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Las razones de ‘la mala hora’ del Gobierno del presidente Santos

Analistas coinciden en que la crisis social es el resultado de una suma de desaciertos en las políticas de Estado del presidente Juan Manuel Santos

28 de julio de 2013 Por: Jessica Villamil Muñoz | Reportera de El País

Analistas coinciden en que la crisis social es el resultado de una suma de desaciertos en las políticas de Estado del presidente Juan Manuel Santos

Protestas de mineros, campesinos. Presiones de los lecheros, cafeteros, camioneros, cacaoteros, problemas en la salud, en la rama judicial. Bloqueos en las principales vías del país. Caída de funcionarios por cuenta de estruendosas denuncias. Locomotoras sin combustible. Quejas de los empresarios. Índices elevados de criminalidad. Resultados en las encuestas con tendencia a la baja. Una oposición que no da respiro. La lista, que podría ser más larga, refleja que en este momento y después de tres años de Gobierno, el presidente Juan Manuel Santos no atraviesa su mejor momento. El pasado jueves sumó un revés más a punta de abucheos: los asistentes al estadio Pascual Guerrero no le perdonaron su ausencia, por una gripe, en la inauguración de los Juegos Mundiales y menos, cuando ese mismo día tuvo diferentes actividades sin contratiempos. Incluso horas antes de su “desaire” se reunió con el Partido de La U en Paipa, Boyacá. La bomba social que, dicen algunos, está a punto de estallar en Colombia no es el resultado de una mala hora. La raíz del problema está, según analistas, en la falta de políticas sociales y económicas que le generan al Gobierno una serie de traspiés que amenazan con convertirse en un golpe letal y sino se hace un esfuerzo por darle un giro a la situación, esos pasos mal dados pueden resultar incontenibles y llevar al traste la anhelada reelección Presidencial.El analista Juan Carlos Flórez dice que en el país hay una cantidad muy grande de demandas sociales que llevan años sin ser resueltas y que el Mandatario ha optado a lo largo de su gobierno por agradar a todos y al final, no deja contento a nadie.En ello coincide el exministro de Salud Camilo González, quien además precisa que el modelo que decidió utilizar el Presidente para impulsar el país ha llevado a la marginalidad a la industria y a la agricultura. “Ese esquema de protestas se está replicando de Egipto, España y el problema es que aquí hay un agravante que es el de la violencia histórica que hace que la resonancia sea más grande”.A su juicio, la crisis se va a perpetuar, porque hoy son los mineros, pero mañana serán los exportadores. “Lo que está fracasando es el modelo que es supremamente excluyente”, insiste.El senador Armando Benedetti asegura que la “mala hora” del Gobierno se origina en que la oposición, representada por la guerrilla y la derecha, busca que la celebración de los tres años de Gobierno (que se cumplen el 7 de agosto) se vea mal. Pero, el gran problema, según él, es el equipo ministerial que no es capaz de negociar, de advertir lo que está sucediendo.“Esta camada de ministros es de las peores que se ha visto en mucho tiempo. Están muy preparados, pero les falta capacidad de decisión. Se salvarán dos o tres, pero a la mayoría se les sale todo de control: lo del Catatumbo, lo de los mineros”, sostiene Benedetti.La exministra y precandidata presidencial por el Partido Conservador, Martha Lucía Ramírez, no está de acuerdo con esa apreciación porque, en su opinión, el gobierno Santos tiene ministros muy preparados. A su modo de ver, quien tiene que liderar un gabinete y ponerle ritmo es el Presidente. “Por supuesto los ministros son fusibles y hay que quemarlos cuando toca, pero si todo el gabinete tiene problemas, la culpa es del Jefe de Estado que no sabe cómo llevarlos”, dice.El exministro Camilo González tampoco duda de las capacidades de los ministros actuales, aunque asegura que “todos están dentro de la misma olla, donde se suman los males y entre más caliente se ponga más rápido va a explotar”.A los problemas internos, los analistas califican como erradas las constantes salidas internacionales del presidente Santos porque cada que ocurre un evento adverso en el país, él está por fuera.La ausencia en las regiones es evidente, comenta la exministra Ramírez, por lo que califica como “desafortunado” que ante situaciones críticas no esté el Presidente para poner el pecho.