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Lionel Messi, delantero argentino del Barcelona. | Foto: EFE- El País

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Algo anda mal en el Barcelona (opinión)

Cuidado, porque a Messi le faltan pocos años. No vaya a ser que desperdicie lo último que le queda tirando del carro él solo en un Barsa que seguirá conformándose con ganar la liga año a año.

1 de agosto de 2019 Por: Manuel Rodríguez - Especial para El País

Como bien dijo Puyol el año pasado, el Barsa tiene en sus filas al mejor jugador de la historia, y no ha podido ganar ninguna de las últimas 4 Champions. Algo se está haciendo mal...

El problema puede ser de actitud, puede ser de funcionamiento, puede ser la dirigencia, pero van muchos años de lo mismo como para que sea coincidencia.

No se ficha bien. Trajeron a Mina cuando el entrenador no lo quería. Semedo llegó hace dos años y ya se quiere ir porque nunca fue titular. Se pagó demasiado por Dembélé, y demasiado por Coutinho; ambas decisiones desesperadas, precipitadas, que hicieron ver mal a los directivos del Barsa y le costaron al club casi 300 millones de euros por dos jugadores que en dos temporadas no han aportado virtualmente nada. Y la lista podría seguir.

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Hay jugadores que no rinden, y nadie dice nada al respecto. Rakitic es un mueble en el medio campo. Suárez no es Suárez hace rato. Y, de nuevo, seguimos esperando a Dembélé y ni hablar de Coutinho. (El caso del Croata, particularmente, me sorprende. Parece blindado a las críticas, la mayoría lo elogian frecuentemente y destacan su ‘consistencia.’ No se muy bien qué fútbol ven. En la cancha no produce absolutamente nada - así lleva dos años - y su lentitud es peligrosamente ventajosa para el rival, como se vio en el partido contra el Liverpool, cuya media cancha aplastó a la del Barsa-.

La masía dejó de producir. El último jugador medianamente regular que salió de la cantera fue Sergi Roberto. El único crack que no supere los 30, Thiago Alcántara. Y de resto, Sandro, Rafinha, Munir... preocupante. Lo que se ha empezado a hacer ahora es fichar jugadores jóvenes de Francia, de Brasil, y de Japón para el Barça B. También sin éxito.

La distancia (futbolísticamente) entre los jugadores titulares y los suplentes es totalmente desproporcionada. Esto fue evidente en la última temporada. A Murillo no lo quisieron ni en el Valencia, que era dueño de su pase, y ahora acaba de fichar por la Sampdoria - equipo de media tabla en Italia (¿qué hacía en el Barcelona entonces?). Vermaelen tuvo más lesiones que partidos. Malcolm - quien debió ir a la Roma en agosto pasado - nunca fue una alternativa en ataque. Y lo de Prince Boateng fue insultante para la hinchada. Jugó treinta minutos como mucho en todo el semestre, y a un pésimo nivel. No hay reemplazo para Jordi Alba, ni para Suárez, ni para Busquets.

Y hay un lío grande con las remontadas en Champions. Roma y ahora Liverpool. ¿Y entonces vamos a seguirlas sumando? La excusa esta última temporada fue que en la cancha en Anfield “se nos vino Roma a la cabeza”. Como dijeron Messi y Piqué. Y la temporada que viene, si le vuelven a remontar al Barça en cuartos de final, o en la semifinal, será porque “¿se les vino Liverpool a la cabeza?”

Ahora ficharon a Griezmann. Un jugadorazo, sí, pero uno que el club no necesariamente necesitaba. ¿Dónde lo van a poner, si el francés juega en la posición de Messi? Hubieran invertido más bien en un lateral derecho, por ejemplo. No se trata de fichar caro, sino de fichar bien. Y se dice que vuelve Neymar, cuya salida del equipo hace dos años fue un golpe durísimo, que sin duda influye en lo que se vive hoy. El Barsa ofreció al PSG 90 millones de Euros, más dos jugadores, entre los que puede estar Coutinho (sí, el tercer fichaje más caro de la historia del fútbol ahora podría salir gratis 18 meses después para que venga Neymar).

Ahora, valga aclarar, si llega Neymar, sumado a Griezmann, nadie se quejaría. La ofensiva del equipo sería imparable. Pero es un ejemplo perfecto de cómo no hacer las cosas. Invertir cantidades excesivas de dinero para traer a los mejores jugadores del mercado meramente por traerlos, mientras Jordi Alba se ve obligado a jugar cada minuto de los sesenta partidos de la temporada, a Sergi Roberto se le perdona su mediocridad, y a nadie le preocupa que Suárez lleva dos goles en sus últimos veinte partidos de Champions. Todo porque no hay recambio (ni competencia) en estas posiciones.

Cuidado, porque a Messi le faltan pocos años. No vaya a ser que desperdicie lo último que le queda tirando del carro él solo en un Barsa que seguirá conformándose con ganar la liga año a año. Con un mediocre ‘unplete’. Algo hay que cambiar. De Jong es un buen primer paso.

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