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Elías Larrahondo, gobernador del Cauca. | Foto: Especial para El País

PROCESO DE PAZ

"La principal pandemia que vive el Cauca es la violencia": Gobernador Larrahondo

El mandatario asegura que en su departamento “no está pasando nada distinto a lo que históricamente ha pasado”. Avances de su Plan de Desarrollo y la batalla contra el covid.

13 de diciembre de 2020 Por: Olga Lucía Criollo / Editora de Poder

“Tenemos que trabajar muy fuerte en todas las acciones que tienen que ver con el desmantelamiento y debilitamiento de los grupos al margen de la ley, pero si no avanzamos en vías, en proyectos productivos y en generar condiciones para la educación y la salud, vamos a tener ese escenario de conflicto”.

Así de claro es el diagnóstico que tiene la primera autoridad del Cauca sobre lo que está ocurriendo en su departamento, en el que, según un reciente informe del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, Indepaz, a lo largo de este 2020 han ocurrido trece masacres que han dejado cincuenta muertos.

Pero el gobernador Elías Larrahondo también es enfático en que ni la violencia ni el rezago en materia de inversión social son nuevos.

“No está pasando nada distinto a lo que históricamente ha pasado. En el marco de la firma de los Acuerdos tuvimos un cese que duró año y medio, pero al no llegar con inversión a los espacios donde hizo dejación las Farc, era previsible que se iban a presentar nuevamente las situaciones que ya se venían presentado”.

Por eso su apuesta no es denigrar del Gobierno Nacional ni de la Fuerza Pública, a los que de hecho les expresa gratitud, sino tratar de hacer un frente común que le ayude a empezar a derrotar la violencia y el abandono que azotan a su departamento, así como, asegura, le está ganando la pelea al Covid-19.

¿Cómo ha logrado sobrellevar la pandemia del covid en el Cauca?

Como Gobierno Departamental logramos adelantar diálogos regionales para la construcción del Plan de Desarrollo. Tuvimos una excelente participación y llegamos a más de once mil personas, que es algo histórico para el Departamento, y y eso llevó a que, cuando llegó la pandemia, ya tuviéramos qué era lo que la comunidad quería que se hiciera en nuestro Gobierno. Esos planteamientos de la comunidad, sumados a nuestro programa de gobierno y al informe de empalme, nos dieron los elementos para presentarle a la Asamblea en mayo un documento que tuvo la discusión, se hicieron observaciones y fueran tenidas en cuenta, hasta tener el plan ‘42 motivos para avanzar’, que se llama así porque el Cauca tiene 42 municipios... decidimos no modificarlo y enfrentar la pandemia. O sea, no nos quedamos lamentándonos, lo que hicimos fue salir a hablar con las organizaciones, que son muy fuertes en el Cauca, y eso logró generar escenarios de control comunitario, pero también diálogo con la Fuerza Pública, los alcaldes y los gremios y pudimos hacer un ejercicio muy preventivo muy fuerte.

Si usted revisa, puede darse cuenta de que las cifras del Cauca son muy inferiores a las de los vecinos, tanto en casos positivos como en activos e inclusive en muertes. Lamentamos todo ello, pero sí tenemos que decir que el ejercicio en el Cauca ha sido muy positivo.

¿Y en lo personal, cómo le ha ido?

Nosotros empezamos con todo el tema de la cuarentena y el cuidado, hasta que decidimos: ‘hay que salir’. Desde que acabó la cuarentena yo solo he estado catorce días en casa, cuando tuve contacto con alguien positivo, pero del resto he estado en la calle, guardando, por supuesto, todas las medidas y los protocolos, porque también tengo una familia que amo y ni más faltaba ponerlos a ellos en riesgo, pero dónde se presentaba un caso inmediatamente íbamos al municipio y revisábamos cómo hacer el cerco epidemiológico y evitar los contactos y cómo llegar con ayudas, y realmente frenamos el crecimiento del covid en el Cauca

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¿Qué tenía presupuestado hacer este año que le tocó aplazar para el otro para atender la pandemia?

Una dificultad que sí enfrentamos es la cantidad de funcionarios de la Gobernación mayores de edad y con preexistencias que no podían hacer el trabajo presencial y pues tenemos todos una deuda con la virtualidad. Estamos haciendo nuestros ensayos y vamos mejorando, pero ha sido un reto que tenemos que superar a futuro porque nos generó retrasos en algunos proyectos.

