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Nilson Pinilla asegura que es una necesidad suprimir el Consejo Superior de la Judicatura

En entrevista con Colprensa, el saliente magistrado de la Corte Constitucional Nilson Pinilla, señaló que, por su parte, ya el tema está saldado y que debe ser la sociedad la que haga control político de las decisiones que tomen los citados juristas.

5 de julio de 2014 Por: Alejandra Bonilla | Colprensa.

En entrevista con Colprensa, el saliente magistrado de la Corte Constitucional Nilson Pinilla, señaló que, por su parte, ya el tema está saldado y que debe ser la sociedad la que haga control político de las decisiones que tomen los citados juristas.

Un verdadero revuelo provocó el saliente magistrado de la Corte Constitucional Nilson Pinilla, quien con nombre propio señaló a los actuales magistrados Jorge Pretelt y Alberto Rojas, de no actuar conforme a derecho sino por otras motivaciones. En entrevista con Colprensa, este jurista señaló que, por su parte, ya el tema está saldado y que debe ser la sociedad la que haga control político de las decisiones que tomen los citados juristas. Pinilla, quien también fue magistrado de la Corte Suprema, habla sobre la llegada de ‘la mermelada’ a las altas cortes y explica qué debería tener una reforma a la Justicia. El exmagistrado indica que aunque se deben hacer modificaciones a la tutela, teme por lo que haga un Congreso que ya en el pasado ha legislado para su propio beneficio. Salió de la Corte y cuestionó las motivaciones que tuvieron dos juristas a la hora de fallar ¿qué ha pasado desde sus últimas declaraciones? Bastantes llamadas. Yo doy el tema por superado en la medida en que se efectuó lo que era mi obligación como ciudadano, que es alertar a la comunidad para que se ejerza un control social estricto sobre las posiciones de esos dos magistrados, pues preocupa que, de pronto, no estén orientadas en derecho sino por alguna otra circunstancia. Esa es una aprehensión posiblemente que yo tengo. Me sentía en la obligación y es mi deber ejercer una prevención para que tengan cuidado sobre esas decisiones y seguramente que a ellos no se les ocurra que sus posiciones se sustenten en nada diferente de lo que es el derecho. ¿Ha hablado con alguno de los dos magistrados? No. He leído por los medios algunas de las manifestaciones que han hecho. Lo que manifiesta el doctor Jorge Pretelt sobre que mi proceder obedece a una venganza por el fallo que tumbó las ‘megapensiones’, no es cierto porque a mi no me afecta esa decisión de la Corte: yo soy pensionado desde hace 20 años del Banco de la República. De forma que eso no tiene ninguna verdad y no me afecta porque mi conciencia está absolutamente tranquila, no he actuado por razón diferente a mi obligación de prevenir a la ciudadanía de lo que puede suceder en la Corte que ha sido llamada por algún columnista como “el último bastión”. Pero usted se declaró impedido en el tema de las ‘megapensiones’ Sí. Precisamente por la expectativa de que se pudiera inferir que determinada situación me podría favorecer y porque, además, era pensionado del Banco de la República. Esa pensión estuvo suspendida durante todo el tiempo que me desempeñé como servidor público porque no se pueden recibir dos erogaciones simultáneas provenientes del Tesoro Nacional. Ahora se reactivó. En este enfrentamiento, el magistrado Pretelt lo tildó de “fariseo”.Las cosas se reciben de quien vienen y él no tiene razón en hacer esa manifestación y no me afecta. La ciudadanía sabrá valorar si soy lo que sugiere esa persona o soy un colombiano que dedicó su vida al servicio público, siempre en procura del interés general y del bien común. Tras esta discusión pública ya algunos sectores opinaron que se estaba poniendo en duda la credibilidad de la Corte Constitucional. ¿Es así? Considero que la Corte Constitucional y toda la Rama Judicial merecen credibilidad. Hay acaecimientos muy tristes de desviaciones que se han presentado en otras corporaciones, como la Sala Disciplinaria del Consejo Superior de la Judicatura, pero eso no puede llevar a un descrédito total para toda la Rama. En todas las Instituciones puede presentarse que alguna persona se aparte de la rectitud y el problema es más serio, pues es la sociedad la que ha perdido los valores. ¿La 'mermelada' y los favores llegaron a las Altas Cortes? A la Corte Constitucional no, a la Justicia en general. Mire lo que pasó en la Reforma a la Justicia. Se ofreció a los integrantes de las altas cortes que su periodo pasaría de 8 a 12 años. ¡Eso no puede ser! Podría establecerse a futuro, pero no se puede extender a funcionarios designados a un periodo fijo como una golosina que se otorgue para que tengan una posición frente a un tema. Apenas se hizo esa propuesta para incluirla a la Reforma a la Justicia, renuncié públicamente a