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Lograr la Unidad Nacional sin dar puestos, el reto de Santos

El Presidente probará su liderazgo cuando tenga que negociar con el Congreso burocracia por apoyos. Su gobierno tendrá que traducirse en proyectos concretos y metas creíbles en lo económico y social que puedan ser respaldadas por el nuevo Congreso de la República.

30 de junio de 2010 Por: Redacción El País, Bogotá | Colprensa

El Presidente probará su liderazgo cuando tenga que negociar con el Congreso burocracia por apoyos. Su gobierno tendrá que traducirse en proyectos concretos y metas creíbles en lo económico y social que puedan ser respaldadas por el nuevo Congreso de la República.

El ‘Gobierno de unidad nacional’ que anunció el presidente electo Juan Manuel Santos Calderón tendrá que traducirse en proyectos concretos y metas creíbles en lo económico y social que puedan ser respaldadas por el nuevo Congreso de la República, sin que ello le implique transar respaldos políticos a cambio de burocracia.De no ser así, ese proyecto quedará convertido en una simple estrategia electoral de campaña que le habrá servido a Santos exclusivamente para llegar al poder, pero a un costo político muy alto, pues no será nada fácil darle suficiente ‘oxígeno’ a más del 85% de las bancadas parlamentarias que lo apoyaron con sus votos.Así lo consideran varios analistas consultados por El País para quienes, hasta el momento, la ‘unidad nacional’ de la que tanto ha hablado Santos Calderón es apenas un buen propósito que requiere ser ‘aterrizado’ acorde con la nueva realidad política colombiana.En opinión de los expertos, Santos apenas se ha referido a cuatro propuestas económicas puntuales: la generación de dos millones de nuevos empleos, sacar de la pobreza a siete millones de colombianos y a otros cuatro millones de la indigencia, así como formalizar un millón de empleos. No obstante, aún no parece estar claro cómo el nuevo Gobierno logrará esas metas.Un síntoma de la distancia que el Presidente buscaría mantener con los políticos es la designación de sus tres primeros ministros y de tres de sus más cercanos colaboradores, pues, dicen los expertos, en esos nombramientos no pareció mediar negociación burocrática.Los analistas plantean otras alternativas sobre la manera como el nuevo Presidente lograría concretar su proyecto de unidad nacional sin tener que ceder a las presiones burocráticas. Una de ellas, sugiere la catedrática Claudias López Hernández, es “aprovechar” el primer año de mandato para presentar al Congreso las grandes reformas que necesita el país, pues asegura que con nueve millones de votos es tal el margen de maniobra del nuevo gobierno que “no tendrá que hacerle concesiones a nadie pues aunque todos pusieron votos, Santos no está empeñado con ninguno”. Al respecto, el politólogo Édgar Peñuela agrega que lo único que no puede perder Santos es el liderazgo político y personal, pues de lo contrario se le saldrá de las manos el manejo de la coalición legislativa.“Es difícil desligar los compromisos programáticos que el Presidente electo adquirió en campaña de la representación burocrática que reclamarán quienes lo apoyaron. Son dos cosas que van de la mano. Finalmente la historia del país ha demostrado que no hay programa de Gobierno sin apoyo burocrático”, añade Peñuela. No solo burocraciaLos observadores, sin embargo, explican que en el propósito de unidad nacional no todo será burocracia, pues el Partido Liberal aceptó ingresar institucionalmente a la coalición santista bajo la condición de que el nuevo mandatario incluya en su agenda legislativa varios temas defendidos por el partido rojo en la campaña.Entre ello figuran equidad tributaria, lucha contra la pobreza e indigencia, aumento de la productividad a pequeños propietarios de tierra y la ley del primer empleo.Lo propio ocurrió con el ex candidato del Polo Democrático Gustavo Petro, quien a título personal envió una carta al Presidente electo en la que dice que “sin sacrificar nuestra independencia -la del Polo-, le propongo iniciar una discusión nacional sobre tres temas que neurálgicos para construir una democracia estable y pacífica en nuestra sociedad: la tierra, el agua y las víctimas. Sin soluciones eficaces a estos temas no podemos hablar de un Acuerdo Nacional”. Es por ello que el profesor Marco Romero Silva, de la Universidad Nacional, dice que la clave del Gobierno de unidad nacional es “regular las relaciones con la oposición, así esta sea muy pequeña, pues de todas maneras necesita de consensos programáticos en temas sensibles como relaciones internacionales, política exterior, economía y derechos humanos”. Otro experto, el catedrático Ancízar Marroquín, advierte que para que el Ejecutivo pueda sacar adelante su agenda legislativa y consolidar su proyecto de unidad nacional sin ceder a presiones burocráticas, debe tener un buen ministro del Interior. “Si el nuevo ministro del Interior es una persona de mucha argumentación, de capacidad negociadora, hará más difícil para el Congreso la tarea de cambiar apoyos por burocracia”, agrega Marroquín.Y concluye que la mejor manera para evitar presiones es que se cumpla lo prometido por el Santos: “la negociación burocrática será institucional”.Siguen enredados los acuerdosPese a que ya parecía estar listo el acuerdo de la próxima coalición de gobierno para el manejo de las mesas directivas y las presidencias de las comisiones en el Congreso, ayer se enredaron de nuevo esas alianzas.El malestar se centra ahora porque el Partido Conservador recibió de los compromisarios un “cuadro” de composición, distinto al que ya habían planteado y discutido en las reuniones de la semana anterior.La razón del inconformismo de los azules se debe a que el liberalismo, que apenas llega a la coalición, está reclamando una participación representativa en tal sentido.Así lo expresaron a los compromisarios de la U en una reunión en el norte de Bogotá, en donde piden tener las presidencias del Senado y la Cámara en alguno de los cuatro años.De la misma forma los liberales están pidiendo mayor representación en las comisiones, pero los cupos se deciden de acuerdo a una votación que se hará en cada plenaria a la cual llegarían los conservadores y el PIN en alianza para garantizar mayorías en comisiones por encima del liberalismo.En cuanto a Cambio Radical se da por seguro que este partido no tendrá presidencia de Senado ni Cámara, tendría participación en alguna vicepresidencia y presidencia en comisiones, esto debido a que es una minoría dentro de la coalición.De otra parte, ayer las directivas del conservatismo desautorizaron a cualquier congresista que entre en acuerdos con el PIN.La Tercera vía de Juan M. SantosEl Mandatario electo de los colombianos ha dicho que su proyecto político se enmarca en la llamada ‘Tercera Vía’.Los expertos dicen que se trata de aplicar el pragmatismo en la actividad pública, y que Santos ya ha dado muestra de ello.Hacer un llamado a la unidad nacional; reunirse con Gustavo Petro sin entrar en compromisos individuales; aceptar incluir en su agenda algunas propuestas del Partido Liberal; no negociar con el controvertido Partido PIN, etc.Además, dicen que muestra del pragmatismo de Juan Manuel Santos es dividir seis ministerios fusionados y crear uno nuevo: el de la Familia y la Mujer.

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