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Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos. | Foto: Colprensa

JUAN MANUEL SANTOS

Santos se queda solo en la recta final de su Gobierno

El Mandatario afronta duras críticas del expresidente Gaviria, el marginamiento de Cambio Radical y el debilitamiento de su partido, La U.

8 de octubre de 2017 Por: Colprensa

Muchas serán las vivencias que quedarán en la historia de Colombia sobre los dos últimos mandatarios que gobernaron al país durante 16 años, Álvaro Uribe Vélez y Juan Manuel Santos Calderón, cercanos y distantes en muchos temas.
Pero será en el apartado especial del presidente Santos en donde se deba decir que le recordará Colombia y el mundo como el mandatario que negoció con la guerrilla de las Farc su terminación después de más de 53 años de conflicto armado y que, a pesar de ese logro que le mereció el nobel de la Paz, sus ocho años de Gobierno los terminó muy solo y con unos aliados cada vez más distantes.
Hoy la soledad que les llega a todos los mandatarios hacia el final de sus administraciones acompaña al presidente Santos.
Hace una semana, su principal aliado e impulsor para que ganara la reelección, el expresidente César Gaviria Trujillo, al momento de ser ungido como jefe del Partido Liberal, le lanzó sendos dardos por haber permitido crecer tanto la corrupción, por gobernar de forma elitista y porque, según él, de forma tapada solo buscó favorecer a su ahora exvicepresidente Germán Vargas Lleras.

Y Vargas, quien ha sido socio de Juan Manuel Santos desde 2010 para que ganara en la segunda vuelta y luego en el 2014 como su Vicepresidente, fue eso, un socio pero no el gran amigo.

Un aliado que le apoyó en los momentos difíciles y definitivos para que le aprobaran normas trascendentales, ejecutar planes importantes con la vivienda y la construcción de vías, pero lejano y poco comprometido en la gran bandera del presidente Santos: la paz.

Ahora Germán Vargas Lleras , quien está en plena lucha para ganar la Presidencia de la República, se desmarca del Gobierno del que hizo parte, al oponerse, ahora sí de forma directa, a los beneficios que tendrán las Farc como movimiento desmovilizado. En especial, de los reparos a la Ley de Justicia Especial para la Paz.

El analista político John Mario González sostiene que, a pesar de esa situación, “el Presidente intenta sobrevivir con el oxígeno que le queda, sin comprometerse en dejar grandes tratos a la próxima Administración”.
Considera que esa situación se presenta porque Santos no consiguió ganarse, en sus dos mandatos, el cariño de una amplia mayoría de los colombianos, pese a que lideró temas cruciales como el de la paz.

En la Gran Encuesta de YanHaas, publicada el pasado 20 de septiembre, el 54 %  de los consultados desaprobó la gestión del presidente Santos.


Lo explicado por el analista y docente universitario empezó a verse desde julio pasado cuando se instaló el último periodo de sesiones del Congreso de la República, el cual debía, según pidió el Mandatario, seguir apoyando la aprobación de normas legislativas trascendentales para la implementación de los acuerdos de paz con las desmovilizadas Farc.

Desde ese momento se empezó a ver que las fracturas de la Unidad Nacional, su alianza de Gobierno, ya no se podían recomponer.

Lo primero que encontró fue que su Partido, La U, se debilitó y en menos de cuatro meses pasó a ser la segunda bancada y sumida en sendos escándalos de corrupción que comprometían a parlamentarios que fueron muy cercanos en ambas elecciones presidenciales, los senadores Bernardo Elías y Musa Besaile, los más votados de esa colectividad en las pasadas elecciones legislativas.

La politóloga y directora de la Misión de Observación Electoral, MOE, Alejandra Barrios, sostiene que la soledad de Santos era evidente hace tiempo, pero “le ha venido avanzando a pasos agigantados, le llegó el ocaso al rey sol”.

En el segundo mandato del presidente Juan Manuel Santos, los niveles de aprobación a su gestión frente del cargo han bajado de manera significativa.

Barrios y González señalan que esa soledad que es lógica en el cierre del mandato, no se deberá entender como que el presidente Juan Manuel Santos no vaya a tener la gobernabilidad requerida hasta julio de 2018.
“El desafío es de aquí a noviembre o diciembre sacar lo mínimo de la agenda, la Justicia Especial Para la Paz, JEP, y la reforma política si puede, de ahí para allá no habrá cosas fundamentales porque no salen debido a que estamos en campaña”, dice el profesor John Mario González.

Situaciones diferentes

El analista González manifiesta que al comparar a los últimos presidentes de Colombia en el epílogo de sus gobiernos no se puede decir que Andrés Pastrana, Álvaro Uribe y Juan Manuel Santos tengan una soledad igual.

Para el analista, si bien Santos termina igual de mal que Pastrana en popularidad, el actual Jefe de Estado sí mostró que era capaz de liderar el proceso de paz en diferentes momentos de su gobierno.

En el caso del expresidente Uribe, dice González, no se puede hablar de que haya tenido el ‘sol a alas espaldas’, porque él en su momento pudo identificar a un candidato que seguiría con su legado político, y que si bien Juan Manuel Santos no se ajustó a ese propósito, Álvaro Uribe sí ha podido consolidar en el país que es un líder político que ha perdurado en el tiempo con sus postulados.

La hora del desmarcarse

Alejandra Barrios sostiene que esa soledad de Santos se hace más evidente ahora porque todos los partidos se quieren empezar a desmarcar del Gobierno.

“Deben tener identidad propia y competir en las elecciones”, asegura, tras considerar que no es nuevo pensar que Cambio Radical ahora se está desmarcando del Gobierno, “lo que pasa era que tenía posturas tímidas”.

El analista González advierte que no pasará mucho tiempo para que el dirigente y hoy precandidato del Partido Liberal, Humberto De la Calle Lombana, empiece a hacer más fuerte su discurso contra el presidente Santos.

Sin embargo, estima que ese abandono o posturas fuertes las puede ver la opinión pública como un “oportunismo ramplón”.

Menciona por ejemplo lo que pasó con el hoy exministro de Defensa y exembajador Juan Carlos Pinzón, quien volvió a hacer política enfrentándose al presidente Santos, quien fue su jefe y amigo, en el tema de la paz.

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