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Negociación de paz no puede frenar la agenda legislativa, dice Mininterior

El ministro del Interior, Fernando Carrillo, cree que de firmarse un acuerdo de cese al conflicto, su cartera no sólo se encargará de lo político, sino que trabajará en la reconciliación de los colombianos.

17 de septiembre de 2012 Por: Argemiro Piñeros y Rafael Castro | Colprensa

El ministro del Interior, Fernando Carrillo, cree que de firmarse un acuerdo de cese al conflicto, su cartera no sólo se encargará de lo político, sino que trabajará en la reconciliación de los colombianos.

¿Se está frenando la agenda legislativa por el propósito de la paz?Esa es la tendencia que hay que evitar, no creo que la lógica lleve a que se le ponga un freno de mano a la ejecución de las políticas públicas de este Gobierno. Mi primera responsabilidad es acelerar la ejecución de todas las políticas del Gobierno y seguir adelante con la agenda legislativa. La semana entrante vamos a tener una reunión en el consejo de ministros con presidentes de los partidos y voceros, para definir la agenda y ponerle el acelerador a las reformas.¿Qué van a hacer con tanta gente que quiere participar del proceso de paz?El protagonista único es el Presidente de la República, por otra parte la comisión negociadora que va a cumplir en esa instancia ese rol específico. Nuestra responsabilidad acá es seguir con las políticas que son las que permitieron que llegáramos a ese punto y seguir acelerando la agenda legislativa.¿Pero no se estaría concentrando toda la agenda en el tema de paz?Hay que respetar el espacio de la negociación y dejar trabajar a la comisión negociadora, no podemos interferir, ni hacer ruido con los espacios que tiene. Nuestro propósito es tener una agenda legislativa y de desarrollo de políticas públicas que sea paralelo a lo que se va a dar en el seno de la negociación.¿Qué llegaría por la vía legislativa para reglamentar el marco jurídico de la paz?Eso es hacer futurismo y hay que esperar. El gran ánimo de todo el país es tratar de aterrizar eso ya, pero tratar de hacerlo es prematuro, hay que esperar y dejar trabajar a la comisión, para ver cuáles son los acuerdos y, una vez se den, entrar a la tercera fase del proceso, que sería la materialización desde el Legislativo de lo que se acuerde.¿Qué camino va a tomar el Ministerio ahora que usted asumió esa cartera?El Ministerio del Interior debe ser el de la convivencia y la caja de resonancia de los acuerdos que salgan desde lo territorial. En este país las principales víctimas de la guerra están en las regiones, no en las grandes ciudades y el deber del ministerio es ser el puente con entidades territoriales, con los departamentos, con los municipios. Hay un manejo de la política desvertebrado, en el que el Gobierno ha estado caminando por un sendero distinto al que caminan las regiones.¿Cómo piensa reforzar la participación de las regiones?Vamos a tener la ley de departamentos, de distritos, de áreas metropolitanas y hay una nueva ley de ordenamiento territorial. Además hay una cantidad de mecanismos de la Constitución del 91, pero que hasta ahora van a ser desarrollados. Hay que crear una línea de comunicación con las entidades territoriales y convertirnos en un ministerio que permita abrir al país la discusión de cómo van a ser los escenarios futuros de paz.Eso significa dar un giro de 180 grados, ya que al inicio de este Gobierno se hizo más énfasis en el fortalecimiento de la seguridad ciudadana…Son las interpretaciones de la realidad de cada momento. Lanzada la iniciativa de paz, es el momento de la convivencia. Los recursos de Fonsecon habrá que orientarlos a la convivencia, lo cual sería una política complementaria a las de seguridad.¿Es posible que el país perdone?Ese es un objetivo desde el punto de vista político monumental. Hay sociedades que en los procesos de paz han demostrado que es posible el perdón. También hay actores que van a jugar un rol fundamental y esos son las organizaciones sociales, la Iglesia, las organizaciones territoriales de base y las de víctimas. Hay un gran propósito nacional y ese es el tipo de cultura sobre el cual debemos comenzar a discutir a nivel regional y local.¿Cómo considera que están las relaciones entre el Ejecutivo y el Legislativo?Debo decir que no solo en los términos más amables y de respeto mutuo, lo único que puedo ofrecerles es un diálogo permanente, respetuoso y orientado a que haya ese equilibrio que tiene que ser propio para los acuerdos entre la rama Ejecutiva y la Legislativa. El Congreso tiene que ser fuerte para que la democracia sea fuerte. No creo en ese juego de debilitar al Congreso, ni que la política mejora cuando hay una rama fuerte y otra débil. Tuve una reunión con los dirigentes de la Mesa de Unidad Nacional y el encuentro fue muy cordial.¿Cómo se puede fortalecer al Legislativo?Estamos discutiendo con los presidentes de Senado y Cámara un proceso de modernización, con el ánimo de tener una organización que funcione mucho mejor, que muestre resultados. La modernización del estatuto del Congreso en la Ley Quinta va a ser fundamental.¿El Congreso permitirá la modernización, después de lo golpeadas que quedaron las relaciones tras la Reforma a la Justicia?Se trata de una iniciativa parlamentaria. La caída de la Reforma a la Justicia dejó muchas lecciones, entre ellas la necesidad de fortalecer los mecanismos de comunicación entre el Congreso y la ciudadanía. Lo que sucedió en la mesa de conciliación dejó expuesto que el proceso de seguimiento ciudadano sobre el trámite legislativo, simplemente no existió. Por esa razón, dotar al reglamento del Congreso de iniciativas mucho más transparentes es esencial y eso va a ser parte de la agenda legislativa.¿Cómo cambiar el concepto de que el Congreso es muy dependiente del Ejecutivo?Congresos fuertes de la región tienen un sistema de asesorías permanentes. Son expertos que asesoran a los congresistas, independiente de quienes sean y a qué partido pertenezcan. En esa modernización del Congreso se viene un nuevo código electoral. ¿Cuáles son las nuevas medidas que trae esa iniciativa?No hay código electoral desde 1986; es decir, han transcurrido tres décadas sin modernizarlo. Hay que pensar en un instrumento moderno, participativo, transparente, abordando los cuellos de botellas de la organización electoral. ¿Qué va a pasar con el estatuto de oposición?Voy a tener una reunión con la presidenta del Polo Democrático. El tema de las garantías a la oposición y que las minorías tengan participación es un mandato fundamental. El propósito de este Gobierno es defender la representación de las minorías políticas.Usted habla de mayor participación en medio de un diálogo con las Farc. ¿Ese grupo guerrillero podría tener participación en el desarrollo de ese código electoral?La clave es que lo que discutamos acá no puede llegar a convertirse en un obstáculo para lo que se decida en las comisiones negociadoras. No sería conveniente, de nuevo, decir que estamos aterrizando fórmulas acá y que más adelante no tengan nada que ver con lo que se está negociando en la comisión que estará en La Habana.¿Estará listo el voto electrónico para 2014?Hay que adaptar las tecnologías a las realidades electorales de Colombia. A pesar de que el voto electrónico es una forma más eficiente y más libre de participar, vamos a ver cómo es el tema de los tiempos. Hay un problema logístico y de recursos; estoy esperando los resultados de una comisión que se creó para eso. Nuestra responsabilidad es acelerar al máximo su opuesta en marcha.¿El Gobierno apoya el proyecto para una nueva asamblea constituyente?Cuando uno habla de la Constitución del 91 como un tratado de paz, está diciendo que no es necesaria una nueva constitución, y eso es lo que estoy diciendo, se trata de recuperar la constitución del 91, que fue en el marco del proceso de paz.

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