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4,2 billones de pesos es el costo estimado de construcción de un tren de cercanías (cifras del 2014). Desde Jamundí hasta Yumbo, pasando por Cali. | Foto: Especial para El País

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¿Qué tan lejano está el sueño de un tren de cercanías para Cali?

Estudios de prefactibilidad estarán a inicios del 2019, aunque el proyecto afronta grandes retos.

18 de noviembre de 2018 Por: Alda Livey Mera Cobo / Reportera de El País

Mientras los 170.000 habitantes de las comunas 7 y 8 disfrutan de la primera etapa del Corredor Verde sobre la Carrera 8, inaugurado esta semana, el resto de los caleños se pregunta para cuándo estará la segunda fase, la que busca sanar esa gran cicatriz que la atraviesa de sur a norte, de La Flora a Pance.

Se trata de aprovechar ese corredor por donde circuló el tren en la época dorada de los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, dotarlo de un tren de cercanías como una solución de transporte masivo sostenible para conectar a Cali con Jamundí, Palmira y Yumbo, y de paso, recuperar ese espacio público con acciones de renovación urbana que erradiquen esa especie de ‘tumor’ que se hincha cada vez más, a la altura de la galería de Santa Elena.

El macroproyecto, incluido en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de 2014 por la anterior administración del alcalde Rodrigo Guerrero, enfila sus baterías ahora para consolidar la fase 2, la del corredor férreo, quizá la más importante.

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Alfonso Otoya Mejía, gerente del Corredor Verde en la administración Guerrero, afirma que esta segunda fase quedó en etapa de estudios de prefactibilidad y de diseños. Los primeros mostraron los cronogramas, estructura de costos y la línea básica para los diseños, dice. Y estos fueron terminados en la administración Armitage y hasta fueron premiados como el mejor diseño arquitectónico de espacio público hace poco días, anota.

“Solo falta entrar a desarrollar esos diseños a partir de la voluntad que tenga esta administración en llevarlos a cabo”, advierte Otoya Mejía.

Según información de Esperanza Forero, subdirectora de Planificación del Territorio de Planeación Municipal, la iniciativa no tiene reversa porque el POT 2014 “adopta el Tren de Cercanías y el Corredor Verde como un proyecto estratégico para Cali”. Igualmente, el Plan Integral de Movilidad Urbana 2017, “considera el macroproyecto como eje estructurante de movilidad”.

Prueba de ello, dijo la funcionaria, es que Planeación Municipal está realizando la caracterización detallada de los inmuebles priorizados de la franja del corredor férreo, que permita identificar los predios involucrados, con el fin de que sea la base para la gestión predial e intervenciones requeridas, y la correcta formulación de la pre-factibilidad y factibilidad del Tren de Cercanías, por un valor de $760.000.000.

También está realizando, asegura, la propuesta urbanística, institucional, financiera, jurídica y técnica, a nivel de factibilidad, de los proyectos detonantes o estratégicos en áreas de oportunidad priorizadas, por $657.394.050.

A juicio de Otoya, la segunda y la tercera etapa son importantísimas para Cali. Como el trazado férreo es un eje de transporte, argumenta, el tren de cercanías sería un articulador esencial, un optimizador para el Sistema Masivo Integrado MÍO. “Ya es responsabilidad de la ciudadanía exigir a los gobernantes que lleven a cabo este proyecto de vital importancia para la ciudad”, acota.

María Isabel Ulloa, directora de la Fundación para el Desarrollo Integral del Pacífico, admite que el Corredor Verde y el Tren de Cercanías es un proyecto muy ambicioso y con muchas implicaciones para Cali y los municipios vecinos, en términos de movilidad, renovación urbana y espacio público. “Es la forma de conectarnos con Jamundí, Yumbo y Palmira y de empezar a vernos como esa gran área metropolitana”, explica.

Alfonso Otoya y María Isabel Ulloa coinciden en que no hay que hacer compra de predios ni hay líos de expropiación, porque es espacio público del otrora Ferrocarriles Nacionales de Colombia.

Sin embargo, El País hizo un recorrido en el que observó que el sector de Santa Elena está invadido de parqueaderos techados y enmallados y locales de venta de comidas y víveres. Frente a Villa del Sur y San Judas, hay cambuches y habitantes de calle, escombros y basuras. Y junto a la vía Panamericana, hay estaciones de servicio para vehículos, recarga y venta de extinguidores, para citar solo dos tipos de negocios que colindan con el corredor férreo que busca ser el Corredor Verde.

