Guerra contra Trump

Hace 50 años el ejército mexicano masacró a decenas de estudiantes en Tlatelolco, y hoy los ya viejos protagonistas de ese momento salieron a desfilar y a contar cómo veían disparar a los francotiradores, cómo sus compañeros de refriega caían como moscas en una historia que no ha sido suficientemente contada.

Hace 35 años el presidente colombiano Belisario Betancur aseguró en el recinto de la ONU en Nueva York, que “Colombia es una potencia moral”, llamó a un nuevo orden, citó a Nerhu, conmovió con el relato de su infancia de niño pobre en Amagá y puso de pie a los representantes de todas la naciones.

Estuve ahí, en ese otoño, atento al registro del acontecimiento, en compañía del reportero gráfico y poeta Renán Darío Arango. Manhattan, entonces como ahora, era esa isla de trenos melancólicos en sus esquinas, con negros que tocaban el saxo como cualquier Coltrane y recogían monedas en un sombrero. Al día siguiente de la intervención de Betancur, el New York Times comentó el ‘lírico discurso’ del mandatario colombiano, y señaló el aplauso, de pie, para su intervención.

Hoy ese mismo diario, tan idolatrado y temido en todas las épocas por su influencia en la actualidad estadounidense, se ha declarado en guerra abierta contra el presidente Donald Trump; más, el efecto de esta medición de fuerzas no se hace sentir como en el pasado, cuando una sola nota de este tenor hubiera bastado para deponer un presidente.

El diario arrecia con la investigación que adelantan, entre otros, David Barstow, Susanne Craig y Russ Buettner, con acuciosas pesquisas en el fisco para demostrar, así lo afirman en la edición de ayer, que el presidente de los Estados Unidos “hizo fortuna con base en fraudes fiscales…”.

La edición matinal del periódico informó ayer que el padre de Trump, un as de los negocios inmobiliarios, le cedió en los 90 una fortuna equivalente hoy a US$413 millones, y que a los 3 años el pequeño Donald ya figuraba con un ‘income’ (ingreso) de US$200 mil anuales.

La encerrona mediática incluye también el libro de la estrella porno Stormy Daniels, donde, al parecer, revela todo el comportamiento íntimo del mandatario, y el ataque frontal a Brett Kavanaugh, amigo de Trump, estudiante destacado en Yale, a quien le resulta hoy una acusación diaria por “acoso sexual y violación”. Quieren impedir que sea miembro vitalicio del Tribunal Supremo.

Trump contrataca en su Twitter y dice que el New York Times es un “diario fracasado”, una especie de pasquín de tercera…

El propósito de esta última investigación del diario estadounidense, apunta a desacralizar la imagen que Trump se labró en todos estos años como el típico ‘self-made-man’, y a socavar el prestigio que pueda tener entre sus votantes. A muchos ahí, como en el mundo, el mandatario les parece inadecuado, pero las urnas ahí dijeron otra cosa. Buena parte de la ‘América’ blanca, anglosajona y protestante, a la que algunos llaman despectivamente ‘waps’, votó por él. Y no se crea, también muchos afros que ven con buenos ojos la expulsión de indocumentados latinos, a quienes acusan de empobrecer sus empleos otro día mejor pagados.

Trump dice que construirá el muro en la frontera con México, algo que en otro tiempo se veía imposible, pues se trata de 3.169 kilómetros porosos, por donde ingresan anualmente unos 12 mil centroamericanos cada año.

También impuso nuevos aranceles a importaciones europeas, y vio rápidamente lesionadas las exportaciones estadounidenses a ese continente. La comunidad europea gravó productos como textiles, licores, autos, motocicletas, mantequilla de maní, por 3.600 millones de euros.

Con todo, Trump tiene hoy en sus manos el establecimiento de un nuevo orden mundial, como lo soñara Betancur hace 35 años. Sus devaneos con la Corea del Norte y su actitud firme ante Venezuela, no obstante el apoyo de Putin a esa nación, le granjean adeptos.

​Sigue en Twitter @cabomarzo