Pékerman, al momento de escoger un partido, destaca aquella remontada contra Chile, "con un sabor impresionante porque lo notaba en los ojos de los jugadores. Colombia a veces se cae con un gol en contra y acá tenemos nada menos que tres, y pudimos demostrar que el equipo puede hacer grandes cosas, puede salir de situaciones difíciles". Brasil será el escenario ideal para demostrarlo.

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