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Historias de triunfos y derrotas

Con más de cinco mil personas Juan Manuel Santos celebró en el Coliseo El Campín haber ganado la Presidencia de la República.Por otro lado, el buen ánimo de los simpatizantes verdes fue una constante durante la jornada de segunda vuelta.

21 de junio de 2010 Por: Elpais.com.co | Colprensa

Con más de cinco mil personas Juan Manuel Santos celebró en el Coliseo El Campín haber ganado la Presidencia de la República.Por otro lado, el buen ánimo de los simpatizantes verdes fue una constante durante la jornada de segunda vuelta.

La celebración de la Unidad NacionalEl escenario dispuesto en la pista del Coliseo El Campín parecía estar diseñado para un gran concierto, pero no fue así. Las cuatro gigantescas pantallas y los telones mostraban que allí se iba a celebrar la victoria del presidente de Colombia que más votos ha alcanzado en la historia del país, Juan Manuel Santos Calderon.La pista del Coliseo y las graderías del mismo se empezaron a colmar desde las tres de la tarde. Mientras que a fuera en las calles bogotanas, la lluvia no paraba de caer, al interior del Coliseo el ambiente era otro; la alegría, la emoción y el triunfo eran las notas predominantes.El escenario rompía en una gritería inmensa cada vez que en las pantallas se transmitían los reportes oficiales de la Registraduría, en los que Santos desde el comienzo fue el ganador sin duda alguna.Y es que la victoria ya se tenía calculada, porque todo se preparó con el cuidado de que nada se quedara por fuera. Más de una docena de grandes pancartas colgaban en distintos lugares del coliseo con la frase "Gracias Colombia".Muy calculadamente fueron apareciendo en las pantallas más frases, como la de "Santos presidente", o simplemente "Presidente".Con el paso de los minutos las medidas de seguridad se fueron intensificando, los asistentes corrían por una y otra gradería o pasillos con el fin de quedar lo más cerca de la tarima principal.La fila de personas públicas no se hizo esperar. Unos llegaron solos, otros acompañados, pero lo cierto es que allí en la pista estuvieron entre otros Germán Vargas Lleras, Andrés Felipe Arias, Carlos Rodado y Simón Gaviria.A sus lados estaban los emocionados seguidores de Santos, ellos vestidos con camisetas alusivas a la campaña y a Santos y Garzón, otros con los banderines del triunfo, y no faltaron los que tenían pitos y hasta una especie de vuvuzela que sonada de cuando en cuando.Pasadas las seis y treinta de la noche el espectáculo comenzó. Lo dispuesto no sólo fue para el discurso del presidente electo sino que la tarima se llenó de más de un centenar de músicos y bailarines.Interpretando tonadas que identificaban distintas regiones del país, los músicos dieron las notas para que cuatro grupos de bailarines danzaran en homenaje al gran acuerdo de unidad nacional.Y pocos minutos después, Santos hizo ingreso a la pista del Coliseo con su familia y el vicepresidente Angelino Garzón. En ese instante fue un solo grito el que retumbó y una cortina musical se mantuvo en el fondo por parte de los artistas que aún seguían dispuestos.Ya en la tarima, el movimiento coordinado de las luces, llevaron a que la atención se centrara en las familias Santos y Garzón, que fueron los únicos que estuvieron allí durante el discurso.Y con la alegría de escuchar al nuevo mandatario los asistentes le interrumpieron en más de 15 ocasiones durante los poco más de 30 minutos que habló.Uno de esos aplausos y gritos de emoción fueron se desprendió cuando recoció que su triunfo se lo debía al presidente Alvaro Uribe, de quien resaltó sus logros.En medio de felicitaciones, la caída de confetis y miles de globos Santos salió del escenario con sus manos puestas en el pecho como una forma de agradecer a los 9 millones de colombianos que creyeron en su propuesta de gobierno de unidad nacional."Hay que seguir hacia adelante": Partido VerdeEl ambiente que se respiraba en la sede de campaña del Partido Verde, contrario a lo que se podría pensar, no fue nada parecido a la tristeza o inclusive a la nostalgia, aunque eso no quiere decir que en el coctel de emociones vivido al cierre de segunda vuelta no hayan estado esos ingredientes.En contraste, al cierre de campaña tras los resultados de primera vuelta, donde el ambiente se podía cortar con un cuchillo no precisamente por su fluidez y distensión, el aire que se respiró durante toda la tarde del pasado domingo en el mitin Verde parecía más una fiesta y en momentos hasta un laboratorio de revolución social.Eso quedaba claro una vez se caminaba entre la marejada de camisetas verdes con girasoles al pecho que abundaban en el centro de convenciones A.R., donde las palabras más escuchadas fueron "hay que seguir hacia delante".Así, a medida que avanzó la tarde, y que los boletines de la Registraduría inundaron las más de mil cabezas y oídos de los acompañantes de Mockus, los ánimos no diezmaron. Al contrario, la ansiedad por escuchar a Antanas aumentó a la par de las risas, los saludos amistosos y las felicitaciones sobre el balance positivo del trabajo hecho.Y aunque los boletines en ningún momento reflejaron lo que las esperanzas guardaban más adentro, era claro que la consigna de la tarde orientaba a cada miembro de la Ola a mirar el crecimiento del partido (tres millones y medio de votos en seis meses) , antes que la innegable derrota en las presidenciales.Alguna vez Antanas dijo en entrevista que los humanos son más sensibles a variaciones medias que a cambios absolutos, eso tal vez se podía ver reflejado en algunos ojos rojos y voces cortadas por la frustración de ver el solio de Bolívar lejano y no la alegría de consolidarse como la segunda fuerza política del país.Sin embargo, tras el discurso del impulsor de la cultura ciudadana, el cual cayó como anillo al dedo por su aplomo y el tono esperanzador, la gente que asistió esgrimió pequeños estertores de alegría. Las razones fueron aquellos momentos en los que ratificaron que el fin no justificaba los medios para celebrar los logros obtenidos.Al final, Mockus, como preso del envión anímico bajó del cuarto en el que se internó tras terminar su pronunciamiento y se mezcló con voluntarios, con militantes de carne y hueso sin escoltas de por medio. Tras dar una entrevista en lituano, recibió abrazos y se fundió en la gente con las mejillas rojas de la emoción que sus palabras a veces no pueden explicar.Entre abrazos y aplausos Antanas dijo a voz en cuello que la Ola Verde es una insurrección ciudadana, a la cual una fanática –que es el término adecuado- respondió con un contundente "te amo Antanas" .Así, los verdes cerraron su primer gran reto electoral con un balance que no refleja números rojos y con la promesa de fortalecerse para 2014. Todo bajo la suma de movimiento social, fanaticada de grupo de rock y voluntariado social que sus integrantes dicen representar. Tal vez por eso los asistentes coreaban al terminar la noche "llegó el día llegó, llegó" con la caras rojas de tanto sentir la política como si estuviera clavada en el corazón. Al final, ante la pregunta. ¿y ahora qué?, Mockus respondió: "ahora todo".

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