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Jamiro de Clerck, promesa del fútbol belga que busca sus raíces en Colombia

Jamiro de Clerck es considerado uno de los prospectos del fútbol en Bélgica. Juega en el Brujas, el mismo equipo que vio triunfar a Carlos Bacca. Fue adoptado desde que tenía solo unos meses de vida y busca reencontrarse con su madre biológica.

19 de marzo de 2016 Por: Juan Carlos Pamo - Reportero de El País

Jamiro de Clerck es considerado uno de los prospectos del fútbol en Bélgica. Juega en el Brujas, el mismo equipo que vio triunfar a Carlos Bacca. Fue adoptado desde que tenía solo unos meses de vida y busca reencontrarse con su madre biológica.

Desde 1997 hasta el año anterior, un total de 44.543 procesos de adopción finalizaron con éxito en nuestro país. Una de esas miles de historias que se pueden contar es la de Jamiro de Clerck, promesa del fútbol belga que busca a su madre en Colombia.

Este chico, que hoy en día tiene 17 años, es considerado como uno de los prospectos del Brujas de Bélgica, uno de los equipos más populares de ese país. 

Jamiro, o Alfonso Rodríguez Melo, como fue registrado en el año 1999 al momento de nacer en Bogotá, fue uno de esos tantos niños que se benefició con el programa de adopción. Llegó al hogar de una pareja de esposos belgas cuando solamente tenía algunas semanas de vida. Lo llevaron a territorio europeo para formarlo personal y profesionalmente.

Toda esta historia, que pareciera un guión de película, comenzó cuando su madre biológica, Patricia Rodríguez, lo entregó en adopción a través de la Fundación Los Pisingos, en Bogotá. Su complicada situación económica le impedía darle un satisfactoria crianza, según relata el mismo Jamiro. 

“Les pregunté a mis padres sobre mi origen, ya que empecé a notar diferencias. Yo era un poquito más oscuros que mis papás y  notaba que mis amigos eran más blancos. Creo que fue cuando tenía cinco años y las dudas empezaron a llegar. A los siete años ellos me contaron absolutamente todo sobre mí. Me dijeron que había sido adoptado en un orfanato colombiano, específicamente de la ciudad de Bogotá. También me contaron que tenía dos hermanos y dos hermanas por el lado de mi mamá biológica”, comentó Jamiro, quien juega en las categorías menores del Brujas desde los 14 años.

Pero tal vez los primeros interrogantes debieron ser muchos para un niño que recién se enteraba que fue adoptado y que sus verdaderos padres están a miles de kilómetros y al otro lado del Océano Atlántico. 

Sus inquietudes saltaron a escena. El conocer las razones por las que su madre natural, Patricia, no pudo seguir junto a él, es la inquietud más grande que pudo tener. “Ella le contó a mis padres que no era muy buena su situación, tenía varios hijos y se le dificultaba darles educación a todos. Por eso decidió darme en adopción para que yo pudiera tener mejores oportunidades y mejor calidad de vida”, expresó el joven futbolista. 

Y es que precisamente Patricia, su madre colombiana, es la que despierta en Jamiro todas las sensaciones maternales. Con el paso de los años, ese sentimiento ha ido calando en su corazón. Lo asalta la curiosidad propia de un adolescente que quiere encontrar respuestas a su pasado familiar. 

“De ella sé su nombre, no he podido intentar hablar con ella porque la ley no me lo permite. Cuando tenga la mayoría de edad podría hacerlo, pero ahora tengo 17 años y no es avalado por las autoridades”, explica Jamiro, quien agrega que solamente hasta dentro de un año cumplirá esa mayoría de edad que la abrirá la puerta de un posible reencuentro. 

[[nid:518687;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/03/img_3177.jpg;left;{Este es el único recuerdo que conserva de Patricia Rodríguez, su progenitora en Colombia.Especial para Elpaís.com.co}]]

De Patricia solamente conserva una pedazo enmarcado de la copia de su cédula, la misma que tal vez se usó en el proceso de adopción.  Agradece a sus padres belgas que se la enseñaron para que conociera, al menos con esa foto en blanco y negro, a la mujer que le dio la vida.

Junto a su familia en territorio europeo asegura estar preparado para el reencuentro con Patricia y sus otros hermanos de Bogotá. Para Oliver, su padre adoptivo, el que Jamiro pueda hallar a su madre es un sueño que quieren ayudarle a cumplir. “Estamos de acuerdo con que se reencuentren, pero el camino no es fácil y queremos apoyarlo. Él ha enviado algunas cartas al centro de adopción, pero hasta el momento no se ha obtenido respuesta”. 

