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Mototaxismo, oficio ilegal que aumenta en zona rural de Popayán.

Alrededor de 156 empresas se dedican a este trabajo en todo el país.

21 de enero de 2012 Por: Omar Galvis.

Alrededor de 156 empresas se dedican a este trabajo en todo el país.

Wilson Díaz es un habitante de La Rivera, Timbío. Una vereda que está a quince minutos de la ciudad de Popayán. A sus 23 años aún no tiene un empleo fijo que le permita solventar las necesidades de su familia, es por eso que decidió involucrase en el negocio del mototaxi. A Pedro Osvaldo Ruíz de 31 años y habitante de esta vereda, el no tener licencia de conducción le ha impedido trabajar en la ciudad, un obstáculo que sólo le permite transportar pasajeros de las veredas cercanas.Una rutina compleja y necesariaLas seis de la mañana marcan el inicio de una nueva jornada. El invierno que azota al departamento del Cuaca en los últimos días no ha sido un impedimento para que Pedro salga a trabajar en su moto, que viene pagando a cuotas desde hace un año. Aún no ha logrado recolectar el dinero suficiente para acceder a una licencia de conducción. Es por eso que sólo hace recorridos rurales. “Por estos lados las autoridades no molestan tanto, entonces tengo la posibilidad de trabajar”, dice Pedro.El frío de la madrugada ya es algo usual para él, pues antes de trabajar como mototaxista, recogía café en una finca del sector. Afirma que le tocaba un poco más duro y se ganaba el mismo dinero que recolecta trabajando en su moto. “Son alrededor de 30 mil pesos los que me hago en un día, un poco más de lo que me ganaba cuando trabajaba recogiendo café”. Los recorridos que realiza frecuentemente están entre Siloé y El Guayabal. Dos veredas cercanas a La Rivera, lugar donde hace más de un año ‘parquea’ su moto a la espera de nuevos pasajeros. Son alrededor de siete los que logra transportar diariamente, pero el trayecto es un poco lento, debido a la rigidez de la carretera.Pedro tiene esposa y un hijo de siete años. Para él trabajar en el campo ya no parece ser tan productivo. Eso sumado a la falta de estudios y oportunidad laboral en la región, tal vez, una de las principales razones para involucrarse en el negocio del mototaxismo y así poder cubrir los gastos escolares de su hijo, la alimentación de su familia y el pago de la cuota mensual de su moto. Esta nueva forma de transporte informal, ha invadido poco a poco las calles de algunas ciudades del país. En Popayán se ha incrementado el uso de este transporte y cada día son más los mototaxistas que recorren las calles de la ciudad blanca.Sólo en el año 2008 el gremio albergaba cerca de 500 mototaxistas. Para el presente año, la secretaría de tránsito municipal, aún no tiene una cifra exacta, pero se estima que esté por encima de los 700. La falta de empleo, es el factor común para que muchos ciudadanos decidan incursionar en este nuevo “negocio”. Y aún más cuando Popayán se encuentra en el primer lugar de las ciudades con mayor índice de desempleo del país.Sin embargo, para algunos mototaxistas como Wilson, éste es un trabajo exigente, pero con el que se logran solventar algunas necesidades básicas como el pago de los servicios y la alimentación.Wilson acumula tres años de experiencia como mototaxista. Desde las siete de la mañana recorre las calles de la ciudad en busca de algún pasajero “apresurado”, pues normalmente, este tipo de transporte informal, presta un servicio rápido y económico. “Recorro las principales vías de la ciudad, los barrios más conocidos, por seguridad y cuando me va bien me hago entre 15 a 20 mil pesos”. Su rutina acaba a las seis de la tarde cuando el sol empieza a desaparecer y el camino de vuelta hacía su vereda se hace más oscuro y peligroso, pues en ese recorrido, lo abordaron dos hombres en una moto y le arrebataron el maletín donde guardaba el dinero producido en el día . Para Wilson y Pedro, esta forma de trabajo es un poco dura. Y así como hay días muy buenos hay unos muy malos. “Hay días en los que uno se desespera porque casi no encuentra pasajeros, entonces no tiene qué llevar para comer. Apenas se logra recolectar lo de la gasolina de la moto”. Sus expectativas parecen estar lejanas de renunciar a este tipo de subempleo y por el contario esperan que éste les permita salir de la pobreza en la que se encuentran. Un futuro muy deseable para un servicio que se presta bajo la ilegalidad. Por el momento, seguirán recorriendo las calles de Popayán en busca de nuevos pasajeros, enfrentando los obstáculos de las autoridades de tránsito que les impide trabajar libremente. “Ya para poder transportar a alguien, debes saber su nombre y ella el tuyo, porque si no el policía te pone problema”, Afirma Wilson.

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