El pais
SUSCRÍBETE

La violencia ha cambiado la conformación familiar en Colombia

Colombia es el lugar del mundo donde hay más niños creciendo en hogares con padres ausentes y reemplazados, en muchos sentidos, por otros familiares: abuelos, tíos, primos, hermanos.

7 de julio de 2013 Por: Redacción de El País

Colombia es el lugar del mundo donde hay más niños creciendo en hogares con padres ausentes y reemplazados, en muchos sentidos, por otros familiares: abuelos, tíos, primos, hermanos.

Colombia es el lugar del mundo donde hay más niños creciendo en hogares con padres ausentes y reemplazados, en muchos sentidos, por otros familiares: abuelos, tíos, primos, hermanos. Los niños crecen en medio de dinámicas distintas.Más ausencia, menos comprensión De acuerdo con el Mapa de la Familia, el matrimonio se está convirtiendo en una opción lejana, en lugar de una necesidad para crecer, vivir mejor, ser feliz. El estudio dice que la unión libre sigue ganando terreno por varias razones: las más significativas, según los datos recogidos, flexibilidad en las relaciones y “falta de recursos monetarios y emocionales para asumir un compromiso, al percibir el matrimonio como un emprendimiento riesgoso”.El estudio, a partir de ese hallazgo, va más allá y cuenta que en algunos países como Colombia, donde las uniones fracasan y los hijos terminan creciendo lejos de su padres, el impacto de aquello se refleja directamente en la educación de los niños: “(...)En comparación con los estudiantes en familias biparentales, aquellos que viven con un solo padre tienen calificaciones más bajas en comprensión de lectura. Así pasa en 28 de los 37 países donde se recogió información”.La sicóloga Jacqueline Garavito, coordinadora de la Maestría en Familia de la Universidad Javeriana de Cali, dice sin embargo que la realidad no puede ser tan concluyente. Sobre la forma en que la ausencia de uno de los padres afecta la comprensión de lectura de un chico dice que, aquello, “tal vez sea una simplificación que corre el riesgo de hacer sentir en falta a las familias con conformaciones diferentes de la familia nuclear (papá, mamá e hijos). Es posible que la monoparentalidad pueda afectar la comprensión de lectura pero esta no es la causa en sí de la dificultad. Es necesario considerar las variables asociadas al hecho de ser madre o padre soltero, entre ellas la falta de apoyo familiar y social para la educación del niño o la presión económica y social para criarlo en un contexto que exige educar a una persona de bien”.La sicóloga confirma que, en Colombia, cada vez son más frecuentes las familias ‘recompuestas’ o ‘ensambladas’ constituidas por personas que forman un nuevo hogar, teniendo –al menos uno de ellos- hijos de relaciones anteriores quienes llegan a convivir con el padre o la madre y su nueva pareja. “Y también son frecuentes las familias transnacionales donde uno de los padres se encuentra fuera del país, quedando el niño al cuidado del otro progenitor o de los abuelos. Las familias homoparentales son también parte de nuestra, cada vez mayor, diversidad familiar”.Crece la fecundidad extramaritalLas tasas de maternidad extramarital son particularmente altas en América del Sur. Luego están los registros de Europa del Norte y Europa Occidental. En América del Sur, más de la mitad de los niños nacidos tienen madres solteras y Colombia registra los niveles más altos con el 85%. En grandes zonas de Europa, entre un tercio y la mitad de los niños nacen fuera del matrimonio, mientras que en Francia y Suecia sucede en más del 50% de los casos. En muchos países europeos la edad media de la maternidad es ahora menor que la edad media del primer matrimonio. En Colombia, las tasas de nupcialidad son más bajas en las mujeres menores de 30 años que en la totalidad de la población en edad reproductiva.Mónica Balcázar, sicóloga de Profamilia, dice que ese concepto referenciado en el informe como ‘fecundidad extramarital’ puede estar directamente asociado con los embarazos no deseados. De ser así, el porcentaje citado en el Mapa de la Familia debe tener un margen de error mínimo. Solo en Cali, el año pasado, el 16% de los 6450 partos registrados en el HUV correspondieron a menores de edad. La traducción de ese porcentaje es sencilla: 1032 niñas. El 20% de ellas, estaba teniendo su segundo hijo. Colombia es, igualmente, un país de madres precoces.Pese a todo, hay familias sonrientesHace unos años, la Universidad Javeriana de Cali desarrolló una investigación