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Vietnam para colombianos

Aunque crean que saben mucho o lo suficiente sobre Vietnam, este documental es un ejercicio exhaustivo y ambicioso que muestra, como nunca antes, todas las caras de la guerra

12 de agosto de 2018 Por: Redacción de El País 

Si están cansados de las narcoseries y las competencias de bíceps aceitados, les recomiendo ver el premiado documental ‘La guerra de Vietnam’, de Ken Burns y Lynn Novick, que ya está disponible en la plataforma Netflix.

Aunque crean que saben mucho o lo suficiente sobre Vietnam, este documental es un ejercicio exhaustivo y ambicioso que muestra, como nunca antes, todas las caras de la guerra: soldados rasos, militares de alto rango, políticos, periodistas, activistas, desertores, objetores de conciencia, familias y víctimas de los dos bandos, el estadounidense y el vietnamita, en un entramado equilibrio que deja sin aliento.

Cinco presidentes de los Estados Unidos. Cinco. Truman. Eisenhower. El carismático Kennedy. Johnson. Nixon. Cinco presidentes de los Estados Unidos supieron, desde el comienzo, que la guerra de Vietnam estaba perdida de antemano, militarmente hablando.

Pero ninguno de ellos quería asumir el costo político de ser recordado como el ‘débil’ que ‘perdió’ la guerra, sobre todo cuando las reelecciones estaban en juego y el odio, el miedo y los discursos de patriotismo podían ser usados para coptar millones de votantes convencidos de que sus gobernantes cuidaban los mejores intereses de la nación.

Es escalofriante escuchar las grabaciones secretas de la CIA, ya desclasificadas, que muestran la forma descarada en que los presidentes reconocían, en la Oficina Oval, la incapacidad de ganar la guerra pero, al tiempo, ordenaban continuar las operaciones por cuestión de ‘honor’ para los Estados Unidos.

‘Honor’. Más de 50.000 norteamericanos y 2 millones de vietnamitas murieron en arrozales y selvas, por salvar el ‘honor’, la imagen, la popularidad, los votos de un puñado de gobernantes y sus respectivos partidos.

“Hamburguer Hill” se llamó así porque la colina 937 de Vietnam se convirtió, literalmente, en una moledora de carne humana: 72 jóvenes norteamericanos y 630 vietnamitas murieron por tomarla y defenderla, y más de 370 marines salieron de allí vivos pero en pedazos, por tomar un cerro que resultó ser insignificante; tanto así que, días después de copado, fue abandonado.

¿Quiénes se dieron cuenta del absurdo? ¿Quiénes se expusieron a ser llamados antipatriotas por protestar ante la evidente carnicería humana de esta guerra? Los jóvenes. Los estudiantes. Los artistas. Los menos alienados. Y la prensa, The New York Times y The Washington Post.

Vietnam cabe cuatro veces en el territorio de Colombia. Lo que hagamos por perseguir, avanzar y consolidar la paz no es ingenuo, ni poco patriótico, ni cobarde, ni farsante, ni débil; es, sencillamente, el deber histórico de esta generación.

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