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Los jóvenes colombianos ¿leen o no leen?

Mientras las cifras oficiales revelan que los jóvenes de hoy leen muy poco, otros sostienen que por cuenta de internet podrán a leer más que generaciones anteriores. Debate.

21 de junio de 2011 Por: Redacción de El País y Colprensa

Mientras las cifras oficiales revelan que los jóvenes de hoy leen muy poco, otros sostienen que por cuenta de internet podrán a leer más que generaciones anteriores. Debate.

El Plan Nacional de Lectura y Escritura ‘Leer es mi cuento’ destinará $850 millones para apoyar proyectos editoriales y ampliar la oferta bibliográfica en las bibliótecas públicas de Colombia. Este plan también tiene como objetivo promocionar el acceso de estudiantes a medios digitales. La ministra de Cultura, Mariana Garcés Córdoba, opina que las nuevas tecnologías pueden contribuir a que los más jóvenes se enamoren de los libros. “Queremos encontrar en esta convocatoria las fórmulas para mostrarle a los potenciales lectores, en especial los niños, que se pueden divertir leyendo, y no sólo en los formatos tradicionales del papel, también a través de los medios digitales que son una realidad”, afirma la Ministra de Cultura. El Plan propone un trabajo conjunto entre los ministerios de Cultura, Educación y Tecnología para promover el uso de herramientas informativas en la academia y en espacios de ocio. La ministra también reconce la necesidad de abrir un campo a la televisión y la radio en la formación de nuevos lectores. “Buscamos apoyar iniciativas de suplementos y demás formas de comunicación a través de los medios masivos de comunicación, viéndolos como una alternativa fuerte de llegarle a más gente con nuestro mensaje”, asegura Mariana Garcés Córdoba.Esta propuesta reactiva el debate en torno a la relación entre lectura y tecnologías. La capacidad de los formatos multimedia para ofrecer fotografías, videos, extractos de audio y texto simultáneamente es percibida como una gran ventaja por expertos en informática. Pero varios educadores, escritores y editores ven esos múltiples estímulos como algo contrario a la atención que requiere la lectura. El debate sigue latente, mientras las enciclopedias en Internet son cada vez más visitadas. De igual forma, los tablets y los libros electrónicos seducen a más compradores en todo el planeta, gracias a su capacidad para almacenar cientos o miles de libros. Asimismo, existen portales como Project Gutenberg (http://www.gutenberg.org), que ofrecen 34.000 textos en formato digital, desde ‘La Odisea’ y ‘Las mil y una noches’ hasta tomos educativos de ciencias e idiomas. Mientras sigue el debate, el Ministerio de Cultura mantendrá abierta la convocatoria hasta el 22 de julio de 2011. Se espera que editores y autores presenten propuestas para conquistar más lectores, ya sea en medios impresos o digitales. "Estudiantes llegan a la universidad sin cultura"José Zuleta Ortiz (escritor)Hace 25 años, Estanislao Zuleta afirmó: “La educación hace lo que la industria en la producción: mínimo de costos, mínimo de tiempo, máximo de tontería. A esto es a lo que se quiere llegar con la tecnología educativa, confundiendo educación con información”. “Quizás hoy se dé mucha importancia a lo audiovisual y a otros sistemas de lectura, que no son más que formas de acelerar la adquisición de información, pero que no implican ninguna posibilidad de iniciativa creativa o de capacidad crítica”. Por este camino desembocamos en el ideal de lector que postula Nietzsche: “Cuando me represento la imagen de un lector perfecto, siempre resulta un monstruo de valor y curiosidad y, además una cosa dúctil, astuta, cauta, un aventurero y un descubridor nato”.La crisis de la lectura está en el ojo de investigadores, entes gubernamentales, centros educativos, editores y padres de familia, pues los estudiantes llegan a la universidad con precarias capacidades de comprensión y casi ninguna cultura. Todo parece apuntar a los casi nulos hábitos de lectura de los niños y los jóvenes, al poco o nulo acceso de la población a los libros y a la lectura, a la idea absurda de que la lectura es aburrida y a la escasa participación de los padres en el fomento por el gusto de leer.El Ministerio de Cultura acaba de lanzar el programa de estímulos ‘Leer es mi cuento’, que apoya iniciativas que promuevan la lectura y el placer que se deriva de ella. Es un buen paso.Una iniciativa que se debe estimular es la lectura en voz alta. Es la mejor manera de disfrutar un texto literario y es formadora, porque comunica más que la lectura silente. Indaga aspectos en los que se vindica la belleza rítmica y melódica de las obras. Además, la gente se ve, puede conversar, puede proponer, puede sentir lo que se siente leyendo en voz alta. Sobre las bondades de la lectura en voz alta se ha escrito mucho, pero la verdad es que se hace muy poco para que esta sea una costumbre. Y menos para que sea una practica habitual entre las comunidades lectoras. Una de las prácticas formadoras de las tertulias y de los talleres literarios, es que en ellos se lee en voz alta.A los niños y los jóvenes los estimula ser grabados y subir sus pequeñas proezas a la red. Hay que aprovechar esa afición para que sus lecturas sean escuchadas y vistas en la red.Un niño que lea bien tiene mayor posibilidad de expresarse por medio de la escritura. Allí radica la diferencia entre si será capaz de pensar, ser crítico, proponer, investigar, o si será simplemente alguien que obedece.Si la lectura es un placer, éste se forjará con mayor facilidad en la infancia. Y la literatura: cuentos, fábulas, adivinanzas, poesía, son muy importantes para encender esa hoguera."Urge menos papel y más contenidos"Víctor Solano Franco (Comunicador Social)La industria editorial se ha negado a estimular la lectura a través de medios digitales, porque muchos editores consideran estos medios como una amenaza para sus mercados. Sin embargo, a la industria editorial le toca empezar a reconsiderar su modelo de negocio. En ese sentido, no debe vender libros, sino contenidos. Hay nuevos dispositivos que se centran en los contenidos, como Kindle y los tablets. Estos, con sus aplicaciones para leer textos extensos, seguramente van a desplazar a los libros de papel. Cada vez, lo más importante es acceder a los contenidos, sin importar la plataforma en que estos se presenten. La gran ventaja para las nuevas generaciones es la capacidad de almacenamiento de los dispositivos digitales, en comparación con el espacio físico que ocupan los impresos en una biblioteca. No hay que temerle a los medios electrónicos. El problema sería que las nuevas generaciones perdieran el interés por la lectura. Pero esto no es lo que verdaderamente preocupa a los editores, la verdadera preocupación de ellos es de orden económico. En cuanto a la educación, debe cambiar la mirada sobre las competencias interpretativas del estudiante frente a un texto. Lo que entendemos como texto tiene cambiar. Es hora de incorporar imágenes, recursos audiovisuales e incluso estímulos olfativos a los textos educativos y a las obras de ficción si se quiere atraer la atención de los nuevos públicos. Los jóvenes van muchos pasos adelante de las instituciones educativas y de las editoriales. Estas deben alcanzar a quienes acceden a las nuevas tecnologías. Los niños y los estudiantes están demandando una mayor riqueza de recusos narrativos y hay que dárselas.

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