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La película ‘Un divan à Tunis’ es una comedia que retrata los meses posteriores a la Primavera Árabe en Túnez, y nos recuerda la importancia de tener un espacio para abrir nuestros corazones y confrontar los miedos. Se estrenó en las salas de cine colombianas este jueves 23 de septiembre. | Foto: Foto: Especial para Gaceta

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'Terapia a la francesa', una película sobre una comunidad que aprende a escuchar

La película ‘Un divan à Tunis’ es una comedia que retrata los meses posteriores a la Primavera Árabe en Túnez, y nos recuerda la importancia de tener un espacio para abrir nuestros corazones y confrontar los miedos.

24 de septiembre de 2021 Por:  Susana Serrano Arango, especial para Gaceta

Como una comedia ligera y entretenida, que busca generar, sin mucho éxito, una crítica hacia el gobierno en la época que precedió a la Primavera Árabe. Así calificaría yo la película franco-tunecina ‘Un divan à Tunis’, o ‘Arab Blues’ en inglés, y mejor conocida en español como ‘Terapia a la francesa’ (una terrible traducción si se me permite decirlo).

La historia sigue de cerca a Selma, interpretada por una brillantísima Golshifteh Farahani, una psicoanalista que, acabados sus estudios en París, contra todo pronóstico decide regresar a Túnez para abrir un consultorio, en el que pretende ayudar a todas las personas de la ciudad a lidiar con sus problemas, de la única forma en la que podría hacerlo un psicoanalista: escuchando.

De esta manera extremadamente pasiva, la directora debutante Manele Labidi pretende bosquejar al país magrebí, por medio de los miedos que representan cada uno de los personajes secundarios del largometraje: el panadero que se cree mujer y busca su libertad en una sociedad altamente conservadora, el hombre de familia que se volvió alcohólico luego de la guerra, la niña que se casa sin ser mayor de edad para poder largarse de Túnez y vivir en Francia, o los policías corruptos que, mientras tratan de ‘hacer cumplir la ley’, lo único que logran es torpedear las buenas intenciones de Selma para ayudar a las personas.

Al principio del film nos muestran la renuencia de las personas para ir a terapia, como típicamente pasa en muchos lugares del mundo, pero mientras avanzan los fotogramas las cosas van cambiando; la gente entiende que tiene problemas que necesitan explorar y dialogar con alguien para tratar de buscar una solución, y al final de la película prácticamente todos los personajes ya han abierto su corazón a Selma y la han aceptado en su sociedad, pese a ser considerada una forastera.

Porque, claro, la mayor dualidad psicológica la lleva consigo la misma protagonista, quien, como a muchos debió pasarles en medio de la Primavera Árabe, tuvo que huir con su familia a Francia y ahora no sabe si es una tunecina que estuvo un tiempo viviendo en Francia o si es una francesa que vive en Túnez.

Siendo las cosas así, Selma es, en últimas, el personaje que necesita con mayor urgencia la charla con un psicoanalista que la escuche y le ayude a organizar mejor sus ideas. Y quién mejor para hacerlo que el mismo padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, que tiene una aparición, para nada sutil o explicada, en medio de la película en el momento en el que nuestra protagonista estaba a punto de quebrarse (qué buen timing).

La verdad es que, más allá de los buenos tiros de comedia y de recordar a la gente la importancia de la terapia, la película se queda muy a medias en otros aspectos del guion, el cual nunca se siente cerrado.

La historia siempre queda a medio camino. Los personajes son mostrados muy por encima, sus problemas son narrados de la forma más superficial posible y nunca llegas a intimar del todo con ellos, por lo que, para mí, el espectador queda con un montón de chismes inconclusos, lo que genera que al final la misma crítica que se pretendía hacer del gobierno árabe, sea algo muy simple, desaprovechando la oportunidad de la comedia y el psicoanálisis para generar un diálogo interesante.

En últimas, ‘Terapia a la francesa’ es una película entretenida para ver un fin de semana, en el que las opciones cinéfilas sean pocas, pero no es, a mi parecer, un film memorable.

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