eso. A los jueces no se les ofrecen dádivas y si se las ofrecen, los jueces no las reciben. Ya que habla de la Reforma a la Justicia, ¿cuáles son los cambios primordiales?Lo primero que se ha dicho y no se ha llevado a la práctica es la necesidad de suprimir el Consejo Superior de la Judicatura, porque fue mal concebido en la Constitución y peor desarrollado en la Ley Estatutaria de Administración de Justicia. Más aún, la composición de las Salas Disciplinarias y Administrativa de la Judicatura ha sido inapropiada y, lo digo como una crítica, no solo para quienes han elaborado las ternas, sino frente a las cortes que son responsables de nombrar a los integrantes de la Sala Administrativa. ¿Por qué? La Sala Administrativa es una junta directiva, se necesitan personas que sepan de contratación, que sepan tratar el tema de la carrera judicial y no necesariamente un abogado por excelente jurista que sea está en esa capacidad. Además, no es lo mismo llegar de una corporación a otra cuando ya se tiene más de tres años de haber sido retirado, como es mi caso, a pasar directamente de una corporación a otra con unos días de diferencia. No es lo mismo así se designe (en la Judicatura) a excelentes juristas como Pedro Munar. Entonces, está de acuerdo con quitar la capacidad nominadora de las cortes.... Eso distrae mucho de la función judicial. Hubo una iniciativa plausible por parte de la Asamblea Nacional Constituyente cuando así lo planteó, pero las Cortes traicionaron esa voluntad cuando no se buscaba incluir al más capacitado para desarrollar las funciones para el cargo. Por ejemplo, es un caso célebre que mientras la Corte Suprema postulaba a Contralor a Hugo Palacios Mejía, siendo exministro de Hacienda, la Corte Constitu- cional ternaba a David Turbay porque era quien tenía oportunidad de ser elegido. Y claro, si al Congreso le envían a uno de los propios, lo escoge. El segundo piso de la Corte Constitucional está lleno de cajas y costales con tutelas, ¿qué se podría modificarse para reducir tanta carga? Simplificar los procedimientos. En eso se ha avanzado con el Estatuto General del Proceso y del nuevo código de procedimiento administrativo para abreviar las actuaciones. Pero, además, se debe poner un control para que los abogados no abusen de las solici- tudes de nulidad, de impugnación, porque tienden a dilatar los procesos y así no terminan las actuaciones. La seguridad jurídica se ha perdido. ¿Por qué? Porque a partir del desarrollo excesivo que ha tenido la tutela en contra de decisiones judiciales y ahora se está ensayando la nulidad en contra de la decisiones de tutela de la propia Corte Constitucional y vienen los pronunciamientos de los órganos internacionales de Justicia o los no jurisidiccionales como el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con posiciones y recomendaciones insólitas y exóticas que no son acordes a las circunstancias reales del derecho y el debido proceso de las naciones y eso sacrifica la seguridad jurídica de forma verdaderamente grave. ¿Hay que modificar la tutela? Creo que sí. Hay algunos puntos que se deben precisar para hacerla más célere, para evitar que se abuse de ella y regular el tema de las tutelas contra decisiones judiciales, pero personalmente tengo temor de que eso se intente porque todos sabemos que en el Congreso actual, vamos a ver el que viene, no produce leyes ni actos legislativos apropiados sino por el contrario, con desviaciones para el interés particular como ostensiblemente sucedió en la Reforma a la Justicia. Ahora se viene un Congreso con una fuerte bancada liderada por el expresidente Álvaro Uribe, quien en el pasado se enfrentó con las cortes, ¿cree que podría volver a presentarse ese escenario? Vamos a ver qué ocurre. De todas maneras es muy bueno que haya una oposición y otros puntos de vista, pero lo que se anhela es que todo lo que se realice sea en procura del interés general y el bien común y no para unas apetencias personales aparte de lo que verdaderamente conviene a la República y a la democracia. Supuestamente se habría hackeado el computador del magistrado del Consejo de Estado Gustavo Gómez, ¿a usted le llegó a pasar algo así? Cuando yo estaba en la Sala Penal de la Corte Suprema y ahora que estuve en la Corte Constitucional, mis teléfonos estuvieron intervenidos, ‘chuzados’, pero de verdad no me importa porque no tengo absolutamente nada qué esconder. Esas interferencias que son ilegales y que tienen que ser investigadas y sancionadas porque quebrantan el derecho a la intimidad, en mi caso me tienen sin cuidado. El doctor Gustavo Gómez es un consejero de las más altas calidades y esto sencillamente no puede ocurrir como sucedió en contra de magistrados de la Sala Penal Yesid Ramírez, Alfredo Gómez, Iván Velásquez, eso no puede ocurrir.

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