En materia económica, reorientamos rentas en temas de adulto mayor, como lo permite la norma, y logramos, con algunos recursos que tenía la Gobernación, comprar ayudas alimentarias, inicialmente 50.000, y las repartimos entre todos los municipios a la población más vulnerable, a partir de las bases del Sisben y los datos que tenían personerías y alcaldes, para llegarle a la gente que realmente lo necesitaba. Segundo, presentamos un proyecto a Regalías para comprar cien mil mercados más, que aspiramos a repartirlos ahora en diciembre, porque ha sido un año duro y hay mucha gente que está esperando esa ayuda del Gobierno.

Sobre la estructuración de los proyectos a Regalías, tenemos varios para la ejecución de los saldos del 2019 y de lo adjudicado para el 2020, y esperamos que Planeación Nacional nos pueda dar los ‘cumple’ para llevarlos al Ocad. O sea, en materia de agenda no hemos tenido mayores traumatismo, porque no hemos parado y diseñamos una estrategia que es, teniendo el Plan de Desarrollo, en el marco de los diálogos sociales y comunitarios, coger las principales apuestas que tienen los municipios y definir dos o tres cosas que tengan impacto regional y estructuramos esa agenda para el próximo año entrar en plena ejecución. De manera que lamentamos muchísimo las casi 400 personas fallecidas, tenemos en este momento alrededor de mil casos activos, pero no nos hemos dejado frenar por la pandemia. Hemos buscado la manera de que este Gobierno siga siendo muy dinámico, muy de contacto y tener la agenda nacional de manera fluida y así, en el primer año, que es el del conocimiento, creo que nos ha ido muy bien.

¿Cómo va la implementación del Acuerdo de Paz en el Cauca?

Una cosa es el Acuerdo como se firmó en La Habana y otra el direccionamiento que le ha dado el presidente Duque. Para nosotros respetable, pero que cambia el panorama. Más que la implementación de los Acuerdos, el Cauca vive un rezago en materia de inversión social que es histórico y, sumado, el que no se haya hecho de inmediato la presencia institucional integral para llegar a esos territorios donde hicieron dejación de armas las Farc pues genera que se conformen otros grupos y realmente la situación hasta ahí no cambia mucho para el departamento.

En el tema del Pnis (sustitución de cultivos), tenemos cinco municipios en los que se inició la primera fase, que fueron los auxilios a las familias, pero no pudimos avanzar en la implementación de proyectos productivos de impacto y, por otro lado, tenemos 20 municipios Pdet en los cuales en la estructuración hubo una amplia participación de las comunidades, pero son proyectos de carácter muy veredal, porque así se concibió desde la estrategia de su formulación. Estamos tratando de articular los ocho pilares de los Pdet con los cuatro ejes de nuestro Plan de Desarrollo y buscar cómo generamos proyectos de impacto. Ya tenemos uno aprobado, que es un acueducto que beneficia a tres municipios Pdet, 17.000 habitantes, y creemos que es uno de los que nos da posibilidad de hacer esa inversión en materia del cumplimiento de los Acuerdos, ya que viene por el Ocad Paz.

Para poder mejorar las condiciones en el Cauca, que tiene un 63 % rural, tenemos que trabajar muy fuerte en la formalización de la economía rural y eso tiene que ver con las vías y los proyectos productivos, mejorando la comercialización de los mismos. De ahí que implementamos proyectos de alianzas productivas, seguridad alimentaria y de maquinaria marina.

Ante tantas masacres, la pregunta es: ¿qué está pasando en el Cauca?

No está pasando nada distinto a lo que históricamente ha pasado. Hay que decirlo, nosotros tuvimos, en el marco de la firma de los Acuerdos, un cese, que duró año y medio, pero, que, como dije, al no hacer presencia institucional, al no copar esos espacios donde hizo dejación las Farc y no llegar con inversión, era previsible que se iban a presentar nuevamente las situaciones que se venían presentando.

Yo fui personero en mi municipio, Buenos Aires, entre el 2008 y el 2010, y en el Cauca eran las ‘pescas milagrosas’, los secuestros, el derribe de los bancos. Luego fui Alcalde y en el 2014 allí se ocasionó la muerte de los once soldados que casi da al traste con los diálogos. Quince días después, en una vereda vecina una niña de 7 años perdió la vida por un artefacto explosivo, lo que le dolió al país. Quince días después hubo cuatro muertos en el corregimiento de La Balsa por el tema de la minería ilegal. Buenos Aires tiene dos puestos de Policía, uno en Timba y otro en la cabecera municipal, y cada ocho días hostigaban uno. Entonces, duele porque caemos nuevamente en una situación que creíamos que podíamos superar, pero no podemos hablar en el Cauca de una situación nueva, cuando, repito, pero es lo que históricamente hemos vivido.

