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Descenso de River Plate. Un tsunami que deja millonarias pérdidas

La patria futbolera sigue indignada, dolida, golpeada y triste por el histórico e inesperado descenso del equioio más ganador de Argentina.

27 de junio de 2011 Por: Francisco Henao Bolívar, Enviado especial de El País-Argentina

La patria futbolera sigue indignada, dolida, golpeada y triste por el histórico e inesperado descenso del equioio más ganador de Argentina.

La patria futbolera sigue indignada, dolida, golpeada y triste por el histórico e inesperado descenso del equioio más ganador de Argentina.La noticia que fue un tsunami que sacudió al país gaucho y que traspasó fronteras, se sigue comentando en los cafés, bares, terminales, avenidas, oficinas, restaurantes y en cualquier sitio que se preste para la charla, para el debate, para el análisis y para la opinión, todo sobre esta pasión que es el fútbol.Los programas de televisión le siguen dedicando amplio espacio a la hecatombe deportiva de River. La radio no hace sino hablar del estruendoso fracaso y busca culpables del histórico desenlace. La prensa agota sus páginas con gigantescas fotos de hinchas y jugadores de River llorando lo que nunca se imaginaron: su caída a la B.Pero en esas horas interminables de análisis, balances, críticas y señalamientos, muy pocos han visto el lado monetario, lo que significa el descenso de un equipo histórico, millonario, grande en el continente y cuna de grandes estrellas del fútbol mundial.Las pérdidas por lo sucedido, mirando al futuro, son incalculables. La caída de River hace que pierdan todos: el mismo equipo, sus demás rivales en Primera División, su más enconado rival -Boca-, el fútbol argentino, los patrocinadores, el comercio informal, la prensa, la televisión, la radio y otros que directa o indirectamente se beneficiaban cada domingo, cuando los de la banda roja saltaban al terreno de juego. LAS PÉRDIDAS DEL EQUIPO Lo primero es que River sufrirá un recorte grandísimo por derechos de televisión. Por estar en la A recibía cerca de 7 millones de dólares. Ahora sólo percibirá alrededor del millón de dólares por estar en la Primera B Nacional.El segundo gran revés del hoy malogrado equipo del barrio Núñez de Buenos Aires es la desvalorización de sus jugadores. El ejemplo más claro es el del juvenil Erik Lamela, quien hasta hace un mes lo cotizó River en 20 millones de euros por la insistencia de varias escuadras italianas, españolas e inglesas por ficharlo. Hoy la incertidumbre que reina es si alguno de esos clubes paga siquiera 5 millones de euros por la promesa.Jugar en la A reducirá notablemente los ingresos de River por taquillas. Primero, deberá bajar el valor de las entradas a su estadio y, segundo, no va a tener los más de 30 mil aficionados que siempre tuvo en el Monumental cada que enfrentaba a otro de los rivales de Primera.En cuanto a los ‘sponsors’, también tendría problemas de ingreso de dineros por publicidad debido a que los contratos que tiene firmados son por partidos en Primera División. Adidas le paga 20 millones de dólares por seis años de vínculo que va hasta el 2014, lo que entraría a revisar la firma patrocinadora por la degradación del onceno gaucho. Lo mismo pasaría con Petrobras, que le entrega a River 2,5 millones de dólares, y Tramontino, que le da 600 mil dólares cada temporada. PIERDEN LOS RIVALES Y EL FÚTBOL ARGENTINO Grandes y chicos de Primera División también sufrirán el golpe económico por taquillas, publicidad y otras aristas.A clubes modestos como Godoy Cruz, Gimnasia de La Plata, Colón y Arsenal, para citar solo cuatro, les entraban más de un millón de dólares cada que enfrentaban a River por concepto de taquillas, publicidad en el estadio y promoción del partido con una semana de antelación.Y a los grandes como San Lorenco, Independiente, Vélez y Racing, para mencionar cuatro, les quedaban más de 2 millones de dólares por el mismo concepto.Capítulo aparte para Boca, que no protagonizará el súper clásico más visto de Suramérica que le dejaba una renta superior a los 4 millones de dólares por derechos de televisión, venta de publicidad, ‘sponsors’, promoción y demás detalles que acarrea el duelo que paraliza a Argentina. EL IMPACTO EN LA PRENSA Un clásico River-Boca da para promocionarlo y hablar de él en prensa, radio y televisión, 15 días antes, y para analizarlo y discutirlo 15 días después.Eso sube la tarifa de la publicidad en todos los medios de comunicación. Allí las pérdidas son incalculables ya que River arrastra casi que el 40% de la hinchada del fútbol en este país, lo mismo que Boca.Para la prensa, no será lo mismo cobrar un minuto de publicidad con River en Primera y enfrentando a uno de los grandes, en este caso a Boca que es el rival directo, que facturar con el onceno de la banda roja en la Primera B Nacional.

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