La Fiscalía General de la Nación anunció, el pasado martes, que iniciarán las investigaciones para determinar responsabilidades en el presunto caso de abuso sexual a la periodista Claudia Morales, quien contó el hecho por medio de una columna de opinión.
La violación fue denunciada por la comunicadora social el pasado viernes en la columna titulada ‘Una defensa al silencio’ publicada en el diario El Espectador. Sin embargo, Claudia se negó a revelar el nombre de su presunto victimario “por miedo y por proteger la integridad de su hija”.
Por estas declaraciones muchas personas en el país se están preguntando por qué las mujeres que son abusadas no denuncian estos casos y prefieren callar para “evitar más problemas”.
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Para la psicóloga y sexóloga Flavia Dos Santos esto se debe a que todo lo relacionado con el acoso y la violencia sexual es un tema muy complicado para las mujeres, pues según la especialista “estamos en una sociedad machista en la que de alguna u otra forma siempre han inculcado que la mujer es la que provoca el abuso y es la culpable. Si miramos desde la historia de Adán y Eva, fue la mujer quien cometió el pecado”.
Por eso, asegura la sexóloga brasileña, “es muy difícil convencer a una mujer de que si ella denuncia, no solo va a tener un efecto sanador para ella, sino que va a contribuir a que casos como esos ocurran cada vez menos. Esto se debe al condicionamiento machista en el que siempre la mujer es la culpable y fue la que llevó al hombre al extremo. Yo busco que en las clases de educación sexual no solo se enseñe a tener relaciones sexuales sino a combatir el machismo y a ser respetuosos entre hombres y mujeres. Y si tengo un paciente en condición de riesgo tengo la obligación de denunciar”.
Con ella coincide el periodista Félix de Bedout, quien dice que “el argumento según el cual una mujer que no evite su violación o no denuncie inmediatamente, es porque de alguna manera permite el abuso, es de una perversidad e ignorancia aterradora”.
Precisamente las mujeres no denuncian los abusos porque sienten que no hay un interés real ni una voluntad política para acabar con las violencias machistas, ni programas de prevención, soporte y apoyo a las mujeres en situación de violencia; o por el deterioro psíquico causado por el maltrato continuado o miedo al agresor, a que no les crean o al proceso judicial.
Eso sí, cada persona es un mundo distinto, como advierte Carmen Lucía Chávez, psicoterapeuta, “en términos generales no denuncian el abuso por temor, pena o prevención a sentirse señaladas. Además, cuando llega la ley, ellas tienen que demostrar que no son culpables. Desde la parte psicológica se debe apoyar a la paciente para que salga del maltrato y pueda denunciar”.
Es inevitable frente a algunos casos de asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o exparejas preguntarse porqué la persona no paró esos golpes, porqué no acudió en busca de ayuda, porqué no denunció.
Todas estas preguntas más fáciles de asimilar cuando a quien se le cuestiona no tiene mayores problemas, se siente querida por los suyos, pero más difíciles de responder cuando es una mujer maltratada, dominada, atemorizada y con la autoestima en el suelo. En la mayoría de los casos, la respuesta es el miedo.
Para Claudia Rodríguez, jefe de departamento de psicología del colegio la Sagrada Familia, en los casos que ella ha atendido lo primero que hace es buscar la forma para que la persona recupere su “yo interior”. “Hay niñas a las que las han golpeado, que les dejan marcas y han tenido novios posesivos y que las gritan. Se les debe enseñar que deben hacerse respetar, pues, muchas veces, esos hombres maltratadores han crecido en hogares donde su papá fue maltratador y su mamá fue sumisa y ellos crecieron creyendo que así se trata a las mujeres. Ellas deben saber que la vida es respeto y para eso ellas se deben respetar a sí mismas y a su entorno”.
Hay que tener en cuenta, como afirma, Frauky Jiménez, psicóloga clínica, que “tras una violación son muchas las áreas psicológicas afectadas, la víctima termina por culparse de lo ocurrido y no es una situación cómoda de comentar. Después de tantas áreas psicológicas afectadas, y en la mayoría de casos, no buscar ayuda, no existe un soporte emocional que sirva para resistir el proceso de denuncia, pues antes de presentarla la víctima tiene que pasar por todo un proceso que demanda mucha seguridad y equilibrio emocional”.
En el caso de Claudia Morales, en los próximos días la Fiscalía citará a la periodista para que haga una declaración sobre los hechos de los que fue víctima, aunque ella ha manifestado que no le interesa revelar el nombre de su agresor y en la columna sostiene que “en el fondo él (abusador) sabe que mi silencio es algo con lo que me voy a morir”.
Derechos de las víctimas de violencia sexual
- La práctica de exámenes para detectar enfermedades de transmisión sexual, incluido VIH/SIDA, y a que se les suministre anticoncepción de emergencia.
- En caso de estar embarazada, la víctima tiene derecho a ser orientada sobre la interrupción del embarazo y si decide interrumpirlo, el procedimiento debe realizarse en el menor tiempo posible, sin dilaciones y sin exigencia de documentos diferentes a la denuncia.
- Las mujeres víctimas tienen derecho a no conciliar y a no ser confrontadas con su agresor en ningún espacio de atención o procedimiento administrativo o judicial. En el marco del proceso penal, la víctima y su representante tienen derecho a intervenir en todas las fases.