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La presencia de habitantes de calle también preocupa en el bulevar, en especial por las basuras que dejan en zonas verdes. | Foto: José Luis Guzmán / El País

BULEVAR DEL RÍO

Las amenazas que quieren arruinar la cara del Bulevar del Río

Denuncian presencia de jíbaros y alto consumo de drogas. Revisar la oferta cultural, entre los retos para dinamizar el sector.

15 de marzo de 2020 Por: Redacción de El País

Es viernes, y un visitante asiduo del bulevar del río conversa en una de las bancas. Habla de jíbaros. Dice que hay una casa cercana donde expenden drogas, y vendedores de marihuana que se ocultan por ahí, bajo la fachada de un transeúnte cualquiera. Los jíbaros se ubican sobre todo en la zona comercial del bulevar, y no tanto en la residencial, ubicada entre la Calle de La Escopeta y la Octava. A veces, con la brisa de la tarde, el bulevar huele a hierba.

El consumo de drogas es uno de los problemas que más preocupan a los comerciantes de la zona, como la familia propietaria del restaurante Markiño. Pero aquella situación es apenas una de las coyunturas que han deteriorado – socialmente – al bulevar.

Yorki Preciado asegura que junto a sus compañeros han logrado frustrar robos de celulares, de bolsos. Anteriormente corrían tras los ladrones y se los entregaban a la Policía. Ya no pueden hacerlo. Pese a que son ‘protectores del espacio público’, contratados por la Corporación de Recreación Popular, la entidad que administra el bulevar, no son autoridad.

Además han recibido agresiones. Hace unos meses un ‘protector del espacio público’ terminó en cuidados intensivos después de que le pidiera a un tipo que estaba haciendo obscenidades en uno de los baños públicos que se retirara.

Entonces, continúa Yorki, su presencia es apenas una manera de disuadir el delito, de hacer pedagogía con la ciudadanía y, en caso de que detecte un ladrón, lo que debe hacer es informarle a la Policía.

Pero no es tan fácil: Yorki mira alrededor. No hay ningún agente a la vista. La Policía no hace presencia permanente en la zona. Aunque los comerciantes han solicitado la instalación de un CAI, y la Corporación de Recreación Popular ha enviado oficios para que se refuerce la seguridad, la respuesta de la Policía es que no hay suficiente pie de fuerza disponible en la ciudad.

Así que, por el momento, el bulevar, que en fines de semana puede albergar unas mil personas, sobre todo en la noche, es custodiado las 24 horas por 33 ‘protectores del espacio público’ que se dividen en tres turnos. Se les reconoce por su vestimenta azul. Algunos portan radios.

En cada turno de ocho horas, el bulevar es protegido por once protectores del espacio público. Evitar dibujos y pintura sobre las paredes, otra de sus misiones.

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Entre sus objetivos está cuidar el mobiliario: que no rayen paredes, que no quiebren las ventanas de las salidas de emergencia, que nadie vandalice los vestigios que se hallaron durante el hundimiento de la Avenida Colombia. También deben evitar que los vendedores ambulantes se estacionen. Sin embargo, aquella tampoco es tarea fácil.

“Tenemos una problemática con respecto a los vendedores ambulantes en el bulevar porque la Alcaldía de Maurice Armitage permitía estas ventas. El argumento en ese momento era que todas las personas tienen derecho a trabajar. Entonces, si la Alcaldía lo permite, nosotros, como administradores del bulevar, no podemos prohibirlo. Desde entonces los vendedores creen que pueden vender allí, lo que nos ha generado dificultades. Hicimos un recorrido con la actual Alcaldía y se aclaró que las ventas ambulantes y estacionales se van a controlar”, dice Maryuri Marín, la administradora del bulevar.

El consumo de licor a cualquier hora y en cualquier lugar también inquieta. De hecho, hace unos días se abrió una cervecería en donde en teoría no debería estar: la zona residencial. Sin embargo, “estos establecimientos tienen permiso del suelo para vender licor, y ante ello no podemos hacer nada”.

Tampoco pueden hacer mucho con otro fenómeno que se viene presentando en la zona, aunque permanece camuflado: la prostitución. Y aunque algunos se quejan de la presencia de habitantes de calle en el bulevar, sobre todo por las basuras que dejan en zonas verdes, los ‘protectores del espacio público’ explican que no tienen competencia para prohibirles el tránsito.

