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Jossimar Calvo: no crecía, amaba el fútbol y ya es campeón del mundo

La falta de crecimiento fue el gran obstáculo que Jossimar Calvo tuvo que superar para convertirse en el mejor gimnasta que tiene el país hoy por hoy.

6 de abril de 2015 Por: Redacción de El País

La falta de crecimiento fue el gran obstáculo que Jossimar Calvo tuvo que superar para convertirse en el mejor gimnasta que tiene el país hoy por hoy.

Cuando cumplió los 10 años, el crecimiento de su cuerpo se estancó. La delgadez siempre había sido una característica suya desde  pequeño, algo así como una estampa, pero cuando dejó de estirarse, Nora Moreno, su madre, se alarmó. En ese tiempo, Jossimar ya llevaba cinco años practicando gimnasia (empezó desde los 5), pero esa respuesta de su cuerpo parecía complicar las cosas. Entonces, él y su mamá decidieron una cosa: iban a ser grandes.

Pero esa grandeza que optaron buscar juntos no estaba ligada al significado literal de esa palabra. De hecho, físicamente Jossimar, después de tomar hormonas para el crecimiento, se hizo más grande, pero hoy en día, la cantidad de logros y medallas que ha obtenido, quizá se puedan contar, pero no pesar ni mucho menos medir.

La última presea que obtuvo fue el domingo en Eslovenia. La medalla fue de oro y puso a sonar con fuerza su nombre dentro de la gimnasia mundial porque este cucuteño, que quizá es poco conocido por muchos colombianos, diez años después de luchar contra la baja estatura, la delgadez y la pobreza, se ha convertido en uno de los mejores del planeta.

Aunque le gustaba bastante el fútbol, desde los cinco años Jossimar mostró destrezas en actividades como hacer medialunas y pararse sobre las manos. Entonces, una profesora de la Liga Nortesantandereana de Gimnasia le vio condiciones y le dijo a Nora que sería una buena idea que lo metiera a entrenar para ver qué pasaba.

Desde ahí él empezó a mostrar destrezas sorprendentes para su edad y se creó el rumor que, si lo pulían, podría cosechar éxitos.

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En el colegio era el más pequeño de su clase. Sus compañeros le llevaban mucha estatura, pero, según cuenta su madre, esto nunca significó un problema. “Los amigos incluso lo admiraban, porque en transición él les enseñaba cómo se debían de hacer los ejercicios de educación física”. 

Para Nora, esa pasión por el deporte es la que tiene a Jossimar hoy viviendo un gran presente, pero le queda una gran nostalgia: para ella, su hijo no tuvo infancia.

“Desde que empezó a entrenar su vida se volvió solamente la gimnasia. Incluso, los regalos que yo le daba en navidad se quedaban siempre guardados, porque nunca tenía tiempo para utilizarlos”. 

Y es que las 8 horas diarias de entrenamiento, más los estudios, más las competencias de los fines de semana, consumían todo su tiempo. Nora, una mujer que se ha dedicado 40 años a la modistería, siempre lo apoyó en eso. Incluso, le tejía los uniformes. 

Ciro Quiñones, presidente de la Liga de Gimnasia del Norte de Santander, reconoce que la clave del éxito de este joven es esa unión con su madre. “Es que él es un muchacho que surgió de Belisario, uno de los barrios más humildes de Cúcuta. Allí, en una casita de casi una pieza, vivía con doña Nora, pero nunca se rindieron. En ese entorno tan complicado nació una figura”, dice.

 Pero la vida de Jossimar Calvo no sería la misma si no hubiera aparecido en su camino el profesor Jairo Ruiz. Cuando le dijeron que tenía su crecimiento estancado, fue este personaje de carácter fuerte, junto con la Liga de este Departamento, el soporte para que a él le dieran las vitaminas y lo trataran varios expertos en nutrición.

Denis Beltrán, quien fue otro de los mentores de Calvo, recordó esa época. “Para todos los que lo apoyábamos, fueron momentos muy fuertes, porque cuando él llegó era muy flaquito. Le tocó cambiar su forma de comer y por ejemplo, en el coliseo en el que entrenamos, a la hora de almorzar había que esperar a que el organismo le recibiera bien lo que el nutricionista le mandaba para ya luego practicar, pero bueno, ahí están los resultados”, afirma. 

En realidad, vencer todos estos obstáculos ha sido su medalla más importante, aunque sea invisible.

Juan Medina, el presidente de la Federación Colombiana de Gimnasia, destaca que no es descabellado pensar en un oro olímpico con él. “Desde el 2011, cuando fue campeón panamericano, brilla. Es el mejor a nivel nacional y creo que podemos apostar por lo máximo en los Juegos de Río en 2016”.

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Además de los logros deportivos, cada que termina un entreno o que sale a las calles de Cúcuta, muchas jóvenes lo asedian “por su buena estampa”. En eso, su madre dice que por ahora no cederá. “Se las espanto. Le digo que cuidado, que no se vaya a dejar enredar”.

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