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Van 119 quemados con pólvora en lo corrido del 2013

Autoridades están en alerta debido a que 54 menores hacen parte de la lista de 119 personas quemadas por el uso de pólvora en el país.

9 de diciembre de 2013 Por: Elpais.com.co | Colprensa

Autoridades están en alerta debido a que 54 menores hacen parte de la lista de 119 personas quemadas por el uso de pólvora en el país.

A pesar de que la cifra de quemados demuestra una disminución de 33 casos en comparación con el año pasado, la Policía continúa en alerta porque 54 niños figuran entre los 119 lesionados. El director de Seguridad Ciudadana de la Institución, general Jorge Nieto, aseguró que la Policía seguirá desplegando los operativos que hasta el momento han dejado la incautación de 23 toneladas de pólvora en los departamentos de Antioquia, Cundinamarca y Valle del Cauca. El General Nieto agregó que además se han establecido recompensas hasta de dos millones de pesos por información que permita la ubicación de fábricas y almacenamientos clandestinos de juegos pirotécnicos, al igual que por el transporte irregular de los mismos. Por su parte, el director de la Policía Nacional, General Rodolfo Palomino, destacó el decomiso de seis toneladas de pólvora en Antioquia, que se convoerte hasta ahora en el departamento con mayor número de decomisos. En el Valle del Cauca los reportes del Centro Regulador de Urgencias y Emergencias, Crue, hablan de doce lesionados, seis de ellos quemados en la noche de las velitas. Estas son las afectaciones que puede causarle la manipulación de pólvora:Quemaduras Generalmente se dan en la mitad superior del cuerpo: cara, brazos, manos, torso o cabeza. Suceden principalmente porque al manipular la pólvora se incendia la ropa, o por la explosión de los artefactos. Una pequeña chispa puede ocasionar que una persona se convierta en “una antorcha humana”. La temperatura del fuego puede llegar a los 200 grados centígrados, cuando el cuerpo se quema desde los 50 grados centígrados. Dependiendo de la profundidad de la herida, puede ser de primer, segundo o tercer grado. Pérdida auditiva y/o de visión Al explotar un artefacto con pólvora, es posible que vuelen esquirlas provocando perforaciones en la córnea o quemaduras en el párpado y globo ocular. Esto puede ocasionar la pérdida parcial o total de la vista y, en ocasiones, la pérdida total del órgano. En el caso de la audición, si el estallido es muy fuerte haría que las células internas del oído se aturdan, produciendo un ruido interno que causa la sensación de tener el oído tapado. Si esto es frecuente o si el sonido es muy alto, la pérdida puede ser permanente. El impacto de la explosión, incluso, podría perforar el tímpano o afectar los huesos internos del oído. Intoxicación La manipulación de artefactos de pólvora puede causar intoxicación, ya sea al inhalar el humo del artefacto al encenderse o por la ingesta del mismo, en especial los niños. Al inhalar el humo se da una irritación química que afecta los bronquios, causando broncoespasmos. El efecto es como el del asma, pues se cierran los pulmones y la persona no puede respirar. En el caso de los niños, puede suceder que se metan a la boca artefactos pequeños, como totes o diablitos. Como estos elementos contienen fósforo blanco, causan intoxicación y fallas fulminantes al hígado, provocando la muerte instantánea. Amputaciones Se dan cuando un artefacto explota mientras se está manipulando. Dependiendo de la potencia del mismo, puede causar la pérdida de una falange, dedos, la mano completa y hasta una parte del brazo. Lo más frecuente es la pérdida de dedos, debido a que son partes con poco tejido y por ende el área más débil de la extremidad. La pérdida de un miembro no sólo es traumática por la limitación física, sino por las consecuencias sicológicas, e incluso puede ocasionar una incapacidad de por vida. Consecuencias psicológicas Los efectos son distintos, dependiendo de cada persona. Esto se relaciona con la gravedad de la lesión (entre más discapacitante sea, afecta más), la disposición que la gente tenga ante la adversidad y el apoyo social y familiar con que se cuente. La reacción más frecuente ante una lesión por pólvora (en especial la amputación) es la depresión. La persona enfrenta un duelo por la pérdida del miembro. En los niños, la asimilación depende de la edad. Sin embargo, los afecta el estar lejos de su hogar (por la permanencia en el hospital) y esto les causa una marca de por vida.

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