El pais
SUSCRÍBETE

Cuatro diferencias entre el primero y el segundo mandato de Santos

Contrario al 2010, Santos llega este 7 de agosto con agenda propia, con una imagen política de centro, amplio respaldo en buena parte de las regiones y con la promesa de trabajar con sentido social.

3 de agosto de 2014 Por: Hugo Mario Cárdenas López | Reportero de El País

Contrario al 2010, Santos llega este 7 de agosto con agenda propia, con una imagen política de centro, amplio respaldo en buena parte de las regiones y con la promesa de trabajar con sentido social.

El Juan Manuel Santos que recibirá este 7 de agosto por segunda vez la banda que lo identifica como Presidente de la República, no es ni la sombra de aquel exministro de Defensa que se posesionó en el 2010 arropado en las banderas del uribismo y la Seguridad Democrática.No solo porque ya no es el heredero de ningún legado, sino porque después de cuatro años de mandato ha respondido exclusivamente a su agenda, a un estilo propio de gobierno, basado en sus convicciones y, a diferencia de hace cuatro años, el 8 de agosto no se despertará pensando en una estrategia de gobierno que le permita salir avante en una nueva reelección presidencial.Tampoco es el presidente de derecha, como lo matricularon sus oponentes en la campaña del 2010, porque su ideario político y el trabajo que mostró en torno a los temas sociales y a las comunidades más vulnerables del país lo acercó a varios sectores de centro y de izquierda, al punto que recibió en su reelección el apoyo electoral de movimientos como la Unión Patriótica y el Polo Democrático.Para el analista y politólogo Ancízar Marroquín, con un mandato mucho más libre es apenas lógico que para el presidente Juan Manuel Santos hayan cambiado las prioridades en referencia a lo que fue su primer gobierno.“Por esa experiencia o madurez del primer periodo encontramos a un presidente mucho más consciente de lo que puede y lo que no puede hacer. Es por eso que en esta campaña no salió con la retahíla ofreciendo empleo, salud, seguridad o educación, sino que solo ofreció un acuerdo para terminar el conflicto armado con las Farc, porque de ahí se desprende que con la paz habrá más dinero para inversión”, aseguró.También creen los analistas que si el Mandatario hace justicia a los postulados del proyecto electoral ‘Santos II’, que permitió sostenerse en el primer cargo por otros cuatro años, debería hacer un mandato en el que se dé un trato prioritario a las necesidades de comunidades distintas a las que habitan en el centro del país.No obstante Juan Carlos Flores, analista y politólogo, aseguró que su segundo gobierno será el mismo en el sentido en que seguirá privilegiando un sector gremial y empresarial minoritario del país, pero muy influyente y favoreciendo con contratos a la clase política, como, según él, fue el estilo en los primeros cuatro años de gobierno.En esencia, estás son las cosas que marcan una diferencia entre lo que fue el primer gobierno de Juan Manuel Santos y el que comandará a partir del próximo 7 de agosto.1. Llegará con agenda propiaA diferencia de lo ocurrido el 7 de agosto del 2010, cuando Santos llegó a la Casa de Nariño para darle continuidad a la agenda de la Seguridad Democrática del expresidente Álvaro Uribe, está vez el Mandatario tendrá su agenda propia.Tal como lo han señalado algunos analistas, esta vez el Jefe de Estado podrá llegar con sus propias prioridades y con los que considera que deben ser los temas esenciales para opinión pública en Colombia.No obstante, el analista y politólogo Vicente Torrijos considera que más que una agenda propia, Santos llega es con una agenda abierta porque en el anterior mandato tampoco llegó con la agenda de Uribe sino que traía la suya oculta.“La agenda con la que llegó Santos a su primer mandato fue simple apariencia porque él ya traía su agenda propia basada en una política exterior y de negociación con las Farc diferente a la que se estableció en el gobierno Uribe”, aseguró Torrijos.2. Perfil político rediseñadoEl discurso de que el reelecto Presidente era el candidato de la ultraderecha, que se enarboló en el 2010, quedó sin fundamento en esta última campaña y hoy varios sectores lo ven, incluso, con una tendencia política muy distinta.Bien porque su propósito era buscar un segundo mandato o bien porque quiso hacer un gobierno centrado en superar la enorme brecha social y de pobreza en el país, hoy varios sectores en el país ven a Santos lejos de la derecha.Para el exministro Camilo González es claro que Santos se ha movido hacia el centro con el tema de la tercera vía y su discurso social y en favor de la paz.