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La otra resurrección de Wílder Medina en Independiente Santa Fe

El delantero del equipo capitalino vivió su propio viacrucis para llegar a ser hoy el goleador de la Liga Postobón.

24 de marzo de 2013 Por: Wilson Díaz Sánchez - Colprensa

El delantero del equipo capitalino vivió su propio viacrucis para llegar a ser hoy el goleador de la Liga Postobón.

Caer, levantarse, caer y volver a levantarse... Así, como un Viacrucis, ha transcurrido la vida y la carrera futbolística de Wílder Andrés Medina, convcbvrtido ahora en ídolo del Santa Fe y goleador del torneo colombiano. Sus compañeros de equipo, dirigentes y miembros del cuerpo técnico confían en que su buen momento se prolongue. Por eso lo arropan y le dan ánimos todos los días en los entrenamientos. Ellos, y los aficionados que vibran con la capacidad goleadora del atacante en cada jornada, añoran que esta sea la resurrección definitiva del jugador que nació en Puerto Nare, población antioqueña del Magdalena Medio. Wílder, luego de pagar un año de sanción por consumo de sustancias prohibidas y de cumplir por dos meses un programa de desintoxicación, contempla de nuevo el cielo y acaricia la gloria, como en épocas pasadas y desperdiciadas, como él mismo lo ha reconocido. Dice que antes no entendía su enfermedad y que hoy se da cuenta de que "es de muerte". Los ochos goles que lleva con los cardenales en la Liga Postobón-I, de los 20 que prometió en este campeonato, le ratifican su talento innato. En medio de esa euforia que generan las anotaciones y eludiendo los insultos de los hinchas rivales -cual gran gambeteador que es-, quienes le recuerdan su pasado, han hablado de la fortaleza que Dios le da y de las bendiciones que recibe para disfrutar de su familia. En diciembre, en la cena de Navidad, les contó a sus amigos, que su mamá le confesó que estaba orgullosa de haberlo parido. Esas palabras y las voces de gratitud de la fanaticada rojiblanca que, cuando jugaba para el Tolima, lo tuvo como verdugo, le recuerdan su compromiso de ser un gran jugador, un buen hermano y amigo, y un mejor esposo y padre. RODEADO DE AMOR En Santa Fe, Wílder no sólo encontró respaldo, sino guías y personas que llenaron los vacíos que tenía. Gerardo Bedoya relata que Medina les confesó que volvió a vivir. "Tomó un segundo aire, sabe para dónde va y está feliz con su campaña". Gerardo aprovecha para reflexionar sobre las vivencias de su compañero, "quien posee unas condiciones deportivas innegables" en un país en el que se destruye fácilmente. "En Colombia juzgan y tratan de acabar a una persona por algún error y eso le pasó a Wílder. Pero él sabe que se puede recuperar, está sentando cabeza y mejorando en todos los aspectos. Aquí tiene apoyo y estamos contentos, porque ha sido un aporte valioso para todos". Su paisano Luis Carlos Arias, que en la juventud le ganó una batalla al alcoholismo, fue uno de los más receptivos cuando Wílder llegó al club y lo buscó. "Le digo que ahora que está en los momentos buenos, en medio de la euforia, aparecerá mucha gente, pero que no puede dejarse desviar. Necesita rodearse de personas que le aporten". Le recuerda que debe tener presente las vivencias malas y buenas, ser fuerte y seguir la ruta que lo devolvió al fútbol profesional. Su enfermedad -anota Arias- es difícil y de ahí la necesidad de relacionarse bien. UNA VOZ PATERNAL El goleador antioqueño ve en el presidente del Santa Fe, César Pastrana, al padre que perdió hace muchos años. Lo encontró vestido de dirigente y con los brazos abiertos para protegerlo. Cuando este hombre habla del pupilo que rescató para la sociedad, su voz fuerte alcanza un tono suave: "va muy bien, asimiló la estadía en Bogotá y su tratamiento, y lo demuestra al ser el goleador. Es una pieza clave del equipo y estoy feliz por su presente". Además de estar convencido de las virtudes deportivas de Medina, Pastrana valoró al ser humano y tuvo en cuenta el momento "tan pesado" que atravesaba. Y muchas son las recompensas que ha recibido el directivo en tan poco tiempo, entre ellas el abrazo que le dio el jugador en la pista atlética del estadio Metropolitano, tras el gol que anotó para el 3-2 que le permitió al Santa Fe acabar un con un ayuno de 26 años sin ganar en Barranquilla. Una obra más de Wílder Medina que, con goles y fútbol, sorprende en su nueva resurrección.

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