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Ex ministro de hacienda critica la Reforma Tributaria

Guillermo Perry Rubio habla sobre la debilidad del Gobierno para gastarse el capital político en defender la reforma.

3 de junio de 2012 Por: Margarita Vidal | Redacción de El País

Guillermo Perry Rubio habla sobre la debilidad del Gobierno para gastarse el capital político en defender la reforma.

En momentos en que Colombia vive una notable expansión del PIB, crecen el empleo y el crédito, y al país llega gran cantidad de inversión extranjera, muchos quieren creer que nuestro país está ‘blindado’ frente a una posible debacle mundial desatada por la crisis europea, la débil recuperación de la economía gringa y la desaceleración del crecimiento chino. No así Guillermo Perry, que hace lúcidos análisis al respecto en su columna de opinión, para, sin alarmismos indeseables, explicar que, a pesar de la bonanza, hoy hay signos internos y externos menos positivos que el país y el gobierno deberían tener en cuenta, a fin de prepararse para afrontar posibles coletazos que nos podrían dañar el caminado. Perry es economista de Los Andes y tiene un doctorado en M.I.T. Ha sido director de Fedesarrollo, director de Crédito Público, Constituyente, senador por el Partido Liberal, ministro de Minas y Energía, ministro de Hacienda, director del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Profesor Visitante en la Universidad de Harvard, y ha escrito numerosos libros y artículos sobre macroeconomía. En la actualidad ha vuelto a la cátedra universitaria en su Alma Máter. En esta entrevista dice por qué no traga entero. ¿Cómo ve la Reforma Tributaria?Aquí se han intentado muy pocas reformas tributarias de tipo estructural. La de Santos está bastante bien en los aspectos que cubre, pero también hay cosas importantes que no contempla.¿Cuáles y cuáles?Está bien lo relativo al impuesto a la renta. Hacienda ha demostrado con estadísticas muy contundentes que ese impuesto en personas naturales es una vergüenza. No solamente recauda muy poco, sino que es profundamente inequitativo. Hay personas de salarios relativamente bajos que por retención están pagando más que algunas de las personas más ricas del país, en proporción a sus ingresos. Están proponiendo que la tasa marginal al salario suba hasta 50% y, en cambio, las rentas de capital más alto no pagarían sino hasta el 31%. Eso es discriminatorio y debe corregirse.¿Qué hay en cuanto a los llamados regímenes privilegiados?Hay cambios sobre la tributación de rentas de las empresas para quitar esos regímenes, bajar la tarifa a 27% y compensar para que no se disminuya el impuesto a las personas naturales y para que no le regalemos ingresos a las tesorerías de países ricos que tienen tasas más altas. Que se cobre un impuesto de dividendos adicional de 4 o 5%. Algunos dicen que con eso se está reviviendo la doble tributación, lo cual no es cierto, porque simplemente se está reconociendo que hay una tarifa más alta en las personas naturales que en las sociedades. Yo le sugerí al Ministro que para aclarar la confusión valdría la pena pensar en dar un paso más audaz, como sería adoptar el mecanismo -teóricamente ideal para que no haya doble tributación- que tienen la mayoría de los países europeos y Chile.¿En qué consiste?En que todos los dividendos se gravan en cabeza de las personas a la tarifa que ellos pagan de manera progresiva y lo que pagaron en la sociedad se descuenta como un anticipo. Equivale a que lo que se paga antes de dividendos es un anticipo a través de la sociedad, pero la persona realmente paga de acuerdo con su tasa marginal.¿Por qué hay tanta polémica frente al IVA?Porque hay una gran confusión tanto a nivel de la opinión pública como de los sectores políticos y de la Corte sobre el IVA, que es el invento tributario más importante del siglo pasado. Un impuesto que no tiene distorsiones económicas importantes y que, si se hace bien, no es difícil de recaudar porque adquiere autocontroles: cuando yo declaro mi IVA tengo que descontar lo que otros pagaron y eso ayuda a controlarlos. Tiene unos mecanismos muy interesantes y es el único impuesto indirecto que no atenta contra las exportaciones. Por eso en todo el mundo moderno se ha convertido en el impuesto principal y los países que más lo usan son aquellos que saben que la redistribución importante se hace por el lado del gasto y no de los impuestos.¿Y en cuanto a productos exentos? En muchas partes se dejan exentos unos pocos productos importantes pero aquí la lista es muy grande. La canasta familiar tiene mil y pico. Hay un trabajo reciente de Roberto Steiner que muestra que las exenciones que estamos dando en el IVA o rebajas de tarifas, dizque para proteger la canasta familiar de los pobres, lo que hacen es beneficiar a las personas de ingresos altos, más del 80%. Hemos destrozado ese impuesto porque con esa cantidad de exenciones y tantas tarifas distintas, se volvió difícil de administrar y hay mucha evasión. ¿El Gobierno qué proponía?Una propuesta atípica porque lo que hacía era ponerle un impuesto pequeño a los bienes exentos. Varios economistas, entre los que me incluyo, hemos argumentado que no deberíamos tener más de dos tarifas y a lo sumo tres o cuatro productos exentos realmente importantes, si se quiere compensar a los sectores de ingresos más bajos. Como se les encarecería un poquito lo que compran, se les puede hacer una devolución a través de la Dian y de Familias en Acción o algún mecanismo parecido. ¿Por qué el Gobierno se echó para atrás cuando se filtró el ‘borrador’ de la reforma?Es que aquí tenemos una imposibilidad política aparente -y francamente, ridícula- de hacer con el IVA lo que hacen los países escandinavos. Yo he sido bastante positivo con este Gobierno, pero hemos visto que cada vez que trata de hacer algo, si alguien grita, se echa para atrás y creo que así no se puede gobernar porque demuestra debilidad. Me parece que hay el deseo de conservar a cualquier costo una popularidad política que, por el contrario, hay es que gastarla para avanzar en lo que valga la pena.En resumen, ¿el IVA no está generando los impuestos que debería? No, y la razón de fondo por la cual aquí no hay suficiente plata para mejorar la educación, arreglar el problema financiero de la salud, para los niños, para quitar los parafiscales que causan informalidad y desempleo, es porque el impuesto que debería generar muchos recursos y que es el IVA, no los está generando y nos estamos es pegando un tiro en el pie.