que buscaba determinar qué era lo que los jóvenes caleños consideraban como bienestar o malestar mental. Para ello, pusieron a disposición de los muchachos un abanico de imágenes. La sicóloga Jacqueline Garavito cuenta que la mayoría uso imágenes de grupos para mostrar lo que consideraban bienestar. Grupos humanos. “Las estructuras familiares cambian a lo largo del tiempo y las culturas, pero la necesidad que tenemos de los otros, de sentirnos reconocidos y queridos, es una constante. Son los otros quienes nos humanizan y la familia es esa primera humanización”, dice Jacqueline.Pese a todo, pues, Colombia es un país de familias. Y eso, pese a que el año pasado se hayan formalizado 18.015 divorcios. Y en 2011, 15.326. La Colombia feliz, es tierra de divorciados. Pero los divorciados, al parecer, conforman familias felices.Juan Daniel Perea tiene 30 años y dice que él es tipo feliz. Y lo dice así, como si aquello fuera en verdad sencillo. Él dice que para él lo es: es hijo de una familia recompuesta y aún vive con sus padres; ellos son los inversionistas de su negocio, un restaurante de almuerzos gourmet. Juan Daniel es alto y gordo. Y siempre está sonriendo. A veces el gesto parece la única arruga de su cara. El hombre dice que aunque han tenido muchos problemas, aunque en algún momento su negocio se fue a pique, sus papás siempre han estado a su lado. Nunca le han pedido que se vaya de la casa, ni han pensado que ayudarlo sea un disparate. Ellos son mis mejores amigos, dice mientras sonríe. La risa no se le borra. Es una arruga alegre.En el mapa de la Familia, los niveles más altos de satisfacción familiar se encuentran en América del Sur, donde el 74% de los chilenos reportan estar complacidos con su vida familiar. Colombia está por encima del 50%. Los niveles más bajos de satisfacción familiar se encuentran en Europa Oriental, donde solo el 31% de adultos rusos se encuentran conformes con su vida familiar.El amor tiene un ADN contagiosoLos investigadores del Mapa de la Familia creen que los chicos que crecen en hogares liderados por padres empleados, tienen una mayor posibilidad de generar vínculos fuertes con sus familiares y su entorno social. Según el estudio, las tasas de empleo de los padres en América del Sur no están mal en comparación con Europa y Estados Unidos: desde 68% en Chile y Argentina, hasta 90% en Perú. Colombia aparece con un 82% de padres empleados.Esto tiene una traducción: y es la posibilidad de que la estabilidad laboral permita a un padre pasar más tiempo con sus hijos. Lucio David González, psiquiatra de la Universidad Javeriana, dice que la fortaleza de los vínculos depende, sobre todo, de la calidad de ese tiempo: “En los indios Yanomami de Venezuela, los padres suelen estar con sus hijos el mayor tiempo posible durante el día. Consienten a sus niños; las mamás les dan leche materna a hasta los 4 años. Cuando crecen, esos niños se convierten en férreos guerreros: quieren ser como sus padres”.Santiago tiene 10 años y ama el fútbol. Es hincha del Cali. Y de Messi. En su cuarto, en Bogotá, tiene una foto enmarcada de La Pulga. Y en su clóset, decenas de camisetas del Barsa. Santiago es como su papá. Es igual. No importa que, biológicamente, alguna vez haya tenido otro. El papá de Santiago, ese que lo ama y lo lleva al estadio y le limpia los guayos, se llama Carlos Andrés Valverde. Valverde es un tipo adorable. Con Alejandra, la mamá de Santiago, tiene otro hijo: Nicolás, de 5 años. Juntos, son la estampa de una familia feliz. Como esas que utilizan los publicistas para promocionar mantequillas, carros, planes vacacionales. Valverde es dueño de un bar de salsa en Chapinero: Al Pasito. Un rincón para amantes de esa música que cuenta historias tristes con instrumentos alegres.Valverde entonces tiene que trasnochar mucho. Pero todos los días, sin falta, se levanta para alistar a sus niños, darles desayuno, hacerles los huevos como solo él sabe que les gustan, besarlos, desearles que les vaya bien en el colegio.Cuando ellos vuelven, a veces los tres se tienden sobre el tapete de la sala de su apartamento. Horas enteras a jugar juegos de niños. Horas y horas inventado universos para ellos. Una vez, haciendo eso, cuando Santiago tenía cuatro años, el chico le preguntó a Valverde si le podía decir papá. Ahora, al verlos juntos, la pregunta parecía innecesaria: el amor tiene un ADN contagioso. Quienes lo sienten, terminan por parecerse. Santiago, es igualito a su papá y su hermano.

AHORA EN Colombia