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Partidos políticos: ¿tras la fuente de la juventud?

Analistas difieren entre si la llegada de Simón Gaviria a la Dirección Liberal es una estrategia o azar de la política.

18 de diciembre de 2011 Por: Redacción El País, Bogotá

Analistas difieren entre si la llegada de Simón Gaviria a la Dirección Liberal es una estrategia o azar de la política.

La proclamación de Simón Gaviria como jefe único del Partido Liberal abrió el debate sobre si las colectividades se la están jugando por la renovación, si experimentan o sencillamente si dan una continuidad del poder a través de los herederos de quienes en su momento, o aún, manejan a cada uno de los colectivos que existen en Colombia.La situación que generó tantas dudas se basa en la misma llegada de Gaviria a la cúpula liberal, debido a que él mismo reconoció que fue un ‘azar’ su postulación, lo que pone en el escenario de la duda si en realidad esta colectividad se la jugó por la renovación.Cualquiera que sea la hipótesis, desde el mismo día en que el actual Presidente de la Cámara tomó juramento como Jefe Único del Partido Liberal, las opiniones se dispersaron como esporas de helecho y algunas podrían caer en terrenos áridos y otras en zonas óptimas para su reproducción.Uno de los que consideró que se trata de una renovación de la política en Colombia fue el senador de la U, Juan Carlos Vélez, quien cree que la presencia de nuevas generaciones en las colectividades, más que una acción de convicción, es de obligación, debido a que se trata de oportunidades que los partidos tradicionales habían cerrado a las nuevas figuras y que sí aprovecharon otras fuerzas.“La renovación no significa darles espacios a los jóvenes y que puedan tener cargos de representación sino que nuevas personas puedan acceder a ellos”, dijo al recordar que ese fue su caso personal al indicar que en el Partido de la U se “le ha abierto la puerta a muchas personas que en los partidos tradicionales no tenían oportunidades”.Por su parte, el senador conservador, Carlos Ramiro Chavarro, conminó a las demás colectividades a seguir el ejemplo del liberalismo. Sin embargo, reconoció el azar de ese nombramiento.“Ojalá que otros partidos tomen este buen ejemplo del liberalismo, no de la accidentalidad como fue elegido Simón, sino de que esté preestablecido y agendado previamente la presencia de estas figuras nuevas”, dijo.Para Chavarro es evidente que la presencia de nuevas figuras y “caras frescas” generan más expectativas, porque es evidente que los jóvenes “corren más riesgos y traen ideas nuevas y esa energía propia le da dinamismo a los partidos”, por lo que consideró que “esta debería ser la senda por la que deberían caminar todos los partidos”.Para el codirector del Partido de la U y primíparo en la Cámara, Wilson Gómez, es indispensable que se deje de mirar a los jóvenes con desprecio y reconocer que el país y el mundo están en un escenario en el que la juventud no es tan inexperta como se piensa.“Hoy en día un joven se gradúa a los 15 años y no a los 20 como hace un tiempo, por lo que a los 25 años es una persona joven y además experimentada”, dijo Gómez, quien argumentó además que “Simón ya es un hombre de 31 años y tiene un bagaje eso le abrirá las puertas, no solo en el “Partido Liberal sino en otros escenarios”.Para el analista Alejo Vargas es positivo que haya una renovación generacional porque “yo sí creo que necesitamos partidos representativos activos y que atraigan a la sociedad”.Vargas consideró que es inevitable que la imagen de una persona mayor en la cabeza de un partido no resulta atractiva para las nuevas generaciones, pero “sí ven a un joven que puede ser más atractivo en ese sentido”. Al hacer referencia sobre el azar de la elección y la posible ausencia de una programación para que Gaviria asumiera, Vargas desconoce que se trate de un “ejercicio de laboratorio” y aclaró que “a eso no hay que darle tantas vueltas, creo que fue una decisión que se terminó dando ante una coyuntura especial y me parece que es bueno y esperamos que funcione”.De ‘delfines’ y renovacionesUno de los temas que no se puede desligar de la elección de Gaviria en el Partido Liberal y el paso por la Dirección de Cambio Radical de figuras como Germán Vargas Lleras y Carlos Fernando Galán es el de la herencia política y los denominados ‘delfines’.En un comentario de corrillo en la convención liberal se oyó una anécdota que puso a pensar a muchos de quienes asistieron a ese certamen.Uno de los comensales dijo que en 1989 Juan Manuel Galán le entregó las banderas del asesinado candidato Luis Carlos Galán a César Gaviria y ahí “le cayó la Presidencia del cielo. Hoy (hace ocho días) su hijo Simón, le cae del cielo la jefatura única” y de inmediato se cuestionó: “¿Será que hay algunos que nacen con estrella y otros estrellados?”.Ese comentario de las herencias tiene diversas versiones en los analistas. Alejo Vargas, por lo menos, consideró que si bien es positiva la renovación generacional “hubiera sido mejor que no fuera un hijo de expresidente de la República, pero aún así con ese sesgo de delfín es muy importante la renovación generacional”.Pero hay quienes piensan que cuando hay un apellido detrás de una figura, podría ser incluso una oportunidad para otros.El representante Gómez dijo sobre esto que “lo que puede suceder cuando hay un cacique tan joven, eso permitirá que otros puedan jugar. Eso marcará un derrotero en el corto futuro del país”.El senador Juan Carlos Vélez tiene una visión más amplia del tema y para ello simplemente comentó que “creo que en ciertas colectividades hay mucho cacique, diría que en otras hay más indios. No voy a decir cuáles para no herir susceptibilidades”.Mientras tanto, el senador Chavarro solo se limitó a decir que “Simón brilla con luz propia, al margen de su padre. Hay más delfines y eso es natural en la política”.Sin embargo, hay visiones más radicales sobre el tema. Uno de los que se encuentra en este escenario es el analista Fernando Giraldo, quien dejó claro que es más de lo mismo “del viejo país”.“Es que Simón Gaviria es hijo de un expresidente de la República. Entonces cuando uno mira qué es lo que está pasando en el Partido Liberal, uno encuentra que se comienza a darle oxígeno a esas personas con apellidos como Galán o Gaviria”, dijo Giraldo.Pero la visión de Giraldo está proyectada al mediano futuro, debido a que -a su juicio- lo sucedido con Gaviria tiene claras intenciones electorales y es solo el abono del terreno para preparar a Simón como “candidato presidencial en el futuro”.Coincidió Giraldo con una publicación de la Silla Vacía, en la que la conclusión de los analistas es que la llegada del hijo del expresidente Gaviria a la jefatura del liberalismo no es más que el principio de la candidatura de “Simón 2018”.En ese sentido, Giraldo argumentó que “esto no se corrige en el futuro mediato, porque el mensaje que se está enviando es que el partido es controlado por una familia muy notable y eso lo que va a llevar es que la gente confíe menos en los partidos y se inclinen más por los candidatos”.No obstante a lo ocurrido en el liberalismo, en Cambio Radical, Carlos Fernando Galán renunció a la Dirección para asumir el cargo de Secretario de Transparencia de la Presidencia.Por su parte, su hermano el senador Juan Manuel se mantiene en el liberalismo; el hijo y tocayo de Horacio Serpa está en el Concejo de Bogotá y de Rodrigo Lara nadie da razón. Todos los anteriores delfines, algunos con más pergaminos y protagonismos que otros, representan esa sangre que podría renovar los partidos. Renovación, azar o experimento. Esos son los escenarios políticos de los jóvenes en los partidos.

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