Como ciudadano belga no le ha faltado nada gracias al esfuerzo de sus padres adoptivos. Oliver es arquitecto, mientras su madre, Els Ledeganck, es terapista. Pero el caso de adopción de Jamiro no es el único en la familia De Clerck. Su hermana menor también es colombiana. Danae fue adoptada en nuestro país y en Colombia fue registrada con el nombre de Maryori Ortiz Parada. Tiene dos años menos que él y su proceso, según cuenta Jamiro, se dio en el mismo orfanato bogotano, aunque ella proviene de otra familia.

“Tengo muchas ganas de ir a Colombia, de conocer mis raíces, de compartir tiempo con ellos, quiero probar, conocer y aprender sobre lo que soy. Tengo mucha curiosidad. A pesar de haberlo intentado por medio de las redes sociales (Facebook y Twitter), no la he encontrado (a la madre biológica), pero tengo una foto de ella que me dio mi madre en Bélgica”, insistió el joven jugador a través de la línea telefónica con voz emocionada. 

[[nid:518684;http://contenidos.elpais.com.co/elpais/sites/default/files/imagecache/270x/2016/03/img_3175.jpg;right;{Jamiro, junto a su familia adoptiva en Bélgica. Su hermana menor también es colombiana y fue adoptada en Bogotá.Especial para El País}]]

A pesar de pensar, sentir y proyectarse como un chico que ha crecido con otro tipo de cultura y conocimientos, desde que supo que su origen estaba en un país que es mundialmente famoso por su café, las mujeres hermosas y el talento de sus deportistas, su corazón palpita con los triunfos de nuestros futbolistas en el exterior. 

“Mi mayor sueño es jugar fútbol profesionalmente, pero mi gran deseo es jugar para mi país de origen, el lugar donde nací. Normalmente sigo y estoy pendiente de la selección Colombia”, apuntó este bogotano que puede desempeñarse en la cancha como volante o defensa y que dice ser un profundo admirador de Carlos Sánchez, Víctor Ibarbo y especialmente de James Rodríguez, a quien considera que “es un buen ejemplo y un jugador con mucho talento”.

Cada día que pasa se entrena con mayor profesionalismo. Sabe que está cerca la posibilidad de ser promovido al plantel principal del Brujas, el mismo equipo donde hace algunas temporadas un compatriota suyo, Carlos Bacca, dejó los colores de nuestro país en alto. Ahora esos mismos pasos los recorre otro cafetero que quiere emular lo hecho por el delantero de Puerto Colombia, Atlántico. Se trata del pereirano José Heriberto Izquierdo. 

“Bacca fue un gran jugador en Brujas, dejó un gran legado y ahora continúa haciendo las cosas bien en el Milán. Nunca tuve la oportunidad de hablar con él, pero siempre he querido tenerlo cerca.  En cambio, con Izquierdo hablé hace algunos meses, le dije que también era colombiano. Me contó sobre el país, sobre la educación y sobre el fútbol del país”.

En alguna oportunidad fue preseleccionado para un ciclo de trabajos con el equipo juvenil nacional de Bélgica, pero reitera que su ilusión es que pueda ser valorado por algún técnico de las categorías menores de la selección Colombia. “Bélgica se ha catalogado por tener una buena selección, pero mi respuesta sería representar a Colombia”. 

Ojalá el futuro le deparen cosas positivas tanto en lo personal como en lo profesional a este joven ‘europeo’ con genes y sangre colombianos. Ese chico que alguna vez le llamó la atención por qué era más ‘negrito’ que sus amigos belgas. El mismo que lo único que puede expresar en su enredado español es “Hola, cómo estás”, tal vez las mismas palabras que quiere decirle directamente a Patricia, su madre biológica.

DatosJamiro cumplió el domingo pasado 17 años. Mide 1.77 y su perfil natural es el  izquierdo. Comenzó su carrera siendo muy joven en el KV Oostende y antes de fichar por el Brujas militó en el Cercle Brugge KSV. Puede desempeñarse como volante de marca,  su posición ideal, o como defensa central. Fue preseleccionado en una oportunidad para  integrar una selección belga juvenil. Una de sus condiciones futbolísticas para resaltar es su remate de media distancia.  Busca ser valorado por los técnicos de las selecciones menores de Colombia para tener una  posibilidad de jugar con la escuadra cafetera.

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