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Los labios es una de las partes donde las personas más se inyectan biopolímeros. El relleno más utilizado para aumentar su volumen es el aceite de silicona. | Foto: Archivo de El País

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Los dramas por biopolímeros que tienen disparadas las cirugías en Cali

Más de 600 pacientes han sido operados en los últimos cinco meses en clínicas de la ciudad.

8 de noviembre de 2018 Por: Redacción de El País 

En el 2008 Bárbara Yusti le pagó $1.000.000 a una esteticista para que le inyectara ácido hialurónico en sus glúteos con el fin de darles más volumen. Al principio Bárbara quedó satisfecha con el resultado del procedimiento estético, pero cinco años después su cuerpo comenzó a rechazar la sustancia que le aplicaron.

Los primeros síntomas de alerta fueron dolor e inflamación de su espalda. Luego se le bajaron las defensas y empezó a sufrir fiebres constantes. Cuando consultó a un especialista, el diagnóstico fue devastador:

“Me hicieron un escáner que detectó que los biopolímeros que me habían aplicado habían llegado hasta mi columna vertebral. Desde ese entonces, comencé un tratamiento para retirarlos de mi cuerpo. Ya llevo cuatro cirugías y la última me la hice hace un mes. En todo este proceso he invertido cerca de $40 millones. Para mí, esto ha sido muy difícil porque yo era modelo y, debido a las operaciones, nunca más pude volver a ejercer ese oficio”, contó la joven de 32 años.

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Casos como este, se han vuelto el principal motivo de consulta para el doctor Carlos Alberto Ríos, cirujano plástico reconstructivo y estético del Centro Médico Santuario, quien asegura que las cirugías para retirar biopolímeros se han incrementado a tal punto que han desplazado otros procedimientos quirúrgicos como los implantes de busto o la rinoplastia.

“Actualmente en la clínica estamos haciendo un promedio de 35 operaciones mensuales para quitar esas sustancias del cuerpo, mientras que en el 2017 la cifra llegaba a las 25 y en años anteriores practicábamos cinco o máximo diez al mes. Además, es importante decir que estamos operando pacientes no solo de Cali y de Colombia si no también del extranjero, porque esta es una problemática global que afecta, principalmente, a la población latinoamericana”, explicó Ríos.

“En mi consultorio estoy recibiendo un promedio 12 consultas al mes para sustraer dichas sustancias, cuando el año pasado recibía 8 casos aproximadamente. Por su parte, en Imbanaco se están operando tres pacientes al mes por este motivo”, indicó Riascos.

Y es que según información oficial de varias clínicas de Cali donde se hacen los retiros de biopolímeros, más de 600 pacientes en los últimos 5 años han sido operados por este motivo.

Entre tanto, según cifras de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y Estética, las consultas por daños de los biopolímeros se han incrementado en un 40 %. En efecto, de cada 10 consultas para cirugía reconstructiva que atienden profesionales adscritos a la entidad, dos corresponden a perjuicios por dichas sustancias.

Biopolímeros, un cáncer silencioso

Según expertos, las cifras de las operaciones para retirar biopolímeros vienen en aumento debido a que estas sustancias empiezan a afectar la salud con el paso de los años.

“El grueso de las consultas son pacientes que se las han inyectado hace 5, 10 y hasta más de 20 años, cuando se pensaba que estas eran inofensivas y no había campañas de prevención sobre el uso de las mismas. Últimamente también hemos detectado que cerca de un 30 % de las personas que acuden a realizarse cirugías estéticas, se han inyectado biopolímeros, aunque la mayoría de ellas aún no han presentado complicaciones en su salud”, aseveró el cirujano Alfonso Riascos.
La situación se agrava porque ni la Secretaria de Salud Municipal ni Departamental tienen un registro oficial de cuántas víctimas de biopolímeros existen en Cali y en el Valle. Sin embargo, el gremio de cirujanos plásticos estima que en la ciudad, el número de pacientes que se los han inyectado podría superar las 120.000 personas.

“Sabemos que las estadísticas son alarmantes y por eso estamos haciendo un fuerte control a entidades ilegales que los practican. Los biopolímeros son sustancias no aptas para el cuerpo humano y por eso no se puede aplicar, independientemente que la persona que lo haga tenga o no la experticia”, afirmó Nelson Sinisterra, secretario de Salud Municipal.

Las afectaciones para la salud de estos procedimientos inyectables son variados. Estos puede provocar desde el enrojecimiento de la piel, inflamaciones, alteraciones en el sistema inmunológico, hasta la muerte.

De acuerdo con la información de Medicina Legal, entre 1998 y 2016, en Cali se reportaron 66 muertes ocurridas durante procedimientos estéticos. De estas, diez estaban relacionadas con muerte secundaria por inyección de biopolímeros.

La cura, más cara que la enfermedad

La aplicación de biopolímeros, generalmente cuesta entre $600.000 y $1.000.000. Sin embargo, las cirugías para revertir estos procedimientos son costosas y requieren, en la mayoría de los casos, varias intervenciones quirúrgicas.

“Un área que se opera, dependiendo de su afección, puede costar hasta $20 millones. Eso quiere decir, que todo el tratamiento para quitar esas sustancias del cuerpo puede superar los $100 millones y este se puede extender entre uno y cuatro años”, sostuvo el cirujano plástico reconstructivo Carlos Alberto Ríos.

Según el especialista, a eso se le suma el costo emocional y social que tienen dichos procedimientos estéticos. “Las personas deben hospitalizarse y faltar a sus trabajos. Y, una vez se operan, algunas quedan con secuelas permanentes y hasta con deformidades”.

Por su parte, Ernesto Barbosa, presidente de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica Estética y Reconstructiva, hizo hincapié en que los biopolímeros nunca podrán ser retirados completamente del cuerpo. “Solo existen técnicas para solucionar los síntomas y las afectaciones a la salud que producen”.

Las personas que más están acudiendo a retirarse biopolímemos tienen entre 19 y 35 años. siendo el rango de edad más 25 y 27 años.

Síntomas de alerta

Los biopolímeros más utilizados son la silicona industrial, parafina, cemento dental, vaselina, aceite mineral o vegetal y hasta grasa animal.

Si a usted le han inyectado cualquiera de esas sustancias y presenta síntomas como pérdida de la memoria, insomio, agotamiento físico o alteraciones del estado de ánimo, se recomienda que acuda inmediatamente al médico.

El peligro de los biopolímeros radica en que, al no estar contenidos el algún recipiente especial, migran a las áreas vecinas y producen el efecto adverso al esperado.

Los efectos de los biopolímeros pueden surgir a unas cuantas horas luego de que son aplicados y hasta 25 años después.

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