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Cali también es la "Sucursal" del fútbol

Más de 9000 niños caleños practican fútbol en Cali. Después del Mundial de Brasil la cifra aumentó. Las escuelas pulen la técnica y forman a la persona.

29 de mayo de 2015 Por: Redacción de El País

Más de 9000 niños caleños practican fútbol en Cali. Después del Mundial de Brasil la cifra aumentó. Las escuelas pulen la técnica y forman a la persona.

Prudencio Viveros camina tranquilo a través del polvo de la cancha de arena que es su lugar de trabajo desde hace 25 años. Él tiene 70. 

Va despacio, porque cuando a alguien se le vuelve una costumbre formar personas, sabe muy bien que los procesos de maduración requieren espacio, tiempo, calma, muy pocas prisas. Quizá por eso, su tono de voz —que a veces se entrecorta— es sereno y su mirada es profunda.

Prudencio, antes de comenzar su jornada  como entrenador y maestro de la escuela de fútbol  Cali Sanín (filial del Deportivo Cali que entrena en la cancha del barrio Andrés Sanín), reune a sus pupilos de 11 años, que forman un círculo alrededor de él, y les dice:

- Uno tiene que ser persona antes que... 

- ¡Jugador! - le responden los niños.

Sin ese ritual, es casi que imposible comenzar el entreno. Porque la idea de Prudencio es que los niños que serán los futbolistas del mañana vivan el deporte con pasión, pero sin olvidarse del componente humano.

El ‘Papa Pru’, como le dicen, tiene a cargo la formación de 400 niños, pero en Cali, esa es una pequeña cifra para referirse al tremendo auge por el fútbol que tienen los ‘pibes’ de la ciudad.

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Desde su oficina, el presidente de la Liga Vallecaucana de Fútbol, Wéimar Giraldo,  comenta que Cali siempre ha sido una ciudad que ama el fútbol por naturaleza, pero sostiene que la participación exitosa de Colombia en el pasado Mundial de Brasil desencadenó que el furor por el fútbol se aumentara. 

En el Valle del Cauca 27.000 niños y jóvenes están jugando fútbol. Más de 9000 son caleños. Muchos de ellos ingresan a una escuela de trayectoria o se vinculan a una de las por lo menos 65 nuevas instituciones que se han fundado en la ciudad después de Brasil 2014.

La fiebre es en Cali y en todo el Valle. La ciudad pasó de tener 466 escuelas a llegar casi a las 600 y en todo el departamento la cifra subió de 1179 a cerca de 1500.

“Algo positivo de estos tiempos es que los niños ya no solo se identifican con las figuras de otros países, sino que quieren ser como James Rodríguez, Falcao García o Carlos Bacca. Piensan que si un colombiano fue capaz de llegar tan lejos, ellos también pueden”, afirma Giraldo.

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La calidad técnica del futbolista caleño es indiscutible. Su picardía, la manera de pisar la pelota y la forma de encarar a los rivales hacen que los jugadores de esta región triunfen y terminen siendo buscados por equipos del exterior. 

En gran parte de las escuelas de la ciudad, esto se tiene claro y se trabaja mucho en ese sentido, pero ahora, la formación humana es igual o hasta más importante que lo técnico. La escuela Carlos Sarmiento Lora, por ejemplo, se ha caracterizado por ser modelo en esto. 

“Siempre hemos sido buenos del ombligo para abajo, pero ahora hay que fortalecer la cabeza”; dice Wéimar Giraldo desde la Liga de Fútbol. 

El Club Deportivo Morumbí, la escuela del exfutbolista Hárold Lozano, tiene casi 600 jugadores en diferentes categorías. Lozano recalca que lo vital en su institución son los valores. “Acá siempre hemos sido irreverentes, y por eso gustamos, pero el tema de los valores es algo que en la sociedad se ha venido perdiendo y aquí nos proponemos fortalecer esa parte”, indica.

La Escuela San Juan Bautista, dirigida por Héctor Cárdenas y Alcira Berrío, es otra de las instituciones que ha tenido un gran crecimiento en la ciudad. A la cancha del Barrio el Guabal ya acuden cerca de 100 niños los martes y los jueves entre las 7:00 y las 9:00 de la noche. El enfoque viene siendo el mismo: formar personas.

“Aquí tenemos profesores de la Escuela Nacional del Deporte, y vamos muy de la mano con los padres. Les preguntamos a los niños cómo van en el colegio, porque eso también es importante”, dice Alcira Berrío. 

“Hoy por hoy los muchachos quieren imitar cosas buenas, y por eso los motivamos para que sigan buenos ejemplos”, dice don Héctor Cárdenas, de la Escuela San Juan Bautista. 

“Mi hijo lleva un año y medio entrenando acá en El Guabal y está muy feliz, pero yo le digo que no se presione, porque tiene ocho años y lo más importante es el colegio”, afirma Jorge Palma, padre de Samuel, quien entrena como delantero en uno de los equipos de San Juan Bautista.

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Prudencio les dio algunas instrucciones a sus muchachos y luego los ubicó en la cancha. De nuevo les insistió: “¿Quieren ser como James Rodríguez? Bueno, pues recuerden que James es buena persona”. 

Siempre, los niños que juegan fútbol lo hacen porque admiran a algún futbolista. De eso no hay duda. 

“Yo quiero ser como Cristiano porque me gusta como se melea a todos”, dice Samuel, de 8 años, de San Juan Bautista. 

“A mí me Gusta James porque es honesto”, comenta Kevin Ortiz, de 11 años, de Cali Sanín.

Los sueños de los niños se alimentan también debido a los ejemplos que han militado en las escuelas. 

‘Papa Pru’, pro ejemplo, les dice a sus pupilos que allí mismo, en la cancha de Andrés Sanín, se formaron jugadores como Jeison Murillo, quien hoy juega en Europa y es hombre de la selección Colombia. 

“Ese es el ejemplo que tienen que seguir. Con humildad y siendo gente se llega lejos. Lo digo con orgullo, el año pasado Jeison vino y me dio siete millones para que arreglara mi casa”, expresa con orgullo Prudencio. 

Hárold Lozano, quien ya mandó a Portugal a un chico llamado Jorge Lozano, que estuvo siete años en su escuela, comenta: “Por los contactos que hice en mi carrera, se le pudo dar salida a este buen prospecto de jugador y también hay que apostar por eso”.

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Después de los ejercicios de calentamiento en la cancha de arena, Prudencio y los chicos pasaron a la de césped. 

Allí, empezó a rodar el balón, y empezaron a rodar los sueños de unos niños que en su cabeza piensan que quieren ser James, Ronaldo o Messi. 

Y la verdad es que lo pueden ser. Basta que, como dice ‘Papa Pru’, mantengan la humildad y crean que todo es posible.

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