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“Me dieron la cabeza de la lista para controlar a Uribe”: Horacio Serpa

Horacio Serpa, cabeza de lista del Partido Liberal al Senado de la República, habló sobre el apoyo que ha recibido su candidatura en el Valle del Cauca por parte del exgobernador Juan Carlos Abadía.

20 de febrero de 2014 Por: Redacción de El País.

Horacio Serpa, cabeza de lista del Partido Liberal al Senado de la República, habló sobre el apoyo que ha recibido su candidatura en el Valle del Cauca por parte del exgobernador Juan Carlos Abadía.

Ha llamado la atención que entre sus respaldos en el Valle esté el de Juan Carlos Abadía. ¿Por qué aceptó el apoyo de una persona tan polémica?Conozco a Juan Carlos Abadía porque juntos departimos durante dos años siendo él fue Gobernador del Valle y yo, de Santander. Segundo, sé que fue sancionado por la Procuraduría por intervención en política. Tercero, recibí una llamada de un amigo en común que me dijo que él quería hablar conmigo y me comentó telefónicamente que quería mantenerse en política, sin estarla ejerciendo, que tenía una afinidad con el liberalismo y que como no tenía candidato a Senado pensó que yo podría ser la persona para apoyar y no le vi inconveniente. ¿Pero su candidatura es de opinión y ese apoyo de Abadía no es más lo que le resta?No puedo negar esta posibilidad. No tengo ningún compromiso con él, pero tampoco tengo elementos de juicio para decir que es un indeseable. No sé como son las peleas internas en el Valle y no sé qué más saben en el departamento que yo desconozco para descalificarlo. Hace unos años era moda que los liberales se fueran a la U o Cambio Radical y hoy muchos están regresando. ¿Es esto también una moda o un resurgir del espíritu liberal?Hace diez años no fue moda sino oportunismo. Cuando Uribe empezó a ganar en las encuestas me fueron abandonan- do muchos dirigentes del Partido Libe- ral. Ahora tampoco es moda que estén regresando, sino que pasaron 12 años catastróficos para el país y el partido Liberal no tuvo que ver con cosas como los falsos positivos, los problemas del Caguán, la caída de la economía en el 99 y la anunciada lucha contra la corrupción y la politiquería que no sirvió de nada. Entonces la gente está viendo la forma de fortalecer una colectividad que, como el Partido Conservador, tiene una historia, unos antecedentes, unos programas y que ha tenido muchas equivocaciones, pero que está en un proceso de rectificación.¿Entonces le parece bien que el conservatismo tenga su candidata?Claro, yo soy liberal, pero el otro partido importante de Colombia es el Conservador. Los otros los respeto y están en la Mesa de Unidad y ojalá no me vayan a excomulgar porque yo también soy santista, pero son coyunturales. Son partidos sin estructura ideológica y sin compromisos programáticos, sin responsabilidad ante la comunidad y mañana se pueden acabar. Incluso, un partido del que se esperaba mucho como el Polo Democrático también hizo agua. Entonces por encima de las veleidades del momento, el liberalismo y el conservatismo son las grandes colectividades de la política nacional.¿Y no estarán volviendo porque es donde dan más mermelada?No. Esa mermelada es un cuento electoral. Los liberales, cuando la reelección de Uribe, también denunciamos la mermelada. Cuando ganaba las elecciones Turbay Ayala, entonces Carlos Lleras le decía clientelismo y antes se llamaba manzanillar, pero eso es un escándalo hipócrita. En el Senado lo veremos debatiendo o controvirtiendo con el expresidente Uribe y con personajes como Antonio Navarro. ¿Cree que eso le dará un aire de prestigió al Congreso? Todos tenemos el deber de elevar el nivel del Congreso, que está muy de capa caída. Llegamos algunos veteranos y por supuesto habrá controversia y debates, pero nos tendremos que poner de acuerdo en muchas cosas porque el palo no está para cucharas. Ahora, la Convención Liberal me dio un encargo adicional a cumplir con mis deberes, cuando me escogió para que encabezara la lista, y era controlar a Uribe... (risas)¿Y cómo lo va a controlar?No, yo respeto mucho a todos y al doctor Uribe; lo que pasa es que tenemos ideas distintas. ¿No es contraproducente que el tema de campaña sea la paz y se venda la idea de que quienes no están con Santos están en contra de la paz?En Colombia la paz es una política de Estado y está en el Artículo 22 de la Constitución, pero como la situación se presenta con la guerrilla se vuelve coyuntural y un presidente como Uribe dice que busca la paz, pero que para ello hay que derrotar militarmente a la guerrilla. Y llega Santos y en un momento dado se da cuenta de la situa- ción y dice que hay un conflicto arma- do interno que en ocho años no se pudo solucionar por la vía militar y le busca un espacio a la negociación política, entonces los que no están de acuerdo con Santos buscan achaques para irse en contra del proceso.¿O sea que el tema de la paz lo politizaron los rivales de Santos?Es que el tema de la paz es eminen- temente político; lo volvieron un asunto electoral porque si mañana se da la gran noticia de que se firma la paz, eso va a tener un efecto favorable a la reelección de Santos y si, al contrario, se rompe la negociación, el Gobierno va a sufrir un impacto muy fuerte. ¿Qué puede esperar un vallecaucano que vote por usted si los candidatos foráneos quienes vienen por votos no los volvemos a ver?Yo hace más de 30 años estoy viniendo al Valle; he estado unas 200 o 300 veces y he recorrido todos los municipios porque fui tres veces candidato presidencial y siempre tuve el interés de contar con el apoyo de este departamento; de manera que mi nombre no es extraño aquí. Yo no soy de los que busca votos y luego se va; como yo no compro votos, sé que el voto establece una relación con el elector.¿Ha cambiado mucho la política en estos 40 años que lleva haciéndola?Yo llegué de provincia al Congreso diciendo discursos y convocando la gente al rededor de planteamientos; eso ahora no es posible. Yo llegué casi a la Presidencia habiendo iniciado en el concejo de Barranca y hoy no hay espacio y creo que es difícil que los nuevos líderes puedan obtener figuración en política. Y cómo se van a renovar si los viejos políticos no sueltan el poder...Yo creo que la renovación de la política se hace de dos formas: uno generacional, dándoles lugar a las nuevas genera- ciones como lo hace el liberalismo con un director que tiene 33 años. E intelectualmente, lo que no tiene nada qué ver con edad. Una persona es renovadora según sus planteamientos y mientras tenga capacidad para usar el cerebro. Mandela salió a los 70 años de la cárcel y en diez años se convirtió en el hombre más importante del mundo.

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