¿Cuáles son los peores impuestos que se deberían desmontar?Los parafiscales y la manera como estamos financiando el seguro de salud, porque esas dos cosas están condenando a la informalidad o al desempleo a muchísima gente de ingresos bajos. A quienes tenemos ingresos altos no nos afectan pero sí afectan a la gente que está cerca al salario mínimo. En realidad en Colombia está alto frente a lo que es el ingreso promedio de la productividad de la economía, entonces no se contrata mucho y por eso Colombia tiene uno de los niveles más altos de informalidad y desempleo en la región, en un momento en que estamos creciendo. El Gobierno no ha querido tocar ese tema porque también se volvió exageradamente político y presenta una confusión peor aún que la del IVA.¿Cuál e s la confusión?Que apenas uno dice que hay que reducir los parafiscales por lo menos para los salarios mínimos o alrededor de dos salarios mínimos, al otro día hay avisos –pagados con plata de los contribuyentes- de las Cajas de Subsidio Familiar y del Sena, cuando nadie ha dicho que se los van a quitar. Allí hay manipulación. La propuesta que en su momento hicimos Mauricio Santamaría y yo, es que por lo menos eliminemos los parafiscales y la contribución solidaria de salud para los que reciben salarios de uno y medio salario mínimo. Y de ahí en delante –uno y medio, y dos y medio- se reduzca parcialmente. De dos y medio en adelante, que los paguemos totalmente. Eso para reducir un poco el costo fiscal y la necesidad de que haya que aumentar mucho otros recaudos para compensar.¿Cómo se financiarían entonces el Sena, ICBF, las Cajas de Compensación?Con presupuesto nacional y no a través de los parafiscales porque causan informalidad y desempleo.¿Por qué el lobby tan violento en contra?Porque para ellos es mucho más cómodo recibir la plata de los parafiscales directamente, como recursos que nadie les discute ni les hace rendir cuentas, mientras que si es por presupuesto nacional tienen que justificar lo que están haciendo. ¿Quieren evitar un control?Así es, un control como el que tienen todas las demás entidades, que deben demostrar todos los años por qué están pidiendo lo que piden. El país, tarde o temprano, tiene que abordar ese tema, porque es una aberración.¿Por qué le hizo usted una crítica a la Junta del Banco Central en relación con el alza de intereses?En los primeros años a partir de la Constituyente fui muy crítico cuando el Banco hizo dos cosas, una permitir, y hasta estimular -claro que esto no me lo aceptan- una revaluación cambiaria para ayudar a bajar la inflación. No ayudó pero sí creó un déficit enorme en cuenta corriente, que llegó al 5% del PIB en el año 94-95 y que tuvo que ver con la crisis cambiaria del año 99. El origen de esa crisis viene de atrás, porque a principios de los 90 se manejó una política monetaria muy laxa, con tasas de interés negativas, reales, que generó un ‘boom’ de vivienda por cinco años. Como siempre pasa, vino la crisis. Luego, en el 99, ellos decidieron dejar de defender la banda cambiaria que se había vuelto indefensable.Para finalizar, una pregunta política, ¿cómo analiza la actitud de feroz oposición del ex presidente Uribe al gobierno Santos?Empiezo con una anécdota personal y espero que no se ponga bravo mi amigo Ruddy Homes por recordarla. Cuando yo era Ministro de Hacienda me preguntaron qué opinaba de mi antecesor (Ruddy) y yo dije: “hombre, como Ministro de Hacienda fue bastante bueno e hizo reformas importantes y otras en las que no estoy de acuerdo. Pero como ex-ministro de Hacienda ha sido el peor, porque cualquiera que haya pasado por este cargo sabe que es tan difícil manejar, que lo que debería hacer era tratar de ayudar a su sucesor y no estar sobándolo todos los días y haciéndole la vida imposible”. Eso es multiplicado por cien en el caso de Uribe, a quien todos le reconocemos que en su primer gobierno hizo cosas fenomenales que pasarán a la historia. En el segundo fueron más las malas que las buenas. Pero como expresidente ha sido el peor de la historia de Colombia, porque no hay derecho para lo que está haciendo. Atacar implacablemente y a todas horas a su sucesor, torna el clima imposible. Eso le ha hecho mucho daño al país y ha dificultado la tarea del gobierno, pero sobre todo le ha hecho un daño impresionante a la imagen del propio Uribe. Yo lo que veo es que la mayoría de la gente que era incondicional con él en el sector privado y en las clases medias y altas, está muy decepcionada con esa actitud, que más que una posición a nivel de poder, es una actitud antipatriótica porque uno no le puede hacer eso a su país. ¿Y cómo ha visto el ingreso de Santos al ring?El presidente Santos había manejado esto divinamente al principio. Hablaba de su ‘karma’, de que no pelearía con Uribe y decía que le seguiría haciendo el reconocimiento que merece, pero últimamente ha caído en la trampa y eso ha tenido su costo. Creo que debería volver a su posición anterior, que dejaba a Uribe peleando solo, y le daba a él una poderosa y aplaudida imagen de autocontrol y de generosidad de espíritu.

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