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El fiscal Marcelo Pecci estaba de Luna de Miel en Cartagena desde el pasado 4 de mayo. Había llegado en un vuelo proveniente de Paraguay de la aerolínea Copa Airlines. | Foto: Foto: Tomada de Instagram

ASESINATO

Las tenebrosas conexiones criminales que habría detrás del asesinato del fiscal Marcelo Pecci en Cartagena

Marcelo Pecci, el fiscal asesinado el pasado martes en Barú, investigaba a las grandes mafias que operan en el continente.

15 de mayo de 2022 Por: Redacción Colprensa

Luchar contra el narcotráfico, el terrorismo y el sicariato en Paraguay le terminó costando la vida al fiscal Marcelo Pecci, asesinado en la paradisiaca playa de Barú, cerca de Cartagena, mientras disfrutaba de su luna de miel.

El director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, explicó que el homicidio fue cometido por un sistema de crimen organizado transnacional y con una alta planeación e inversión de recursos económicos.

Según las autoridades, el asesino es hombre de aproximadamente 1,74 metros de estatura, tez trigueña y acento caribeño. Por esta persona se ofrecen $2.000 millones de recompensa y es por el momento el único identificado como responsable.

Según el centro de investigación y análisis de crimen organizado Insight Crime, en Paraguay cada 28 horas se produce una muerte por encargo.

En ese país el crimen organizado se ha sofisticado en los últimos años dado que se ha posicionado como un importante centro para el tráfico de cocaína y marihuana, producción ilegal de cigarrillos y contrabando.

Lo anterior se entiende, de acuerdo con este centro de pensamiento, porque es el mayor productor de marihuana en Sudamérica, con lo cual abastece los mercados de consumo de Brasil y Argentina. Además, estos criminales también están produciendo cocaína.

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Con los argumentos de estos informes coincide Néstor Rosanía, director del Centro de Estudios en Seguridad y Paz en Colombia, quien explica que en América Latina existen tres ejes de inseguridad: México, en especial Culiacán que es la sede del Cártel de Sinaloa; Colombia, como primer productor a nivel mundial de cocaína, y la triple frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil.

Este último, según Rosanía, por dos variables. El primero es el narcotráfico “porque las rutas de la droga siempre se piensan de Colombia hacia el norte, buscando llegar a Estados Unidos y Europa, pero también existe una ruta que es hacia el sur”.

El segundo factor es el lavado de activos, el cual es de grandes narcotraficantes colombianos, centroamericanos y mexicanos. “Los cuales buscan lavar sus fortunas en el cono sur del continente y también grandes capos, no muy visibles del cono sur, que también tienen una estructura para el tema del lavado de sus propias fortunas que las han generado alrededor del narcotráfico”.

Todo lo anterior lo complementa Miguel Gomis, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana, quien explica que “en los últimos diez años ha habido cada vez más una presencia de grupos brasileños en la triple frontera que lo que han hecho es usar Paraguay como un lugar de tránsito para la cocaína boliviana”.

Sin embargo, aclara que Paraguay es un país bastante tranquilo en comparación con otras naciones de la región. “Hay que darse cuenta de que la intensidad de las actividades delictivas no está a la altura de otros países”.

Este tipo de casos eran precisamente los que investigaba el fiscal Pecci. Un hombre de 45 años, quien en su país era fiscal especializado contra el crimen organizado, narcotráfico, lavado de dinero y financiamiento del terrorismo, por lo que era una de las personas más custodiadas de ese país.

El caso más grande que el fiscal tenía a su cargo era un megaoperativo denominado: ‘A Ultranza Py’, por el cual fueron detenidas más de una decena de personas e incautados bienes por más de 1000 millones de dólares.

Este operativo comenzó el 22 de febrero de este año, luego de una investigación de 27 meses en cooperación con autoridades de Estados Unidos, que tenía como objetivo impactar una red criminal que había enviado más de 16 toneladas de droga a Europa. Esta droga salía inicialmente de Bolivia en vuelos clandestinos y llegaba a Paraguay desde donde era trasladada a Argentina y Uruguay para ser enviada al viejo continente.

En la operación resultaron vinculadas personas pertenecientes a las altas esferas de ese país, entre ellos los hermanos Insfrán, Miguel Ángel y José, este último pastor del Centro de Avivamiento, quien además fue precandidato a una gobernación y tenía relación con políticos como el diputado Juan Carlos Ozorio, quien también resultó involucrado a la investigación.

El congresista Erico Galeano Segovia y el ministro de la Secretaría de
Emergencia Nacional (SEN), Joaquín Roa, también han sido mencionados dentro de este escándalo.

