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Odisea del futbolista caleño que huyó de las autoridades argentinas para no ser deportado

En un operativo de película, las autoridades de Argentina devolvieron al país a Juan David Rosero Pérez, un caleño de 20 años que viajó a probar suerte en el fútbol gaucho.

21 de noviembre de 2014 Por: Luz Élida Molina Marín - Reportera El País

En un operativo de película, las autoridades de Argentina devolvieron al país a Juan David Rosero Pérez, un caleño de 20 años que viajó a probar suerte en el fútbol gaucho.

"Me encomendé a Dios, cerré los ojos y no miré a nadie, empecé a caminar, con tan solo mi maleta de mano; allí llevaba todo lo que necesito para jugar y por eso no dudé en salir en busca de mi sueño". Así comenzó la odisea de Juan David Rosero Pérez, un joven caleño, de 20 años, que se escapó de las autoridades en el Aeropuerto de Buenos Aires el pasado miércoles para evitar ser deportado.Con la ilusión de lograr su sueño, Juan David salió de Cali el pasado martes con rumbo a Buenos Aires. Allí tenía citas con varios equipos para mostrar sus condiciones como volante creativo. Boca Juniors, River Plate, Ferrocarril Oeste, San Lorenzo y Vélez Sarfield lo esperaban para conocerlo.El viaje transcurrió normalmente, hicieron escala en Lima y al llegar al Aeropuerto de Ezeiza su corazón se aceleró. En su mente solo estaba el deseo de ponerse los guayos y demostrar sus habilidades como futbolista. Tenía dos objetivos: brillar en lo que más le gusta y brindarle un buen futuro a su pequeño hijo de un año de edad.Inició junto con once colombianos más los trámites para ingresar a Argentina y todo empezó a cambiar. Las autoridades no los dejaron seguir hacia su destino y tras cinco horas retenidos, respondiendo a un sin número de preguntas, les informaron que serían devueltos a Colombia sin ninguna explicación.Cuando Juan David vio que los policías lo llevaban a la sala de espera, intentó buscar una salida. No se resignaba a renunciar a la posibilidad de quedarse en Argentina y más, después de haber hecho muchos sacrificios. Por semanas se rebuscó el dinero en Cali vendiendo tamales, lechona y empanadas. Regresarse de manos cruzadas no era una opción. Entonces se encomendó a Dios, apretó su maleta de mano y se dio a la huida. "No miré a nadie, me encomendé a Dios y empecé a pasar puertas hasta que me vi en la salida. En mi mente solo estaba el cumplir mi sueño, sin papeles, sin maleta, sólo con mi equipaje de mano donde tenía los guayos. Tomé un taxi y pedí que me llevarán al centro de Bueno Aires, donde me hospedé", cuenta el vallecaucano. Ayer, ya con la salida del sol, y la ilusión de su primera cita deportiva, Juan David se levantó, bajó a desayunar y vio que la pesadilla que sufrió el día anterior no terminaba, pues su nombre aparecía en todos los noticieros: "Presunto delincuente colombiano que se fugó del aeropuerto de Ezeiza es buscado por la policía"... decían los titulares."Me asusté, llamé al profe que me estaba esperando para las pruebas y entonces él me dijo que me presentara en la embajada. Ubiqué la embajada y allí me orientaron hacía el Consulado. Cuando llegué me presenté, conté lo que me había pasado y el cónsul Everardo Murillo me ayudó".Estando allí comenzó una nueva odisea. Tras siete horas de espera, el consul salió y le dijo a Juan David que le había conseguido un vuelo para Colombia.Recuerda que "salimos en carros blindados, escoltados con policía y cuando llegué al Aeropuerto me estaban esperando con un operativo como de película. Muchos policías me custodiaron y me hicieron firmar un documento para salir de Argentina. Sin embargo, cuando pensaba que todo estaba listo el avión ya había empezado su recorrido por la pista. Entonces, llamaron al piloto, pararon el avión en medio de la pista y me hicieron subir por unas escaleras auxiliares para abordarlo".Hasta allí lo acompañó el consul y tras cerciorarse de que estaba a salvo, Everardo Murillo se despidió, las puertas se cerraron y Juan David inició su regreso a Cali. Hoy, tras pasar la noche en su casa, en la urbanización Barranquilla al norte de la ciudad, con su familia y su hijo, no deja de soñar. Sabe que lo que vivió es una odisea de la cual salió bien librado, pues pudo ser peor y terminar en la cárcel. Ahora solo pide que lo ayuden, que un equipo le de la oportunidad para jugar y lograr lo que se propone, para sacar a su hijo y a su familia adelante.Juan David, quien antes de viajar se desempeñaba como cajero, hace parte del grupo de doce colombianos que fueron devueltos de Argentina el pasado miércoles. En ese momento las autoridades de ese país argumentaron que se trataba de falsos turistas y que por no presentar soporte económico para su estadía fueron devueltos a Colombia.

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