El Gobierno Nacional dice que la causa es el auge del narcotráfico en la región. ¿Qué tanto hay de eso?

El Cauca, por su topografía, facilita el modus operandi de los grupos al margen de la ley. Es innegable el aumento casi que exponencial en los cultivos ilícitos y también la relación que tiene el narcotráfico con la guerra. El Gobernador del Cauca tiene claro ese panorama, pero, por otro lado, también está el rezago histórico en materia de inversión, que nos deja casi que por fuera de tener otras alternativas para que la gente tenga cómo vivir.

Insisto: para ir a la zona del Naya, son doce horas a pie y a lomo de mula. Cómo se cultiva plátano, café, caña, para sacarlos al mercado vecino, que es Santander de Quilichao y venderlos a buen precio, que le garantice a la gente tener una utilidad para satisfacer sus necesidades. Mientras no resolvemos eso, vamos a tener un escenario de conflicto allí. Entonces, tenemos que trabajar muy fuerte, por un lado, en todas las acciones que tienen que ver con el desmantelamiento y debilitamiento de los grupos al margen de la ley, para que cesen las alteraciones al orden público y la afectación a la seguridad, pero, por el otro lado, si no avanzamos en vías, en proyectos productivos y en generar condiciones para la educación y la salud, vamos a tener ese escenario de inconformidad.

Es una mezcla de todo y por eso hemos armado en el Plan de Desarrollo un componente especial para la zona del Pacífico: es devolverle la esperanza a esa gente, que llegue la institucionalidad y se abran las puertas de la inversión y desde allí ya vamos posibilitando que la gente no tenga que estar sometida a una ilegalidad por no tener otra opción

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¿Cómo ha sentido el apoyo de la Nación, ha sido el esperado?

El apoyo esperado, creo que nadie lo va a tener nunca, porque siempre me pararé en esto: el rezago en materia de inversión que tiene el Cauca no se resuelve en un Gobierno. Esto tiene que ser con cambios estructurales, en los cuales haya una política clara, seria. En la que podamos tener, por ejemplo, la doble calzada Santander de Quilichao-Popayán-Pasto, incluyendo la vía El Estanquillo; las vías de acceso pavimentadas hacia el Macizo Colombiano; tener salida al mar por tierra, y atravesar la Cordillera Occidental con la Transversal del Río Cauca, y también tener un escenario de comercialización de los proyectos productivos. Mientras no resolvamos eso, vamos a tener que pedirle muchísimo más al Gobierno Nacional, que es quién tiene los recursos.

Yo agradezco que aquí hemos tenido al Presidente de la República y a casi todos los ministros haciendo mesas técnicas, pero necesitamos que eso tenga mucho más dinamismo, que la tecnocracia no frene el desarrollo de las comunidades, porque tenemos a veces funcionarios que no conocen la realidad del país y entonces para ellos es más importante dónde debe ir la coma. Claro, nosotros tenemos que hacer las cosas bien, pero hay cosas a las que se les puede dar mayor celeridad.

Hoy mismo tenemos proyectos por cien mil millones de pesos en Planeación, pendientes de la ficha de verificación. Mientras esto no se dé, pues no tendremos respuesta para los caucanos. Entonces, repito, es una deuda histórica y siempre le tenemos que hacer esa exigencia al Gobierno Nacional, pero eso no me hace indiferente ni ingrato. Tengo que agradecer al Gobierno Nacional que ha anunciado habilitar nuevamente proyectos de 4G, como es el de Santander-Popayán; ha anunciado la 5G, que es la de Popayán-Pasto con la variante El Estanquillo, y ha anunciado una inversión por casi mil millones de pesos para pavimentar la vía al Macizo Colombiano y las dos vías que nos conectan con el Huila. Ahí vamos, no es de poca monta lo que se ha hecho.

