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Esta recompensa de $20 millones supera considerablemente la información que había obtenido recientemente la Dijín de la Policía, que determinó que el ofrecimiento era de aproximadamente $5 millones. | Foto: Cortesía El Colombiano

CLAN DEL GOLFO

Plan de Paz Total incluiría al menos a 20 grupos ilegales, ¿qué negociarían con el Gobierno?

Aunque los acercamientos todavía son muy incipientes, algunas bandas criminales han planteado que aceptarían ir a la cárcel.

18 de septiembre de 2022 Por: Redacción de El País

En el tablero de ajedrez de la paz total del gobierno de Gustavo Petro es clave saber qué piezas usar para pasar al ataque y cuáles sacrificar para lograr la siguiente movida.

Desde la Casa de Nariño han sido audaces con las jugadas: se ordenó levantar las órdenes de captura y solicitudes de extradición de los cabecillas del ELN y se planteó que los miembros de grupos narcotraficantes que colaboren con la justicia no sean enviados a los Estados Unidos para ser juzgados por esos delitos, además ya se radicó en el Congreso un proyecto que modifica y prorroga la Ley 418 de 1997 con el fin de garantizar un paquete normativo más amplio.

Las bandas criminales y los grupos insurgentes como el ELN y las disidencias de las Farc también han avanzado casillas. Las primeras enviaron una carta al Presidente cuando asumió el poder, asegurando que tienen voluntad de sometimiento y que están dispuestas a iniciar acercamientos. Incluso, organizaciones como el Clan del Golfo ordenaron suspender crímenes atroces como el Plan Pistola que cobró la vida de 36 uniformados y dejó víctimas indirectas como los jóvenes asesinados por un coronel de la Policía en Chochó, Sucre.

Una de las dificultades de partida de la paz total es que no tiene un solo escenario. Mientras el Gobierno tiene un camino recorrido con el ELN y las disidencias, ya que tienen una naturaleza insurgente con intereses políticos, por lo que experiencias del pasado como las desmovilizaciones del M-19 y las Farc-EP sirven de hoja de ruta, además, la guerrilla del ELN ya había sentado las bases del un diálogo con el expresidente Juan Manuel Santos, en el caso de las bandas criminales, entre ellas El Clan del Golfo, Los Shottas, Los Espartanos, Los Caparros, la figura que aplica es la de sometimiento a la justicia y se requerirá de ellas que cumplan con condiciones especiales para poder acceder a beneficios.

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Entonces, con este escenario complejo, ¿qué están dispuestos a ceder las bandas y qué piden para poder seguir en el ajedrez de la paz?

“Negociar con los grupos armados organizados va a ser difícil de hacer realidad porque si bien ya hay unos instrumentos legales como el principio de oportunidad, la sentencia anticipada, el sometimiento colectivo a la justicia, no existe un mecanismo con mayor éxito y tendrá que hacerse un acercamiento específico con cada uno, teniendo en cuenta todo lo consignado y lo que permite el Código Penal colombiano.
Habrá que hacer negociaciones y concesiones específicas de parte y parte”, explica Isaac Morales, coordinador de Convivencia y Seguridad Ciudadana Fundación Pares.

El investigador dice que se deben tener en cuenta elementos que bandas como Los Pachenca, La Oficina, El Mesa, Los Costeños, La Local, La Cordillera y Los Mexicanos son translocales, es decir que aunque tienen su origen y centro de operaciones en un municipio, tienen capacidad de extender su accionar criminal a su entorno geográfico cercano, como pasa en el Pacífico y eso puede entorpecer las posibilidades de que entreguen información clave como ubicación de laboratorios, rutas de narcotráfico, contrabando, contactos internacionales, armas, entre otros.

“Esa irregularidad implica que se deban estudiar los casos particulares, entender sus naturalezas exactas y ejecutar acciones específicas que deberá determinar el gobierno y que pueden ser similares a las tomadas con las AUC. El proyecto de ley que está en el Congreso va a ser determinante para saber qué tanto está dispuesto a ceder el Estado y cuál va a ser la ingeniería institucional que se va a destinar”, añade Morales.

En cuanto a cuál sería la movida de los ilegales sobre qué tanto están dispuestos a sacrificar en pro de su desmovilización, Morales cree que será, inclusive, menos que lo logrado con las antiguas Farc porque los grupos ya saben de la fragilidad de lo acordado y no estarían dispuestos -al menos en el caso de las más nutridas en términos de hombres, armas y control de economías ilegales, como el Clan del Golfo- a renunciar al control que han ganado después de 2016 con la salida de las Farc del panorama.

“En el Gobierno de Duque no hubo políticas fuertes para implementar el Proceso de Paz, eso lo ven los actuales ilegales y saben que no pueden ceder demasiado”. El analista considera que este es un momento delicado para buscar la paz total por el fortalecimiento de todos los grupos al margen de la ley, debido a la falta de estrategias de recuperación de territorios en el gobierno pasado, lo que llevó a que desde 2017 hasta hoy el Clan del Golfo, por ejemplo, haya aumentado su presencia de 200 municipios a 341 hoy en día.