“Mientras él estaba buscando la paz en Palestina, en Colombia se cocinaba la protesta del Catatumbo, entonces no hubo quien la frenara”, comenta.Otros analistas consideran que el Presidente está asesorado por gente que no tiene ni visión, ni experiencia para desempeñar ese rol. Y lo ponen a hacer ‘osos’ como aparecer en una foto en piyama en una casa de interés social o a cometer errores como el de no asistir a la inauguración de los Juegos Mundiales, para evitar una posible chiflada.Economía“El Presidente Santos fracasó estruendosamente en el manejo de la economía”, afirma el analista y docente universitario Eduardo Sarmiento y sustenta su apreciación con el Plan de Desarrollo. “Se decía que este año iba a haber un crecimiento del 6 % y hasta hace poco el ministro de Hacienda (Mauricio) Cárdenas hablaba de 5 %, pero la realidad es que ese crecimiento será de menos del 3 %”. Por eso, asegura, hay una diferencia abismal entre las propuestas y los resultados.Explica que la industria lleva seis meses con decrecimiento y es el más grave de América Latina; la agricultura está estancada, la construcción no ha despegado, no hay relación en las cifras de empleo que presenta el Gobierno.“El modelo de revaluación generó un bienestar pasajero, que no era sostenible. A través de esas políticas se abarataron las importaciones y se destruyó la producción y el empleo.El exministro Camilo González Posso insiste en que ese modelo, del que habla Sarmiento, es excluyente y que los TLC pondrán en crisis al sector de la papa, al cuero y calzado por las importaciones de productos chinos.Protesta socialDesde hace 48 días arde Tibú, en Norte de Santander. Y como dice el expresidente Ernesto Samper en Twitter: “El hecho de que Catatumbo ya no sea noticia no significa que los campesinos y la Fuerza Pública no sigan peligrosamente enfrentados”.A esa zona viajaron varias delegaciones gubernamentales para negociar con los manifestantes, pero las partes no pudieron llegar a un entendimiento. La semana pasada la crisis se trasladó al Valle del Cauca, Quindío, Caldas y Antioquia. Los mineros se alzaron y bloquearon algunas vías del país.El exprocurador Jaime Bernal Cuéllar sostiene que hay que mirar de manera integral la situación porque se trata de problemas de inequidad que Colombia viene padeciendo desde hace muchos años. La exministra Martha Lucía Ramírez admite que no el problema viene de atrás, pero asegura que “cuando uno no tiene una planeación integral es lógico que se termine desbordando la capacidad de reacción”.La reelecciónEl presidente Juan Manuel Santos dijo que solo en noviembre anunciará su deseo de presentarse o no a la reelección, aunque ya anticipó que sí quiere que sus políticas se prolonguen en el tiempo.Sus anhelos, según analistas, podrían estar en grave riesgo por cuenta de la alteración que vive actualmente el país. Incluso, la última encuesta de Gallup, publicada a finales de junio, mostró que entre un 50 % y 76 % de los colombianos consultados desaprueban la forma como el Presidente maneja temas como la lucha contra la pobreza, la guerrilla, el costo de vida, el desempleo, la inseguridad y la calidad de la salud. El analista Juan Carlos Flórez dice que la “reelección se quemará en la puerta del horno porque esta situación ya no la arreglan ni los discursos ni los titulares de la prensa bogotana”. Otra visión tiene el senador Armando Benedetti, quien sostiene que ni las protestas ni las críticas de la oposición van a afectar al Presidente. “Por ahora Santos no tiene gallo al frente y mientras eso siga pasando, no va a tener quien le gane. Sus ideas en el tema de la paz seducen al igual que sus propuestas de corte liberal”. Agrega que prefiere un Presidente que esté en el 60 % de favorabilidad y no uno de 80 % porque siempre tendrá que estar cuidando su “buena imagen”.

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