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Un llamado de alerta

Pasaron las elecciones y se llevaron a cabo en un ambiente de tranquilidad como no se veía desde hace muchos años. Un desempeño impecable de la Registraduría y unos resultados tan claros que no dieron lugar a discusiones ni reclamos.

22 de junio de 2018 Por: Redacción de El País

Pasaron las elecciones y se llevaron a cabo en un ambiente de tranquilidad como no se veía desde hace muchos años. Un desempeño impecable de la Registraduría y unos resultados tan claros que no dieron lugar a discusiones ni reclamos.

Los retos para el nuevo mandatario son inmensos y afortunadamente ha dado señales claras sobre cómo piensa enfrentarlos. Ante todo, buscar la unidad y la reconciliación entre los colombianos lo que no quiere decir unanimismo, pero sí poder abordar conjuntamente algunos temas en los que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa.

Es el caso de la corrupción, la justicia, la seguridad ciudadana, el sistema de salud, las pensiones, el cuidado del medio ambiente y la biodiversidad, etc. La importancia de la votación alcanzada y la posibilidad de lograr sin componendas apoyo parlamentario para sacar adelante medidas de trascendencia en estos y otros frentes permite, en la medida en que esté bien rodeado y con un plan de Gobierno para todos, mirar con optimismo el inicio de un gobierno que tendrá tantos desafíos y solo cuatro años para lograr los resultados que se propone.

Es evidente, de otra parte, que los resultados mostraron que hay en el país una inconformidad no solo con el gobierno saliente, sino con lo que llamaba Álvaro Gómez el régimen. Por eso frente a la candidatura del Partido de oposición de Santos lo que se presentó fue una muy importante votación que mostró rechazo a ese establecimiento y esto es algo que demanda reflexión y acción por parte de quienes no queremos cambiar por cambiar, ni caer en el populismo, sino que los errores se corrijan y se vayan haciendo ajustes adecuados y sostenibles para fortalecer un sistema que, con todas sus fallas, ha registrado importantes progresos en todos los campos.

El tema es nacional pero debe ser mirado con cuidado en las regiones. Ese deseo de cambio se reflejó en los votos del centro en la primera vuelta que, en buena medida, se repartieron para la segunda vuelta. Es innegable que fue Petro quien mostró un crecimiento relativo mayor (65% vs 37%). Y esto fue más notorio en el caso del Valle donde son muchas las señales de alerta sobre ese descontento. Mientras que Duque creció un 42,5% entre las dos vueltas, Petro lo hizo en 82,2% y esto es un mensaje que debe llevar a la reflexión pues muestra la inconformidad que existe con el estado de las cosas.

En forma más puntual hay que mirar que en seis municipios que contribuyeron con el 70% de la votación de Petro, el incremento entre las dos vueltas fue del 89,7%. Lo que podría llamarse el ‘Gran Cali’ (Cali, Palmira, Yumbo y Jamundí) le aportaron el 64% de los votos mostrando un voto urbano y de opinión similar al de Bogotá. Es necesario entender entonces las razones de esa inconformidad y actuar en busca de soluciones. Esa es una gran tarea y responsabilidad de la dirigencia vallecaucana en todos sus estamentos.

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