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El presidente Gustavo Petro lideró la ceremonia de transmisión de mando del Mayor General Henry Armando Sanabria Cely, como Director General de la Policía Nacional. | Foto: Presidencia de la República

ESMAD

Las luces y sombras de la polémica reforma a la Policía que busca hacer el Gobierno Petro

Analistas creen que las medidas que se están tomando son las adecuadas. Antiguos miembros de la Institución consideran que debería hacerse un análisis más profundo sobre el Esmad.

28 de agosto de 2022 Por: Redacción de El País

Las reformas que ha planteado el presidente Gustavo Petro al interior de las Fuerzas Armadas avanzan de manera veloz: después de la remezón que provocó el nombramiento de la nueva cúpula militar, que obligó al retiro de decenas de generales de la República, ahora los esfuerzos están concentrados en cambios internos a la Policía, lo que incluye una renovación del Esmad, un nuevo enfoque en los esfuerzos en la lucha contra las drogas y el posible traslado de la Institución a un nuevo Ministerio.

Las medidas ordenadas desde la Casa de Nariño generaron algunas críticas, por considerar que el aumento de la intensidad de la violencia relacionada con el conflicto está en niveles muy altos, sin embargo, algunos expertos coinciden en que era necesario actualizar algunos planteamientos internos de la Policía, aunque identifican algunos retos que deberán enfrentarse en los próximos meses, mientras se avanza en la transformación y mientras el Estado intenta implementar lo que ellos llaman paz total.

“Esta reforma no es nueva, se había iniciado en el gobierno de Iván Duque. Y es vital que se haga porque hay una conclusión importante a la que se ha llegado: hoy la seguridad ciudadana no es únicamente responsabilidad de la Policía, lo que implica cambios no solo en su interior sino también en la gestión institucional, es decir, de los ministerios porque los uniformados se pueden encargar de temas de vigilancia, inteligencia, investigación y judicialización, pero eso es solamente una parte de las estrategias de seguridad, que también requieren un tema preventivo, social, de justicia y se requiere el apoyo de las alcaldías, de la Fiscalía, las comisarías, entre otros. Y aunque la Policía Nacional tiene características muy positivas, al haber incorporado elementos de cuerpos de Francia, Alemania y Estados Unidos, sí urgen que se modernicen algunos puntos clave”, explica Álvaro Pretel, investigador de temas de violencia y conflicto.

Entre los temas que el experto recalca está girando la reforma y que son muy positivos están, en primer lugar la equidad de género, el respeto por los derechos humanos y la manera de atraer más policías y retener ese talento humano para que no se retire de la Institución.

“Lo más importante de los cambios que se plantean es el de los pénsum de formación de los policías y en la manera de relacionarse con las
personas y mediar cuando hay conflictos, pues no están muy enfocados hoy en día”, dice.

Otro elemento positivo que ve Pretel es que en medio de los cambios hay atención hacia el relacionamiento interno de la Policía entre sus distintas direcciones y departamentos, lo mismo que con otras Instituciones como las alcaldías.

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“Como Institución estatal la Policía tiene una capacidad en cuanto a cantidad de personal y número de dependencias, similar a la de un ministerio y eso, en muchas oportunidades, se convierte en un problema porque hay oficinas como la Sijín, la Sipol, la Dipor, entre muchas otras, que trabajan como islas y si esa cadena logra unirse de manera efectiva el delito realmente puede reducirse. Otro elemento que tiene que ver con reformas internas es la articulación con las autoridades locales, es claro que hay que tener cuidado con el uso de datos privilegiados en cuanto a seguridad y que no se pueden compartir todos, pero el trabajo conjunto es primordial. Hoy en día hay muy poca claridad sobre si la Policía responde al nivel central o al nivel local, como ejemplo ya vimos lo que pasó con el reclamo del alcalde Jorge Iván Ospina de que no se le consultó sobre el cambio del comandante en Cali”, explica Pretel.

Todas estas modificaciones están bajo la sombrilla de un posible cambio del ministerio que contiene a la Policía. Hoy en día está junto al Ejército y las demás Fuerzas Militares en el Ministerio de Defensa, sin embargo Petro ha dicho que su intención es trasladarla a otra cartera, ya sea una existente como la de Justicia o del Interior, o una nueva que podría llamarse ministerio de seguridad pública, aunque ya se le han dado otras denominaciones antes.

Para Juan Carlos Ruiz, profesor de la Facultad de Estudios Internacionales Políticos y Urbanos de la Universidad del Rosario, aunque hay muchas declaraciones oficiales en este sentido, cree que no hay un plan concreto y que hay mucha improvisación al respecto todavía.
“Han dicho muchas cosas distintas sobre esto, no es claro si se traslada al Ministerio del Interior o a un nuevo ministerio de la seguridad pública, de hecho no saben qué nombre tendría. Yo creo que hay improvisación porque eso requiere de un proceso de ingeniería institucional que es grande, eso no se hace por decreto, se deben definir cuáles son las funciones que tendrían, cuánto presupuesto se le destinaría, habría que saber qué pasaría con las acciones conjuntas que se hacen dentro del Ministerio de Defensa en las que se ha usado la inteligencia de la Policía y de las Fuerzas Militares, creo que eso todavía toma tiempo”, expresa Ruiz.

La reforma al Esmad

Otro de los temas que más debate ha generado es el cambio de nombre y dinámica del Escuadrón Móvil Antidisturbios, Esmad.
El comandante de la Policía Nacional, general Henry Sanabria, se encargó de exponer el alcance de la reforma: “Se propondrá al presidente Petro y al ministro de Defensa, Iván Velázquez, cambiar el nombre del Esmad por: Unidad de Diálogo y Acompañamiento a la Manifestación Pública. Habrá unos cambios en los uniformes (de los grupos que contienen los disturbios). No serán de tonalidad negra, cuentan con protocolos de atención primaria, como casco blanco y dispositivos visuales que no llaman al contacto sino a la tranquilidad y se propone cambiar el nombre del Emad por Unidad de Diálogo y Acompañamiento a la Manifestación Pública”.

Al respecto, un oficial retirado de la Policía y quien hizo parte del Esmad, dice que de entrada se debe descartar una posible eliminación de este cuerpo y que todos los cambios deben hacerse basados en un análisis de la realidad nacional y de los índices de violencia que enfrentan las autoridades.

“El nivel de agresividad de la protesta ha aumentado mucho, la violencia se ha degradado, antes había papas bomba y canicas, ahora vemos que atacan al Esmad con armas de fuego, con bombas molotov, ponen cables que pueden degollar, entonces esos son elementos que deben ser tenidos en cuenta, no se puede permitir que se desborde la violencia”.

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El antiguo oficial dice que aunque sí se requieren mejoras internas profundas, se están haciendo transformaciones muy rápido y anticipando que se va a entrar en una etapa de paz total.

“En este momento no hay pacificación ni siquiera hay cese bilateral del fuego con nadie, así que sigue siendo necesaria una fuerza que tenga capacidades de enfrentar todo tipo de situaciones, las autoridades tienen que reaccionar cuando se está afectando el mobiliario, el transporte público”, aseguró el exoficial.

Añade que una de sus preocupaciones es que no ve que haya un plan de contingencia para enfrentar las consecuencias que van a acarrear los cambios generales en la Institución. Sin embargo, destaca que la Policía está conformada de manera que los nuevos comandantes tienen el respaldo de los suboficiales y demás miembros que tienen amplio manejo de la operatividad interna.

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