Fernando Marín, gerente de la Corporación para la Recreación Popular, considera entonces que, además de los esfuerzos de la entidad para cuidar el mobiliario y las zonas verdes y hacer pedagogía con los usuarios, “se requiere del apoyo de la institucionalidad para ejercer control, de lo contrario se nos hace imposible”.

Apadrinar el bulevar

Esta semana se realizó una reunión entre la Alcaldía, los comerciantes del bulevar y residentes para tomar medidas. Uno de los resultados de la reunión, según el secretario de Seguridad y Justicia del Municipio, Carlos Alberto Rojas, es que se estableció una mesa de trabajo integrada por ocho secretarías, que deberán trabajar en el diseño de una estrategia de intervención del bulevar.

“Los problemas del bulevar no se solucionan solo con policías, que es lo que se pide con insistencia. Lo que hemos definido es que se van a identificar puntualmente las problemáticas y, según la competencia, cada Secretaría deberá adelantar intervenciones. Por ejemplo, si detectamos una casa o un establecimiento donde vendan droga, en ese caso la Policía deberá actuar, pero también la Fiscalía. Es decir: cada intervención en el bulevar tendrá su propio modelo”.

También se propuso que los comerciantes que están sobre el bulevar ‘apadrinen’ algunos espacios, los cuiden, a lo que respondieron que están de acuerdo, pero que esperan alguna contraprestación por ello. Una de las peticiones que se les hace a los comerciantes es que se responsabilicen de los desperdicios que puedan generar sus ventas y se aseguren de que las botellas y las latas de cerveza no terminen en el río o en las bancas.

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La administración del bulevar, la Plazoleta Jairo Varela y la Manzana T cuesta $1.100 millones al año. Está a cargo de la Corporación para la Recreación Popular.

El bulevar es barrido mañana, tarde y noche por Ciudad Limpia, también por personal de aseo de la Corporación para la Recreación Popular, quienes de jueves a domingo, ante la masiva asistencia de público, deben doblar esfuerzos. Por cierto, en el bulevar se habían instalado contenedores para facilitar la recolección de basuras, pero durante las protestas del paro nacional del 21 de noviembre de 2019 los quemaron. Aún no se han repuesto.

Carlos Martínez Noguera, secretario de Turismo de Cali, agregó que la apuesta a largo plazo es potenciar el bulevar, y para ello se debe declarar como ‘zona de interés turística’.

“Esto nos va a permitir conservar la esencia inicial del bulevar de ser un sitio de esparcimiento con vocación netamente turística, lo que implica revisar qué tipo de establecimientos pueden estar alrededor. Al bulevar queremos convertirlo en ancla del desarrollo turístico, revisar su oferta cultural. Una de las propuestas es que el edificio de Coltabaco permanezca abierto para que caleños y turistas puedan conocer esa Cali antigua. También se contempla tener bicicletas para que los turistas, en unos horarios establecidos, puedan hacer recorridos”.

Fernando Marín, gerente de la Corporación para la Recreación Popular, igualmente le propondrá a la actual Administración lo que viene planteando desde hace varios años: construir a lo largo del bulevar containers livianos, que se puedan levantar fácilmente y donde se puedan ubicar marcas gastronómicas y de otra índole para que los visitantes puedan disfrutar la tarde y la noche de cara al río, bien sea tomándose un café, disfrutando un postre o cenando como si se tratara de una tasca.

“Con ello se dinamizaría el bulevar, llegarían más caleños en familia y se desplazarían las dinámicas que están deteriorando la zona”, dice.

Otro bulevar

El alcalde Jorge Iván Ospina propuso esta semana construir un segundo bulevar que conecte al centro con el barrio San Antonio.

Según su propuesta, se haría un hundimiento sobre la Calle Quinta, desde la Carrera 10.

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Los fines de semana, a eso de las 11:00 de la noche, precisamente, la Policía retira a las personas que estén en el parque de San Antonio, por lo que el plan es irse para el bulevar.

Según el Alcalde, este segundo bulevar “no va por valorización”. Antes del 30 de abril deberá incluir el proyecto dentro del Plan de Desarrollo y ponerlo a consideración del Concejo.

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