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“Jonathan es buen hijo": don Reynel, papá del boxeador caleño 'Momo' Romero

Reynel Romero, padre de Jonathan Romero, quien peleará el sábado -Febrero 16- por el título mundial Súper Gallo, fue quien lo apoyó para que fuera boxeador.

16 de febrero de 2013 Por: LEONARD GUTIÉRREZ - Q´hubo - Especial para El País.com.co y Colprensa

Reynel Romero, padre de Jonathan Romero, quien peleará el sábado -Febrero 16- por el título mundial Súper Gallo, fue quien lo apoyó para que fuera boxeador.

Aunque el sábado -Febrero 16- tendrá el combate más importante de su carrera, Jonathan ‘El Momo’ Romero ya es un campeón de la vida. El destino lo ha querido noquear de todas las formas. Tuvo la mala fortuna de nacer pobre, incluso, hasta su color de piel en muchas ocasiones ha sido su peor rival, sin contar que debido a la violencia del barrio El Retiro, en el Distrito de Aguablanca, vio partir a sus hermanos René, Ricardo y Felipe.La pelea del ‘Momo’ es contra el destino, el mismo que lo acorraló desde pequeño, cuando era la víctima preferida de sus compañeros de colegio, que al verlo flaco y desgarbado lo convertían en la victima perfecta.“A los siete años yo lo llevé a aprender y le gustó mucho, además, sabía hacerlo. Lo llevé al barrio El Retiro a que aprendiera con el profesor Jorge Aguirre. La profesora del colegio me dijo que no podía hacer nada porque habían muchos alumnos. Él aparecía con la cara aruñada, sin botones”, afirmó Reynel Romero, padre del pugilista. Aunque el ‘Momo’ se convirtió en uno de los mejores pegadores del país pudo haber tenido un buen futuro como futbolista.“Él jugaba muy bien, lo que pasa es que el promotor era un tipo muy vivo, incluso estuvo en la C del América”, dijo Reynel, quien por estos días enfrenta su propia pelea con la muerte, ya que un infarto por poco lo deja sin ver el combate más importante en la carrera de su hijo.La irreverencia de Jonathan llevó a que se ganara un espacio en el boxeo, el mismo que hoy lo tiene cerca de ganar un campeonato mundial, pero el chico inquieto pudo ser entrenado por el profesor Jorge Aguirre, con la presencia de su padre. Por eso, durante 14 años don Reynel fue asistente de su entrenador. Seguramente ese fue el detalle que los unió.“El ‘Momo’ es un buen hijo”, aseguró su padre. La vida de Jonathan ‘El Momo’ Romero es una pelea de doce asaltos en la que ha recibido varios golpes bajos, pero en la cual siempre ha salido victorioso de las cuerdas.El maestroJorge Aguirre, el entrenador de la Liga Vallecaucana de Boxeo, es el ‘culpable’ de que el pugilista caleño sea uno de los pegadores más técnicos de Colombia. Aguirre lo está entrenando desde que tenía siete años en el barrio El Retiro.La revancha del 'Momo' será con la faja mundialEra mujeriego, bebedor y muy tropelero. "Pero ahora tengo otras prioridades en mi vida: mis tres hijos, mi carrera, y esa ilusión que tengo de ser campeón", dice Jonathan 'El Momo' Romero, el caleño que va por un título mundial de boxeo para Colombia. Romero (récord de 22-0, 12 nocauts) irá la noche del sábado por el cetro vacante de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) en la categoría Súper Gallo, pero para ello deberá vencer al mexicano Alejandro López (24-2-0, 7 KO’s) en Tijuana. Jhonatan Eccehomo Romero Preciado nació hace 26 años en Cali, y allí aprendió de los golpes de la vida, más allá del tinglado. Arriba del ring sabía cómo esquivarlos, a tal punto que a los 21 estaba en los Olímpicos de Pekín, aunque perdió en la primera ronda, "porque iba por la plata que me ganaría, en lo que iba a lograr si me colgaba una medalla. Eso no me ayudó en nada". Abajo del ensogado ha vivido muchas pérdidas. Las más dolorosas fueron las de sus hermanos Ángel y Andrés, asesinados en 2001 y 2010, respectivamente. "Era desordenado, mujeriego, bebía y pensaba mucho en la plata", recuerda 'El Momo' (el apodo por su segundo nombre, y que odia). Con la justicia tuvo problema por posesión de un arma, pero tras volverse profesional, y con la muerte de su segundo hermano, Jonathan cambió. Decidió que los pleitos solo serían en el ring y no afuera. Junto al entrenador Orlando Pineda y de la mano de la empresa Cuadrilátero se entregó al pugilato, y la noche del sábado tendrá la chance soñada. "Es lo que he querido, desde que era niño". Hoy, con cinco años de experiencia, no le gusta que los mexicanos digan que los colombianos son de plomo, que se caen fácil, que van allá por dólares. "Dicen que los colombianos venimos por una plata y perdemos fácil. Pues les digo: no soy un boxeador del montón, de los que solo vienen a pasear. Vine a ganar". Lo cierto es que tendrá una dura batalla. "Le he ganado a varios invictos, es un fuerte peleador pero sé que cometerá errores y eso lo aprovecharemos", comentó el campeón López. El colombiano, en otra etapa de su vida, está firme: "voy a ser campeón mundial".

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