Una mujer que cuida un parqueadero improvisado en Santa Elena, confiesa que el sitio pertenece a un político, pero no revela ni su nombre ni el de ella, “porque de eso depende mi trabajo, aquí me gano el mínimo”. Y el derecho a vivir gratis en un cambuche de tablas, latas y plásticos a punto de desplomarse sobre los carros que pasan por la Calle 25.

Alfonso Otoya encuentra que la verdadera dificultad del proyecto es la construcción de los 26 kms. de espacio público de Cali y que el compromiso de la Alcaldía debe ser asegurar los recursos para ello. “Es la decisión política que se debe tomar; seguramente en esta administración no se va a lograr y va a depender del próximo Alcalde la destinación de recursos para tener un espacio público digno, de altura y que garantice movilidad transformadora a lo largo de la ciudad”, denuncia.

El exfuncionario insiste en que “solo falta voluntad política de la Alcaldía y voluntad de la ciudadanía para enmarcar el Corredor Verde como uno de sus proyectos prioritarios”.

A esta percepción, la directora del FDI, María Isabel Ulloa, comentó: “Lo que han demostrado tanto la Gobernadora como el señor Alcalde, es voluntad política para trabajar de la mano en un proyecto de tanta importancia, para que sea una realidad, pero esto tiene sus tiempos”.

Una demora de varios años

Ciudadanos nativos de barrios aledaños al Corredor Verde ven como muy buena la iniciativa de la que oyeron hablar hace seis o más años, pero les inquieta es cuándo empezará la obra.

Luis Henry González, de Villa del Sur; Patricia Gómez Rodríguez, de Valle del Lili; Luis Fernando Rodríguez, de Santa Elena, lo que desaprueban es que no arranquen ya.

“Sería buenísimo que hicieran ese corredor y el tren, para que acaben de una vez con ese planchón, no sé a quién se le ocurrió hacer eso”, se queja Marcos Poveda mirando con desconsuelo desde su local de cerraduras, el desorden y las basuras que invaden el carril por donde él veía pasar el tren, cuando niño.

Javier Riascos, vecino del barrio La Esperanza, le ríe e ironiza que “eso tal vez lo hagan cuando ‘nosotros estemos ya horizontales’, no creo que lo alcancemos a ver, tal vez los bisnietos”.

Poveda le refuta: “Uno no puede ser tan desalentador en la vida. Mire lo que decían del MÍO, que nunca lo iban a hacer y allí está andando”, y añade: “Esto se vería hermoso, cambiaría el entorno, daría agilidad en el trabajo y mejorarían las ventas”. Javier acepta que sería muy positivo y hasta atraería turistas.

Para la directora de la FDI, María Isabel Ulloa, el proyecto no está demorado. Al contrario, celebra que este año el gobierno francés dio los recursos para los estudios de prefactibilidad y que la Gobernación y la Alcaldía decidieran trabajar juntas para lograr los recursos para los estudios complementarios.

“Esto no ha sido demorado, sino que requiere tiempo para tener claridad y encontrar la solución adecuada; es un proyecto ambicioso, que requiere de grandes pasos, pero se deben dar con mucha cautela y mucho juicio”, puntualiza la funcionaria.

La señora Ulloa también destaca que la Gobernación y la Alcaldía, con apoyo del Gobierno de Francia, están trabajando ya en la autoridad de transporte, “para tener esa primera visión de cómo va a ser la movilidad como posible área metropolitana. Y también, la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) está acompañando este proyecto tan importante”.

Los estudios de prefactibilidad de la fase 2 los está haciendo la compañía francesa Systra, dice, con una cooperación técnica que les dio el gobierno francés al Municipio y a la Gobernación y recursos de la Agencia Francesa de Cooperación, y que estarán listos en el primer semestre de 2019.

La importancia del Tren de Cercanías y del Corredor Verde, dice Esperanza Forero, funcionaria de Planeación Municipal, es que sería una solución integral en términos de cobertura, rutas, capacidad y velocidad, que, articulado al sistema de transporte masivo MIO, logra ofrecer un sistema intermodal y acorde con las normas internacionales de desarrollo sostenible.

Las principales ventajas es que disminuye los desplazamientos e inseguridad de los usuarios y la emisión de gases de efecto invernadero. “El proyecto es una oportunidad de transformación del territorio brindando una solución al crecimiento discontinuo y fraccionado con que se han venido expandiendo las ciudades aledañas”, dice.

