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Ataques cibernéticos aumentan en Colombia

Un ‘hacker’ le cuenta a El País qué motiva a un experto en el manejo de la web a realizar ciberataques al Gobierno. Se cree que en Colombia hay 150 activistas virtuales.

24 de julio de 2011 Por: Adolfo Ochoa Moyano, reportero de El País.

Un ‘hacker’ le cuenta a El País qué motiva a un experto en el manejo de la web a realizar ciberataques al Gobierno. Se cree que en Colombia hay 150 activistas virtuales.

Está sentado a mi lado en una panadería, en el centro de Cali, con un vaso de avena fría en una mano y con una expresión tímida detrás de los gruesos lentes de unas gafas de aumento.Lleva una camisa curuba y un pantalón gris que le hacen juego bastante bien. Los zapatos lustrados. Gomina en pelo. No debe tener más de 35 años. Parece que se afeitó más temprano. Huele a colonia. Es un tipo cualquiera, en una panadería cualquiera. Nadie puede sospechar que él fue quien, con un computador tan primitivo que cualquier teléfono móvil lo supera en capacidad, velocidad y tecnología, logró penetrar a la página web de una conocida universidad pública del país y puso un sarcástico aviso que rechazaba el incremento de las matrículas.De eso ya han pasado años. Pocos recuerdan la anécdota, pero quienes sí la recuerdan no dudan en llamarla hazaña.No me da su nombre real. Me pide que lo llame ‘Anarquista’. Antes de continuar me señala algo: él no es un delincuente virtual y la única razón por la que aceptó entrevistarse conmigo es porque quiere dejar claro lo que es. Él no utiliza sus conocimientos de sistemas e Internet para robos, estafas o desfalcos, como creen muchos. No. El ‘Anarquista’ es un ‘hacktivista’.Desde las trincheras virtualesIncreíble pero un grupo mundial de ‘hacktivistas’ que se hacen llamar ‘Anonymous’ violó el jueves pasado la seguridad de la página de la Otan y extrajó una giga de información privada. Los activistas realizaron el ataque para rechazar una operación del FBI de Estados Unidos en la que 14 de sus miembros fueron detenidos.Y ellos están en Colombia. Aquí rechazan la llamada Ley Lleras, un proyecto de reforma constitucional que busca, impulsado por el titular del ministerio del Interior y Justicia, Germán Vargas Lleras, desactivar cualquier contenido virtual que infrinja los derechos de autor. El 11 de abril de este año un ejército de hacktivistas afiliados al capítulo colombianiano de ‘Anonymous’ bombardearon con visitas la página oficial del Ministerio del Interior, provocando su colapso total.Durante seis horas seguidas el ciberataque se mantuvo sin tregua. Nadie podía siquiera entrar. De ese bombardeo al Gobierno hicieron parte al menos 75 personas que conocen a la perfección cómo burlar sistemas de seguridad sin ser descubiertos, sin poder ser detenidos y, además, haciendo imposible que los rastreen.El ciberataque consistió en enviar miles de peticiones de ingreso al portal, hasta que éste no pudo atenderlas todas y colapsó. Es igual que si muchas personas intentan pasar al mismo tiempo por una puerta y se quedan atascadas.Su siguiente ataque fue este 20 de julio. Este grupo enfiló baterías el pasado miércoles en contra de la cuenta de Twitter del ex presidente Álvaro Uribe, quien no tuvo control de ella por siete horas.También infiltraron el Facebook oficial de Juan Manuel Santos y al final publicaron en redes sociales la base de datos privada de la Policía Nacional en la que había correos electrónicos privados, teléfonos personales y hasta direcciones de agentes de la Fuerza Pública.¿Actos de revolución o delitos?Liliana Cruz, quien hace parte de la Fundación Casa del Bosque, una organización que pretende la difusión de conocimientos tecnológicos, asegura que a pesar de que esos ataques estuvieron dirigidos contra instituciones oficiales, su objetivo no fue delictivo.Ella asevera que un ‘hacker’ y en especial un ‘Anonymous’, es un activista social y político y jamás un criminal. Hace hincapié en que cualquiera que obtenga beneficios económicos luego de violar códigos de seguridad para delinquir, deja de ser reconocido como un ‘hacker’ y se debe referir a él como un ‘cracker’.Germán Gallego, de la Universidad Autónoma de Occidente y experto en sistemas, explica que desde el momento en que se creó una comunidad invisible, virtual y mundial en la Internet (1995) se determinó que no habría ningún beneficio económico individual y se acordó que quien fuera sorprendido delinquiendo sería castigado.¿Robin Hood en la Internet?Mi segundo encuentro con ‘Anarquista’ es en un centro comercial. Yo le había pedido pruebas de que él sí era un ‘hacker’ y no sólo un aficionado a la tecnología con un tremendo poder de convencimiento.Él saca un portátil muy pequeño de su morral. Sentados en la plazoleta de comidas se conecta al WI FI gratuito (conexión inalámbrica a Internet) y en menos de tres minutos se apodera del PC de alguien que está, al parecer, en la Contraloría Municipal de Barranquilla.Sonríe como si lo que acaba de hacer fuera atarse los cordones de los zapatos.Luego me jura que ese es uno de los trucos más simples que un ‘hacker’ puede realizar. Yo le pregunto cuál es su objetivo. ¿Qué sentido tiene arriesgar la libertad, su empleo y hasta su futuro por atacar a grandes corporaciones o al gobierno colombiano?