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Brasil 2014: Nadie sabe nada en el estadio de Sao Paulo

A pocas horas de darse la inauguración del certamen orbital, el escenario paulista no está listo. Las incomodidades aparecen en todos los rincones del Arena Corinthians.

11 de junio de 2014 Por: AFP - El País

A pocas horas de darse la inauguración del certamen orbital, el escenario paulista no está listo. Las incomodidades aparecen en todos los rincones del Arena Corinthians.

Faltan horas para el puntapié inicial del Mundial en Brasil y en el estadio Arena Corinthians de Sao Paulo, sede del partido inaugural, la información es un bien que los voluntarios y vigilantes no tienen y optan por la respuesta más fácil: "no sé". La rueda de prensa de Luiz Felipe Scolari, la víspera del juego es en poco menos de una hora y los cientos de periodistas acreditados comienzan a moverse. El elevador está lleno, ¿hay alguna escalera?  "No podría informarle", responde uno de los voluntarios encogiendo los hombros. Son los voluntarios los responsables de guiar a los visitantes al estadio, incluidos los más de 60.000 espectadores que el jueves acudirán a la ceremonia de apertura y al Brasil-Croacia inaugural. Un vigilante que custodia la puerta señala un camino. Había que atravesar el comedor hasta una especie de estacionamiento con cajas de madera por todos lados. Una puerta de vidrio, sucia por las obras de construcción del estadio que recién terminan, da acceso a una escalera. Al voluntario dos, ¿la sala de conferencias de prensa?  "Creo que subiendo esa escalera", dispara. Estaba errado. El camino lleva a las áreas VIP, donde cientos de personas están limpiando y decorando para el gran partido del jueves. "Si supiera se lo diría, pero no sé", responde groseramente otro empleado que no interrumpe su paso. En esa área, una, dos, tres personas... Nadie sabe dónde queda la sala donde el jueves Scolari y su par croata, Niko Kovac, hablarán después del partido. Andrea, una "voluntaria con voluntad", dirige a un grupo de cinco fotógrafos."Voy para allá, creía que era por esta escalera, pero resulta que no baja hasta el primer piso porque es un área restricta", explica. "Sé que hay fallas, es el primer día, ha sido un desastre", admite. En el ascensor, como sardinas, todos entran apretujados: nadie quiere perder el grupo por temor a no encontrar el camino. "Esto se parece al metro", dice una limpiadora entre risas. Como puede, Andrea va adivinando las puertas y por fin llega. El recorrido tomó sólo... media hora.

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