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Familia Colombovenezona que se radica en Cali a raíz de la crisis que esta afrontando Venezuela. Marietta y Gustavo se conocieron en los últimos semestres de universidad gracias a unos torneos de voleibol, deporte que ambos practicaban. | Foto: Oswaldo Páez / El País

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Navidad en un nuevo hogar: así celebrarán las festividades los venezolanos en Cali

Historia de cuatro familias que tendrán su ‘noche buena’ lejos de casa.

23 de diciembre de 2018 Por: Redacción de El País

En vísperas de Navidad, los venezolanos que han migrado a Cali a raíz de la crisis del vecino país, cuentan de qué manera llegaron a la ciudad y cómo, lejos de su familia y de su tierra, tienen planeado festejar la ‘Nochebuena’.

De las cientos de familias venezolanas que han llegado a la capital del Valle, El País visitó el hogar de cuatro de ellas, que ya tienen todo listo para celebrar.

Las delicias de chocolate de Luis

Luis Vera nació el 20 de agosto de 1965 en Caracas, Venezuela, y el 27 de septiembre cumplió un año de estar en Cali. Vive solo en una de las unidades detrás del centro comercial Chipichape, porque hace 9 años, como un acto intuitivo de la crisis que se venía, compró el apartamento 605 de la torre ‘B’ con su hermana.

“Nos hicimos a un apartamento aquí en Cali, porque en Venezuela no se puede invertir, el gobierno te lo quita”, afirma Luis, quien es administrador de empresas, egresado de la Universidad de Santa María de Caracas.

Recién llegado a Cali, trabajó lavando carros durante cinco meses en donde conoció más venezolanos, también profesionales.
“Todos lavábamos carros desde las 6:00 a.m. hasta las 6 p.m. Me hacía entre $20.000 y $35.000 diarios. Abogados, ingenieros, administradores, todos andábamos ‘pelando la olla’”.

Después, Luis fue botones de un hotel en el oeste de Cali, pero ahí duró tres días porque lo ponían a hacer todo tipo de trabajos.
Se sintió discriminado por ser venezolano, y tras esta experiencia entendió que tenía que dedicarse a hacer lo que ama: cocinar.

Ahora Luis tiene un negocio de postres y arreglos florales que se llama ‘Delicias Chocolate’. “Vi gente de mi casa comiendo de la basura. Cuando llegamos a esa situación decidí que era hora de partir”, señala.
En Cali está tratando de sembrar y aunque el camino no ha sido fácil, Luis ha vuelto a creer en sus sueños: poner una escuela gastronómica para enseñarle a los otros venezolanos sus conocimientos en culinaria.

“No estoy de acuerdo con esa cantidad de venezolanos que con un cartelito se paran en el semáforo a esperar a que les den plata. Eso
es inaceptable para mí”, expresa.

Los productos de su negocio ‘Delicias Chocolate’ se comercializan a través de Instagram, y mediante pedidos por WhatsApp.
Su Navidad la pasará reunido con otros compatriotas, cocinando ensalada de gallina y pan de jamón. La idea es comer, brindar y como él dice “llorar escondidos”.

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49.177 venezolanos han llegado al Valle del Cauca según Migración Colombia. 37.622 venezolanos están en todas las comunas de la ciudad.

La venezolana a la que un caleño le salvó la vida

Marietta Vizcarrondo es otra venezolana en Cali. Nació en Caracas y es hija de padres caraqueños. Estudió odontología y luego diseño gráfico y publicidad.

Su historia tiene que ver con el amor. Su esposo es Gustavo González, un caleño con quien hoy tiene a Lucas, su hijito de 4 años, y una vida estable. “Hace seis años me vine de Venezuela enamorada de Gustavo, a quién le debo mi estabilidad y tranquilidad con la que vivo ahora, pero mi familia sigue allá y la situación está cada vez peor”, asegura.

Hace seis años Marietta alcanzó a sentir la crisis que se aproximaba. La comida también empezaba a escasear.

El bolívar (moneda venezolana) que hoy en día se llama ‘soberano’ cada día estaba más devaluado. Un día el mercado podía hacerlo con un presupuesto determinado, y al día siguiente ese mismo mercado podía costar el doble.

Pero esto no era lo peor. La situación política, económica y social en Venezuela la hacía sentir pánico porque a las 7:00 de la noche apagaban las luces del alumbrado público de Caracas.

“Me daba miedo salir, y si por alguna razón urgente tenía que hacerlo, la recomendación era no moverse, así que esperaba a que saliera el sol”, expresa la mujer.

Con la oscuridad aumentaba la inseguridad, había muchos atracos y era normal escuchar sobre secuestros.

Hoy en día su familia subsiste gracias a que se acostumbraron a hacer dos comidas diarias.

“Dios me puso en el camino a Gustavo hace seis años y pude migrar de mi país en condiciones muy distintas a las migraciones que se están haciendo ahora”, cuenta.

Siempre con la mentalidad puesta en surgir de la mano de su esposo para ofrecerle un cuarto en donde abrigar a su familia venezolana, porque tiene claro que en cualquier momento va a recibir una llamada de SOS desde Venezuela.

Ella y su familia van a preparar platos típicos venezolanos e intercambiarán regalos con sus amigos.

Al igual que Luis Álvarez, y Luis Vera, Marietta va a cocinar hallacas, pan de jamón, ensalada de gallina y pata de cerdo. Y un postre de lechosa en almíbar, es decir, papaya en almíbar.

También tomarán ponche de crema, que es un trago emblemático venezolano para celebrar la Navidad.

Lo que ha sido una novedad para ella y el resto de los venezolanos en Cali es el día de las velitas, el 7 de diciembre.

“El año pasado invitamos a nuestra casa a 25 venezolanos, preparamos comida típica de nuestra tierra, bebimos y bailamos”, cuenta Marietta.
Pero no todas las historias de los inmigrantes son así de positivas.

Y para ningún colombiano resulta extraño ver en cada esquina o en el transporte público a familias venezolanas con carteles pidiendo dinero o intercambiando bolívares por cualquier moneda colombiana.

Para evitar asentamientos informales, las autoridades hacen recorridos y retiran a las personas que estén ocupando zonas verdes, como lo avala el Código Nacional de Policía

Sobre Edglenis

Su esposo y los cuatro niños trabajan en el sardinel de la Calle 16 con Carrera 85 en El Ingenio.

Su plan navideño será un compartir organizado por La Fundación Generoso, en la terminal de transporte de Cali, organizado para familias venezolanas que como la de Edglenis , están pasando por una situación compleja en Cali.

La Fundación Generoso tiene preparada comida, música, regalos para los más pequeños, y asesorías gratuita para todos los interesados con una psicóloga y un abogado.

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