El sueño de estudiar que el agua se llevó en Corinto y que ahora intentan recuperar

La avalancha del río La Paila acabó con varios sueños empresariales, como el caso de Lorena Ávila, corinteña que hace doce años junto con un empresario de la región fundaron el Instituto Técnico de Gestión Empresarial, Itgem, cuya sede funcionaba en el Núcleo Escolar, el cual fue arrasado por toneladas de barro y lodo la noche del martes 7 de noviembre.

Así, y en cuestión de segundos, la furia de la naturaleza destruía este proyecto académico, el mismo que gracias al trabajo de Lorena Ávila y Giovany Peña Paz crearon para que la muchachada corinteña contara con la oportunidad de prepararse en áreas técnicas para emplearse con mayor facilidad, es decir, materializar sus proyectos de vida.  

“Un mes de junio, hace doce años atrás, Giovany Peña Paz llegó al pueblo con la idea de edificar un instituto para que los jóvenes se prepararan, para dejar atrás esa dificultad de trasladarse a Cali u otras localidades para hacerlo. Entonces inició el proyecto entre los corinteños, por eso nos tocó ir prácticamente de calle en calle, de barrio en barrio, de vereda en vereda, diciéndoles a los pelados que ya podían cumplir sus sueños de contar con un estudio formal”, cuenta Lorena Ávila al exponer la triste historia del final de la sede de este plantel educativo.

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Poco a poco, se edificó un espacio en diferentes áreas técnicas, que al final terminó en la mejor forma de estudiar y emplearse en poco tiempo, en un poblado de por sí con pocas opciones laborales, donde además, las actividades ilícitas arrastran a los jóvenes por malos senderos.

Primero fueron 300 alumnos en sus inicios, para el momento de la tragedia, 600 muchachos cursaban los cinco programas que ofertaba, como auxiliar contable, técnico en sistemas, auxiliar de enfermería, auxiliar en la primera infancia y técnico en seguridad ocupacional.
A mediados de junio de este año, se graduó la mitad de estas personas, quedando el resto de ellas porque eran las que empezaban ahora en enero, luego que se matricularan.

“Ver cómo el río nos destruyó este proyecto es muy duro, porque estábamos impactando la región, éramos el espacio para que los muchachos ocuparan su tiempo libre, se prepararan en lo que ellos gustaban y luego empezaran a trabajar en la Alcaldía, en las ONG que están en la zona, en los ingenios o en el hospital, porque uno de los programas más escogidos era auxiliar de enfermería, entonces uno sentía un orgullo ver que esa muchacha que estuvo en nuestras aulas, ahora era una funcionaria del hospital, donde trabaja para su vida como para el bienestar de los corinteños”, agrega Lorena Ávila.

De hecho, María Fernanda Usnas Cayapú, la joven que murió junto con su bebé durante la emergencia cursaba un técnico de sistemas en este instituto junto con su joven hijo, en diciembre ella se graduaba, y a raíz de su desempeño académico, las directivas aceptaron que ella cumpliera su dieta en casa, desde donde continúan con sus estudios.

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Pero el destino quiso otra cosa. Su hijo terminó por despedir a su mamá y hermano. Ahora su meta es culminar el ciclo preparatorio para graduarse, porque dice Lorena Ávila que Itgem continuará labores en Corinto.

“Con la ayuda de Dios vamos a hacer los grados este 17 de diciembre, la vida no acabó de esto, nuestros estudiantes se han esforzado mucho por esto y estamos vivos aún para hacerlo, a la par con esto, estamos gestionando para tener de nuevo la sede y trabajar por este Corinto que amamos, si no dejamos de educar en medio de las balaceras de la guerra, ahora menos, lo que hay es que trabajar”, acota esta corinteña.

Monumentales ollas donde se cocinan caldos, arroces y guisos; varios pares de manos picando legumbres, pelando papás; cientos de corinteños hambrientos que solo les basta un buen almuerzo para seguir adelante con la remoción del lodo. Ese es el ambiente que se vive en los cuatro comedores comunitarios que hay en Corinto y donde varios chefs y cocineros del Valle y el Cauca han llegado para ayudar con lo que mejor saben hacer.

Diego Fernando Marín es uno de ellos, es corinteño pero trabaja en el Club de Ejecutivos de Cali como cocinero.

“Hemos llegado con tres chefs desde Cali, también hay estudiantes de gastronomía de Cali. Se está haciendo: desayuno almuerzo y comida. Todo empezó con tres ollas y la gente comenzó a traer alimentos para cocinar, desde las fincas comenzaron a bajar mercados: plátanos, yucas”, comenta.

Y agrega: “Los alimentos llegan desde varios puntos. Hay gente que está aportando dinero, remesas, pero se necesitan más. Se está cocinando para 800 personas (en cada servicio). Nosotros estamos en uno de los cuatro comedores pero hemos tenido que ampliar. Hay gente que viene desde Cali en carro nos trae agua y víveres. Así como llegan los alimentos los vamos metiendo a la olla”.

Diego Fernando, estima que son cerca de 30 personas, cocinando casi doce horas ininterrumpidas cada día.

“Ha llegado gente de Florida Valle y hasta de Bogotá a ayudar. Muchas personas se han integrado con la iniciativa. Estamos ayudando Corinto en la mente. Lo que les digo a mis paisanos es: ‘ya lo que pasó pasó y hay que seguir para adelante’”, concluye.

El Defensor del Pueblo, Carlos Negret, aseguró que pedirá a la Corporación Autónoma Regional del Cauca, CRC, información sobre los estudios de riesgo que se tenían para la zona de Corinto, tras la avalancha que provocó la creciente del río La Paila y que dejó cuatro muertos.

Señaló que se pedirá información sobre las obras que debían hacerse en el municipio para mitigar el riesgo de este tipo de situaciones.