“Lo que ha querido hacer con Vargas Lleras como vicepresidente es equilibrar. Mantiene con él los sectores de derecha y con su discurso se corre al centro. Con Angelino balanceó a la izquierda y ahora prefirió balancear por la derecha”, aseguró el exministro.3. Un gobierno de regionesLa desbogotanización de la política y el respaldo que le entregaron regiones como la costa Atlántica y el Valle del Cauca, que fueron los pilares de su reelección presidencial, también dibuja un nuevo mapa de poder en el que habría mayor representación de personas ajenas a la capital del país.Y es que en medio de lo reñida que fue la elección en primera vuelta y del amplio respaldo que mostraron las costas en segunda ronda, lo que esperan los analistas es que en este periodo se descentralice más el Gobierno Nacional y el Presidente mire más a las regiones.De hecho, ya la bancada parlamentaria de la Costa Atlántica empezó a pedir mucha más participación en el gabinete con base a los resultados de las elecciones presidenciales de junio.El analista Diego Luis Sánchez cree, sin embargo, que pedir puestos no es el tipo de acciones que puede emprender el Gobierno para favorecer una región.4. Vicepresidente de otro estiloCon un programa social que mostró amplias bondades como el de las viviendas gratis, Santos no necesitó esta vez a un candidato a la Vicepresidencia de izquierda para llegar a esos sectores que lo veían como un dirigente capitalino y con poco sentido social. “Ya conociendo los avatares de la jefatura del Estado, se dio cuenta que no es necesario tener representados en la Vicepresidencia a los sectores sociales para hacerse acompañar de ellos y de la izquierda. Que una buena gestión social era suficiente y para evitar verse tan de izquierda y moverse más hacia el centro optó en esta oportunidad por un vicepresidente como Germán Vargas Lleras; lo importante para Santos no eran unos sectores sociales que acompañaran a Angelino sino uno sectores sociales que lo acompañen a él, su campaña y su propuesta en forma real y efectiva”, dijo el analista y politólogo Ancízar Marroquín.Los errores en los que no puede recaerAunque son varias las cosas en las que un jefe de Estado puede errar durante sus años de gobierno, las salidas en falso dependen desde el punto de vista que se miren, según los especialistas en el tema político.Por eso mientras algunos consideran que fue un error confiar en la palabra de las Farc para tratar de sacar adelante el proceso de paz en ocho meses, otros aseguran que esa fue una clara decisión de Estado con el propósito de superar medio siglo de conflicto armado interno y que darle una oportunidad a la paz no puede calificarse como un error.Sin embargo hay otras situaciones en las que sí existe consenso como el tema de las relaciones con los sectores políticos. Para los analistas el Mandatario debe cuidarse de saber movilizar el Estado en función de las que considere sus prioridades de gobierno y no para complacer a los sectores que lo ayudaron a llegar a la Casa de Nariño.Otro tema sobre el cual debe prestar especial atención el Jefe del Estado en materia política, para evitar una ruptura en la Mesa de Unidad Nacional, es el trato equilibrado con los partidos que integran esa coalición de Gobierno.En especial, porque el trato preferencial hacia el Partido Liberal ya ha generado celos políticos en otras colectividades como el conservatismo y la U que ya han reclamado mejor trato en otras oportunidades.Mejorar las comunicacionesTambién creen que es necesario mejorar en materia de comunicaciones porque buena parte de las realizaciones de su primer mandato se quedaron en el tintero porque no se supieron informar. Ese vacío informativo creo confusión y afectó duramente el Gobierno e, incluso, puso en riesgo la reelección presidencial.Lo más grave, señalan los expertos, fue que ante el silencio establecido por el Gobierno sobre las negociaciones de La Habana se logró afectar las relaciones entre el Presidente de la República y amplios sectores de las Fuerzas Armadas, que entendían los diálogos en Cuba como una amenaza y la posibilidad de un debilitamiento de la fuerza ante el supuesto fortalecimiento del grupo armado ilegal mientras avanza el diálogo. Mejorar la información sobre ese proceso es otro desafío.Proceso de pazSobre la negociación que se adelanta con la guerrilla de las Farc en La Habana para dar por terminado el conflicto armado en Colombia, los analistas también creen que el Santos de hoy podrá ser mucho menos tolerante con las imprudencias y los actos terroristas del grupo armado ilegal en contra de la población civil, como ha ocurrido en los últimos días, en los que por primera vez les advirtió que podría pararse de la mesa si no excluyen a los ciudadanos de sus actos criminales.

AHORA EN Colombia