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Los más y los menos del Presidente Santos

6 de agosto de 2012 Por: Alejo Vargas, profesor de la Universidad Nacional

Al cumplirse dos años del gobierno de Juan Manuel Santos es pertinente intentar balances. Pasamos de un ambiente de polarización política y de confrontación permanente, a otro de mayor respeto y tolerancia por las opiniones distintas, incluidas las relaciones entre las instituciones y esto no es nada despreciable para una democracia. El Gobierno conformó una coalición, la Mesa de Unidad Nacional, que le dio una ‘aplanadora’ en el Congreso, pero parece estar teniendo un efecto perverso, al minimizar la oposición, ésta se está trasladando a la calle, a la protesta social y redes sociales.Las relaciones internacionales es un campo en el cual la mayoría reconoce una gestión positiva; se restableció la buena relación con los vecinos, Ecuador y Venezuela y se ha jugado un papel dinámico en los procesos de integración suramericanos; Colombia ha tenido mayor protagonismo en unas relaciones internacionales más diversificadas; el lunar sigue siendo la tradición negativa de nombrar embajadores amigos del gobierno y no fortalecer la carrera diplomática.En seguridad y defensa, en el actual gobierno se dieron los golpes más significativos a las Farc, la muerte de ‘Alfonso Cano’ y el ‘mono Jojoy’ y otros mandos medios; pero el conflicto es dinámico y cada parte aprende de la estrategia de su adversario, ya desde finales del gobierno Uribe venía dándose un reacomodo en el actuar de la guerrilla y una nueva forma de operar, más de pequeños golpes, pero que crean la sensación de mucha actividad; el resultado aparente es que se ha deteriorado la seguridad, pero es mucho más lo que se ‘infla’ que la realidad.La economía ha tenido un comportamiento positivo –esto incide en el empleo-, jalonada por el comportamiento internacional, pero ahora con una desaceleración global, es previsible que igual esto afecte negativamente la economía colombiana. Hay preocupación con los costos ambientales de la ‘locomotora minera’.La principal equivocación del gobierno Santos, con costos políticos y de opinión muy altos, fue la fracasada Reforma a la Justicia, que conllevó deslegitimación al Gobierno, Congreso y las Cortes.

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