Ahora, en lo que tiene qué ver con la alteración del orden público y la respuesta de la Fuerza Pública, siempre será insuficiente, pero también tengo que reconocer que en el Cauca se han dado golpes significativos conocidos por el país y le valoro tanto a la Fiscalía como al Ejército, la Armada, la Policía Nacional y a la Fuerza Aérea, que han hecho también sus esfuerzos, pero mientras aparezca un niño de un año muerto y una masacre de cuatro personas en Santander de Quilichao, tendremos que decir que hay que intensificar las acciones. De manera que ni nos vamos a ir a decir que aquí no ha pasado nada y que no han hecho nada, ni tampoco vamos a decir que todo está ya hecho y eso no me pone a mí en una salida salomónica, es reconocer cómo está el departamento, qué se ha hecho y qué nos falta.

¿O sea que ha sido más fácil manejar el covid que manejar la violencia?

Claro, la principal pandemia que tiene hoy el Cauca es la violencia, porque al final el covid, que al inicio fue una sorpresa que no esperábamos, tiene una tendencia y se vuelve previsible. Inclusive, depende más del comportamiento de nosotros, de la responsabilidad de cada uno: yo decido si salgo con tapabocas, si guardo mi distancia y si no voy a sitios donde hay aglomeraciones.

Pero en el caso de la violencia no soy yo el que decido si mañana es contra mí el atentado, si es contra la familia X o la familia Y. Es totalmente impredecible lo que va a suceder en materia de alteración de orden público y afectación de la seguridad en el departamento. Es un tema muy, pero muy complejo. Pero qué ha dicho el Gobierno que presido: no nos vamos a quedar solo registrando las masacres. No, estamos diseñando unos conversatorios con todas las expresiones, y vamos a firmar en los próximos días un pacto por la defensa de la vida, en búsqueda de la paz y en el que le vamos a decir al Gobierno Nacional y a los violentos que cesen ya la muerte en el Cauca, que tenemos derecho a la vida y que se implemente para el departamento, que tiene condiciones, cifras y diagnósticos diferentes, un plan que permita que haya diálogo en el departamento del Cauca. Eso es lo que vamos a hacer, lamentando todo lo que pasa, rechazándolo con toda contundencia, pero no quedándonos allí, porque lo pasado ya no lo podemos cambiar, debemos es tratar de evitar que siga ocurriendo y eso depende más del accionar de todos los caucanos que a una sola voz les estamos pidiendo tanto a los violentos como al Gobierno Nacional que asuman ese pacto.

¿Y sí se siente rodeado por la clase política social del Cauca para enfrentar esas dos grandes pandemias?

Yo tengo la fortuna de venir de los procesos organizativos, de haber estado en lo comunal y eso nos da diálogo directo con todas las comunidades. Hemos convocado a todos los gremios, a la bancada parlamentaria, a los empresarios, a las organizaciones y hemos tenido aceptación.

Ahora, no es fácil. El Cauca ha sido un departamento esclavista, yo soy el primer Gobernador negro en toda la historia y me autoproclamo el Gobernador de la transición. La gente tiene que acostumbrarse a que otros sectores también podemos gobernar y que lo hacemos bien. Esperamos que los resultados sean los que nos den la posibilidad de que el Gobierno salga adelante con aceptación, no de todos, pero sí de la mayoría.

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Por último, qué decir sobre las disidencias de las Farc, qué tan fuerte es el enfrentamiento entre ellas y qué tanto aportan a esa guerra otros grupos violentos?

Sea de quién sea la guerra, aquí lo relevante es que nos están matando a los caucanos y en eso seguramente caerán personas que tendrán sus antecedentes, pero también han caído campesinos y líderes sociales de los que conocemos su trayectoria, y en ese orden no puede haber excusa cuando se trate de la vida de la gente. Cuando se firman los Acuerdos y sale un número importante de integrantes de las Farc a las zonas veredales, todos sabemos que hay un grupo que no entrega las armas y ese grupo empieza a hacer presencia y a tratar de copar todo el territorio, pero por el otro lado, el ELN también quiere aprovechar para ir ganando espacio porque ellos no hicieron dejación de armas y en la medida en que se va fortaleciendo en su número de integrantes lo que llaman las disidencias dicen este territorio ha sido nuestro, no es de ustedes ELN y entonces empieza la confrontación, y ahí es donde tenemos los desplazamientos. En Argelia, la semana pasada vivimos el desplazamiento de casi 90 familias, con la tristeza de que la gran mayoría eran venezolanos que estaban en ese territorio y tuvieron que salir por las amenazas y por los enfrentamientos. Entonces es lamentable lo que sucede, independiente de entre quiénes es el enfrentamiento. Lo que sí es cierto es que hay una disputa territorial de varios grupos al margen de la ley en algunos sectores de mayor influencia de cultivos de uso ilícito.

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