‘Anarquista’ me responde que se trata de igualdad: en Internet hay muchos conocimientos privados, como por ejemplo softwares que permiten hacer más fácil una tarea de un contador o un abogado. ‘Anarquista’ recalca que su objetivo y el de la mayoría de hacktivistas es el de ‘piratear’ esos contenidos y hacerlos gratuitos, al alcance de todos. Yo insisto en que eso sigue siendo un delito y él no lo niega. En realidad sí lo es.En Colombia existe la Ley 1273 de 2009 que creó nuevos tipos penales relacionados con delitos informáticos y la protección de la información y datos con penas de prisión de hasta 120 meses y multas de 1.500 salarios mínimos para quien incurra en estos delitos.‘Anarquista’ habla como un activista y hace énfasis en que esa es otra condición de un hacker: tiene que tener consciencia social. Dice que no sólo se deben tener conocimientos de tecnología. Insiste en que cualquiera puede tenerlos si es paciente y comprometido para aprender de desarrollo de software y lenguaje de Internet.Pero, ‘Anarquista’ remarca que es necesario tener talante de líder, querer el bien común. Informarse. Ver noticieros.Suena bonito. Pero, Germán Medina, experto en marketing político, opina que nadie puede basar sus posturas y buscar un cambio social desde el anonimato. El especialista añade que el anonimato del que se jacta ‘Anarquista’ es su principal debilidad. “Les resta credibilidad”, sentencia Medina refiriéndose a ‘Anonymous’.Esta misma postura la comparte el experto en Internet Víctor Solano. Para él, la labor que adelanta el grupo ‘Anonymous’, que según ‘Anarquista’ podría tener entre 20 y 30 miembros en toda Colombia, es loable ya que busca beneficios comunes para la mayoría, pero el simple hecho de no dar la cara, los hace ser más una anécdota y un fenómeno mediático, que un movimiento social y político serio. Un investigador del CTI de la Fiscalía asegura que el no tener identidad se presta para que personas que no hacen parte del grupo se aprovechen para cometer ilícitos.Ocultos a plena vistaQuiero saber cómo es posible que ‘Anarquista’ haga parte de una suerte de grupo de revolucionarios virtuales sin rostro y que nadie los pueda rastrear cuando atacan páginas oficiales como la del Senado de la República o la del presidente Santos.Él responde que están ocultos a la vista de todos. Dice que nunca se conectan desde sus hogares. Siempre buscan WI FI gratuito en centros comerciales, bibliotecas públicas, aeropuertos.De esa manera, la marca única que tiene un computador cuando se conecta a Internet es casi imposible de localizar. Además, la manera en la que se comunican para planear los ataques es más arcaica que avanzada tecnológicamente.‘Anarquista’ me explica que ellos mismos desarrollan softwares de comunicación para hablar entre ellos. Es decir, nunca usan redes sociales o se conectan a salas de chat como la mayoría lo hace.Ellos mismos crean chats y redes sociales y solamente quienes han probado ser hacktivistas tienen las claves de ingreso.Esos softwares son básicos, por lo que las autoridades, que buscan actualizarse constantemente no se molestan, la mayoría de las veces, en rastrear sistemas tan viejos y poco usados, y allí es donde están los hackers.Algunos ‘hackers’ inclusive no se conectan a Internet a través de la tradicional extensión www (la que usa la mayoría de quienes se conectan a la red) sino que lo hacen por otra vía. De hecho, hasta hace unos cuatro años, existió un sitio en la red que se llamaba Isla Tortuga en el que los hackers se reunían para planear sus nuevos ataques y para ponerse retos.Él asegura que casi siempre que los hackers descubren una grieta en la seguridad de un sitio web, la reportan inmediatamente para que sea corregida. Esto con el objetivo de que nadie los tilde de delincuentes.Otro hacker caleño que se hace llamar 'Lamo' me dice que la empresa en la que trabaja actualmente lo contrató después de que él violara un sistema de seguridad por el que pagaron $40 millones y él les dijera que habían perdido el dinero.Lamo ni siquiera se ha graduado de ingeniería de sistemas y ya tiene un sueldo que supera los $1,5 millones. Le pagan para que busque todos los errores que tiene la página oficial de la compañía y los corrija para evitar cualquier tipo de ataque virtual, de cualquier naturaleza.Entretanto, ‘Anarquista’ se despide de mí. “Ya le dije todo cuanto puedo”, sentencia después de apagar su portátil. Dice que los ataques de ‘Anonymous’ al Gobierno no se han detenido, que el hacktivismo está muy fuerte en Colombia, donde, según él hay solamente 150 personas dedicadas de lleno a eso. “Pero, eso es un ejército ¿sabe?”. Asiento con la cabeza. No lo dudo.

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