Financiación

Para la construcción de la obra, el POT plantea cobros por edificabilidad a lo largo del corredor, que es el impuesto que pagarían las constructoras por hacer edificaciones de más de 5 pisos, el límite permitido. Este estudio lo hizo el Lincoln Institute of Policy en 2017. “El proyecto era financiable por las tasas de edificabilidad que hay en ese corredor, pero también se contemplan los empréstitos”, sostuvo Otoya.

La directora del FDI indica que como el proyecto es una solución de movilidad e irá integrado al MÍO, se basará en la Ley de Metros para buscar los recursos. “Los tenemos que poner en la región, pero también tenemos que ir al Gobierno Nacional a través de un Conpes para solicitar su financiación. Por eso tenemos que estar unidos en el Valle del Cauca y los municipios vecinos, para trabajar por esos recursos”, enfatiza.

En ese caso, según lo que se logre en el Conpes, se definirá cuánto se puede captar por la tasa de edificabilidad.

Esperanza Forero indica que los financiadores serían organismos de cooperación internacional como la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y Nama Facility y entes como Planeación Municipal, la Secretaría de Infraestructura, Metrocali, además de bancas de desarrollo como Findeter.

La directora del FDI enfatizó en que no se va a aventurar a anunciar cifras del proyecto, hasta que no estén listos los estudios de prefactibilidad. “Solo cuando nos entreguen los estudios, se tendrá certeza de los costos. Lo importante es que esta Gobernación y esta Alcaldía dejen lo de los costos claros, para que las próximas administraciones empiecen a buscar los recursos e inicien la ejecución de laobra”, declara.

“Esperamos que la ciudadanía, tanto caleños como vallecaucanos, se apropie de este proyecto tan importante y nos pongamos la camiseta, le hagamos veeduría; la FDI le está haciendo el seguimiento, porque no queremos que se quede en el tintero”, concluyó María Isabel Ulloa.

Solución

El Corredor Verde, fase 2, sería la solución a los problemas de movilidad de Cali.

Según el Plan Integral de Movilidad Urbana – Pimu 2017, en Cali se realizan 3,6 millones de viajes diarios.

De ellos, 1.110.849 (30,8%) se realizan en transporte particular, 521.752 en carro (14,5%) y 589.097 en moto (16,3%).

Esto conlleva baja eficiencia de la movilidad, mayor tráfico y alto índice de contaminación ambiental.

¿Qué es el Corredor Verde?

El Tren de Cercanías y Corredor Verde contempla 65 kms. de Yumbo a Jamundí, de los cuales 23 kms. entrarán al casco urbano de Cali y va unido a un plan de renovación urbana para transformar 1.2 millones de mts.2 de espacio público con ciclorrutas, zonas verdes, senderos peatonales, equipamientos y mobiliario.

La Secretaría de Infraestructura financió el anteproyecto de diseños hecho por la unión temporal de las firmas de arquitectura Espacio Colectivo + OPUS, el cual ganó el segundo lugar en Ordena- miento Urbano y Regional de la XXVI Bienal Colombiana de Arquitectura y Urbanismo, realizada en octubre pasado

Primera fase, un buen ejemplo

La recién inaugurada fase 1 del Proyecto Corredor Verde (Carrera 8ª, entre calles 28 y 63) es, según Esperanza Forero, subdirectora de Planificación de Territorio de Planeación Municipal, muestra fehaciente de que la administración del alcalde Maurice Armitage tiene como prioridad invertir en lo social: educación, salud, cultura, deporte. “Este Corredor Verde es el mejor ejemplo de esa combinación exitosa para la sociedad caleña: inversión social y progreso físico. Entregamos 3,4 kilómetros de ciclorruta segura y una vía independiente de carriles para carros y motos, para que las personas puedan disfrutar del espacio sin distractores ni preocupaciones”, destacó.

Esta fase tiene 31.000 metros cuadrados de espacio público, dotados de 80 equipos de juegos biosaludables, tres juegos infantiles, 20 bancas, amplio espacio peatonal y un diseño arquitectónico que convierte la zona en atractivo de la ciudad. “La inversión de $21. 000 millones se refleja en una hermosa obra que se entregó el jueves. El beneficio directo es para los propietarios de los inmuebles de las comunas 7 y 8, sus viviendas serán valorizadas con esta obra que apuntala el ideal de ciudad que el Alcalde quiere dejarles a los caleños. Resta que la comunidad se siga apro- piando del Corredor Verde, lo cuide y no permita que los vándalos lo destruyan”, concluye Esperanza Forero.

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