Para Hugo Acero, experto en temas de seguridad y justicia, todas las bandas deberían entregar información sobre sus actividades criminales para garantizar la no repetición de ciclos de violencia en el futuro.

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“No basta con parar momentáneamente la violencia, el sometimiento, el desmantelamiento de las organizaciones criminales, la garantía de no repetición y entrega de información y verdad en favor de las víctimas. Es necesario que los grupos entreguen información sobre las actividades criminales que realizan para que eso permita desarticular y acabar con la cadena económica de las distintas rentas criminales que alimentan la violencia, como el narcotráfico, la minería ilegal, la trata de personas, la extorsión, entre otras. Se necesitan nombres de empresas y personas que alimentan la cadena ilegal, información de distribución y comercialización, rutas, blanqueo de recursos, socios públicos y privados y demás”.

El experto añade que se debe conseguir que quienes se vinculen al proceso entreguen toda la información personal y judicial, no solo para poder aplicar las sanciones y beneficios judiciales y sociales que se establezcan sino también para poder hacer seguimiento a cada uno para que no vuelvan a delinquir y eso podría ser un filtro que permita definir a los protagonistas de la paz total.

¿Y las bandas más pequeñas?

Uno de los casos más claros de la necesidad urgente de avanzar en la pacificación de los territorios es Buenaventura, en donde los enfrentamientos entre bandas locales han generado zozobra entre la población civil por semanas seguidas, al quedar en medio del fuego cruzado entre organizaciones delictivas que se disputan el territorio.

Sin embargo, conocedores de la situación del puerto, como monseñor Rubén Darío Jaramillo, obispo de Buenaventura, dicen que el recrudecimiento de la violencia ha sido tal que los miembros de ‘Los Shottas’ y ‘Los Espartanos’ quieren romper el círculo vicioso y en una carta que le enviaron esta semana dicen que están dispuestos a pagar cárcel y que se comprometen a trabajar en reducir los índices de sicariato, secuestro y extorsión con tal de ser tenidos en cuenta en el proceso de sometimiento.

“Los tres delitos de más alto impacto en Buenaventura son los asesinatos, las extorsiones y los secuestros, con el fin de controlar las doce comunas de la ciudad. Lo que pasa es que al hacerlo, están impactando de manera negativa a sus entornos, a sus familias, a sus allegados y los muchachos que están en esas bandas lo saben y por eso quieren entrar en el proceso y están dispuestos a poner en la mesa sus planteamientos”, explicó monseñor Jaramillo.

El representante de la Iglesia añade que ellos son conscientes de que deben poner de su parte y que han expresado su intención de someterse a la justicia, pero con algunas concesiones.

Jaramillo explica que ellos piden que haya un acuerdo para asumir penas carcelarias menos rigurosas de las que pagarían si fueran capturados, también piden que durante el tiempo que estén tras las rejas se les habiliten programas productivos y que haya opción de penas alternativas, como pasó con las antiguas Farc.

De acuerdo con el obispo, ni ‘Los Shottas’ ni ‘Los Espartanos’ están
pidiendo protección de sus bienes económicos, es decir que estarían dispuestos a entregar a las autoridades sus ganancias ilegales con tal de ganar beneficios jurídicos futuros.

En total, entre ambos grupos, se estima que son 1200 hombres, de los cuales 1000 son miembros de ‘Los Espartanos’ y los restantes están en las filas de ‘Los Shottas’.

Por ahora así está el ajedrez: la movida que viene será clave para determinar cómo avanza, por ahora los ilegales ya usaron sus fichas para poner sobre el tablero lo que están dispuestos a ceder y lo que piden también, falta ver qué sigue en una partida que todavía tiene muchas movidas de fichas por delante.

Las bandas criminales

Entre los grupos que aceptarían someterse a la justicia está el Clan del Golfo. Su zona de influencia principal está en los departamentos de Antioquia, Córdoba y Chocó, en donde tiene repartidos cerca de 3200 integrantes.

Otra agrupación son Los Pachelly, apéndice de La Oficina. Esta se ubica en Bello, Antioquia, y tendría entre 100 y 200 hombres armados.
Los Caparros son un derivado del Clan del Golfo que opera en el Bajo Cauca antioqueño. Aunque ha recibido golpes en el pasado, incluso la muerte de alias Flechas, su máximo comandante, siguen vigentes y se estarían reencauchando bajo otro nombre. Todavía no han expresado su voluntad directa de sumarse a la paz total, pero hay indicios de que hay interés en ser tenidos en cuenta para iniciar los diálogos.

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20 grupos ilegales interesados: La paz total incluiría procesos de diálogo y de sometimiento a la justicia con al menos 20 grupos armados ilegales del país, de acuerdo con un informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz.

La organización que investiga la violencia y el conflicto señala que desde la Casa de Nariño se tienen diseñados siete bloques de acciones concretas que serían aplicadas para avanzar en distintos frentes.

Por un lado están los diálogos exploratorios para retomar las negociaciones con el ELN, también están sobre la mesa acercamientos con el Estado Mayor Central de las disidencias de las extintas Farc, lo mismo que con la Segunda Marquetalia y con las Autodefensas Gaitanistas de Colombia. El comisionado de paz, Danilo Rueda, dijo que ya ha avanzando en algunos de estos puntos.

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