Pecci, de acuerdo con el diario la Nación de Paraguay, también tenía asignadas las investigaciones sobre un tiroteo en un festival internacional de música en San Bernardino, donde falleció la modelo e influencer Cristina ‘Vita’ Aranda.

Este hecho, de acuerdo con el diario La Nación, es atribuido a un ajuste de cuentas entre facciones criminales brasileñas que operan en Paraguay.

Otro de los sonados casos que tenía a su cargo el fiscal era el del asesinato en un atentado a tiros de cuatro personas, entre ellas Haylee Carolina Acevedo Yunis, de 21 años, hija del gobernador del departamento de Amambay, ocurrido el 12 de octubre del 2021 a la salida de un evento social en la ciudad fronteriza de Pedro Juan Caballero.

Las últimas horas del fiscal

“El último atardecer en Barú, pero tendremos millones para estar juntos”, escribió la periodista Claudia Aguilera, esposa del fiscal Pecci, sobre los momentos que compartió con su esposo en su luna de miel.

Claudia Aguilera, viuda del fiscal Marcelo Pecci, es una reconocida periodista paraguaya que contrajo nupcias con Pecci el pasado sábado 30 de abril.

Se conocían desde hace tiempo por el trabajo y desde diciembre de 2021 eran novios. “Fue amor a primera vista”, expresó Claudia en una entrevista el pasado mes de marzo con Unicanal.

Tras la boda, que fue el pasado 30 de abril y que se realizó en la parroquia San José de Asunción, acordaron ir a Cartagena para pasar su luna de miel.

El 4 de mayo arribaron a la ciudad Amurallada y se hospedaron en un hotel del Centro Histórico. Luego salieron a recorrer sus calles, visitaron el Castillo de San Felipe, las murallas y el barrio Getsemaní.

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Dos días después se trasladaron al hotel Decameron en Barú. Allí disfrutaron de la playa y, el último día, Claudia aprovechó para anunciar que estaba embarazada. “El mejor regalo de boda es… la vida acercándote al testimonio más lindo de amor”. Acompañó el mensaje una fotografía en la playa, en la que en el primer plano se ven unos zapatos rojos de bebé y en el segundo plano está la pareja vestida de blanco dándose un abrazo afectuoso con el mar azul de fondo.

Dos horas después, dos hombres que llegaron por mar en una moto acuática, se acercaron al fiscal, que se encontraba descansando junto a su esposa y le dispararon causándole la muerte.

El relato detallado de los hechos lo entregó Aguilera al periodista paraguayo Óscar Lovera, amigo suyo: ese día el fiscal quiso ir a reservar las sillas de playa con anticipación porque había muchos turistas, pero su esposa no lo dejó y le pidió que se sentarán a desayunar y luego sí fue a hacer la reserva.

A las 11:00 a.m. el fiscal se paró a caminar en la playa y, al retornar, dos hombres se acercaron en una moto acuática. El hombre caribeño, que fue identificado por las autoridades, se acercó y le disparó, mientras el otro se quedó en la moto.

“Es el tirador, él es el que disparó el arma, ese hombre de tez oscura, de mas o menos 1,76 metros de estatura, que tiene sombrero, de una complexión física muy delgada pero con los músculos muy marcados, extendió el brazo hacía el fiscal, disparó tres veces el arma y dos de los impactos los recibió en el cuello y otro en un costado. Posteriormente, cayó tendido al suelo”, dijo Claudia, según la versión revelada por Lovera.
La gente intentó reaccionar gritando “¡atrápenlos!” El hombre disparó de nuevo para huir, se subió a la moto y huyó.

El dueño de la moto acuática que fue utilizada para asesinar al fiscal Pecci, en diálogo con Blu Radio, dijo que atendió a dos hombres que le pidieron alquilar el aparato, pero que le llamó la atención que pagaron por 30 minutos y regresaron en apenas 15.

En forma simbólica, los restos de Pecci, que serán sepultados hoy, serán trasladados para una velación en la Fiscalía, en el tradicional Colegio San José, donde estudió.

“Nos encontrábamos en la tienda en un día normal. Los muchachos alquilaron el ‘jet ski’, me encontraba con mi hermano en la tienda mirando para la playa cuando vimos que regresaron muy pronto”, contó.

A los 10 minutos, desde el hotel Decameron los alertaron que con esa moto acuática habían herido a una persona. “Al principio pensamos que lo habían atropellado, pero después nos dimos cuenta que era un atentando. Nos confundimos mucho y llamamos a la Policía”, contó.

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