Desde que asumió el cargo de Viceministra de Turismo en septiembre de 2013, Sandra Howard Taylor sabía que su papel sería protagónico en el trabajo del desarrollo en las zonas que por años fueron azotadas por el conflicto armado y que cuentan con gran potencial turístico.
Nacida en Providencia, es comunicadora social y periodista de la Universidad Externado de Colombia, con especialización en Gerencia de Gestión Cultural.
A pocas horas de la edición 37 de la Vitrina Turística Anato, que se realizará en Corferias, e irá hasta el 23 de febrero, la funcionaria esboza lo que es hoy el nuevo turismo en Colombia.
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¿Preparados para una nueva edición de Anato?
Es la feria más importante en Colombia para el sector turismo, pero creo que ya está siendo una de las más importantes de América Latina, porque estábamos cerca a la que se realiza en Argentina, pero quienes han asistido a ella, dicen que Anato la viene superando en contenido como asistencia y organización.
Cada vez con una mayor participación de expositores...
Cada vez hay más interesados en participar en Anato. Antes, el seleccionar el país y el departamento invitado era un poco más de ir a preguntarles si querían ser nuestros invitados, pero hoy se ofrecen, lo que demuestra la importancia que para ellos tiene la feria.
¿Cómo buscar el aumento de turistas extranjeros cuando Estados Unidos le informa a sus ciudadanos del cuidado que deben tener al visitar ciertas zonas del país?
Es normal, sucede todos los años con Estados Unidos y sus advertencias de viaje, que las hacen a muchos países. Lo que hizo Estados Unidos es cambiar la metodología con la cual realizaba estas advertencias, que ahora son unas asesorías o recomendaciones.
En esta nueva metodología, hace una clasificación de 1 a 4, siendo uno para los que no revisten mayor preocupación y cuatro donde están las alertas máximas. Colombia está en el número dos, por lo que pasamos de estar en una lista de países donde no se recomendaba viajar a estar en el segundo nivel, lo cual es un logro muy grande.
A propósito, cómo sido desarrollar el turismo en zonas que eran territorio del conflicto?
Ha sido un trabajo de filigrana, muy artesanal y de mucha paciencia, puntual y muy diferente en cada zona, porque los contextos son diferentes entre sí, tanto en lo cultural, político y lo ambiental. Es algo que como sector entendimos que iba a suceder hace unos cuatro años, escuchando el llamado que nos hicieron en cuatro regiones del país, con quienes empezamos a trabajar los cuatro proyectos pilotos de turismo, paz y convivencia. Fueron ellos quienes nos dijeron que querían empezar a explorar el turismo en sus regiones, para lograr un cambio en la vocación económica hacia la legitimidad, para no seguir emigrando hacia las ciudades.
¿Cuáles fueron esas primeras zonas que se fomentaron?
Empezamos con La Macarena (Meta), Putumayo, la Sierra Nevada de Santa Marta y el Urabá, donde desarrollamos un modelo de co-creación de la gestión turística, para empezar a trabajar en la reconstrucción de tejido social, la identificación de emprendimientos, fortalecimiento de los productos turísticos, inventario de lo cultural y ambiental de cada región para ver cómo poder incorporarlo y generar atractivos turísticos.
Hoy son pequeños empresarios que han empezado a compartir buenas prácticas y experiencias con otras regiones.
¿Cuáles han sido esos avances?
De las cuatro regiones iniciales, se ampliaron a seis, porque dividimos al Putumayo en dos y al Urabá en el antioqueño y chocoano.
A estas zonas, se unen Caquetá, Cauca, Vichada, Montes de María y Palenque, en Bolívar, donde uno de los retos es acortar el tiempo de aprendizaje con lo que hemos logrado en las zonas piloto gracias a la cooperación que se presenta entre ellas.
¿Qué se encontró en esas zonas antes de alto riesgo?
Son regiones que estuvieron inmersas en medio del conflicto y que desconocían por completo el concepto del ocio, que es vital en el tema del turismo, que en síntesis es el aprovechamiento del tiempo libre, pero no lo entendían y desde esa base empezamos estos desarrollos.
¿Y los resultados?
Hemos visto la transformación en zonas como el Putumayo y sobre todo de quienes lideran allí estos procesos, pero también la respuesta de sus comunidades, porque antes esta parte del país no hacía parte de la cadena del turismo. Sin embargo, con el fortalecimiento del tejido social, la vinculación al turismo ha sido exitosa y hoy tienen productos culturales y naturales, donde los turistas se encuentran con toda una experiencia. Se ha demostrado que se pueden ofrecer servicios y planes sin comprometer sus raíces, la diversidad o los valores culturales. Estas experiencias las mostraremos de manera amplia en Anato.
¿Qué tan difícil es lograr que los colombianos hagan turismo en antiguas zonas de violencia?
A veces para el extranjero es más fácil, porque no conoció todas las historias violentas que se entretejían en lugares que ahora estamos buscando presentar como turísticos, así que es más fácil para ellos llegar allí.
Hay que hacer un trabajo con los turistas colombianos, pero también con los medios de comunicación, para hacerles entender que si bien por décadas nos movieron las noticias negativas, hoy tenemos muchas historias de transformación para contar informaciones positivas.
¿En otras palabras ampliar el mapa de turismo en Colombia?
Las cifras de desplazamiento de turistas nacionales por Colombia nos demuestran que esos conceptos están cambiando y que los colombianos están visitando esos destinos que quedan en antiguas zonas de conflicto. Los destinos fuertes lo seguirán siendo, pero encontramos que la gente que va a Cartagena ha empezado a explorar otros lugares del Bolívar o del Caribe colombiano, lo cual es un gran avance, y el mapa del turismo en Colombia se ha ido ampliando.
¿Cuál es ahora la prioridad del Viceministerio de Turismo?
En su plan de los últimos años, el Ministerio priorizó los planes de alto valor, que no quiere decir que no sean bienvenidos los mochileros o los turistas de sol y playa, pero nuestra prioridad se enfocan en los productos que aportan más a la economías, ayudan cuidar los destinos y generan mayor transformación social. De ahí, el aumento del turismo de negocios que con los eventos que se están realizando en el país, ponen a Colombia en el calendario internacional.
“Debido a que los conceptos están cambiando los colombianos están visitando hoy muchos destinos en las antiguas zonas de conflicto”.