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Antes que acabe el año también habrá relaciones con Ecuador: Canciller

La canciller María Ángela Holguín dice que hay un avance en los temas críticos con Ecuador. Asegura también que en las relaciones con Venezuela habrá prudencia hacia afuera y firmeza por dentro.

15 de agosto de 2010 Por: Hugo Mario Cárdenas y Diego Martínez Ll.

La canciller María Ángela Holguín dice que hay un avance en los temas críticos con Ecuador. Asegura también que en las relaciones con Venezuela habrá prudencia hacia afuera y firmeza por dentro.

¿Cuál es su secreto para haber conquistado al presidente Chávez, que no sólo dio un vuelco en su actitud frente a Colombia en pocos días, sino que hasta le regaló rosas rojas?(Risas) La verdad yo tengo una excelente relación con el presidente Chávez desde que fui embajadora en Venezuela. Siempre le dije lo que pensaba, siempre le dije cómo debíamos tratar de manejar las relaciones y nunca hice ninguna declaración contra él o contra la situación de Venezuela, porque considero que uno como embajador no deben meterse en los asuntos del país en el que está cumpliendo su misión. Creo que eso él lo agradeció mucho.Pero haber logrado semejante resultado en tan corto tiempo, parece demostrar que a Colombia le va mejor cuando tiene mujeres al frente de la Cancillería, como ocurrió con Noemí Sanín y con María Emma Mejía. ¿No será que ese cargo se lo debíamos escriturar a ustedes las mujeres?No creo que haya cargos para mujeres o para hombres, pero las mujeres somos más detallistas. En la diplomacia eso cuenta, somos menos competitivas y menos dadas a tener que decir siempre la última palabra, eso es más masculino. Sí creo que las mujeres, de pronto tienen más chance de que les vaya mejor en este cargo, por ser más cuidadosas en el lenguaje.¿Esa prudencia fue la que la acercó a Hugo Chávez?Yo soy prudente hacia fuera, pero firme hacia adentro. Creo que uno tiene que cuidar el lenguaje que utiliza hacia el exterior. Pero el tema con Chávez fue más de una conversación muy directa, franca, pero muy cordial. Todo dentro de un respeto por el otro y por las diferencias. Eso permitió construir una relación que sí es especial.A propósito del encuentro entre los presidentes Chávez y Santos, es innegable que hubo cordialidad, pero guardando la distancia. Ahí no hubo abrazos. Da la impresión de que Santos guarda un poquito la distancia. ¿Ese va a hacer el talante de las relaciones entre Colombia y Venezuela: un poquito juntos, pero no revueltos?No, lo que pasó es que ese día era la primera vez que se veían dos personas, que han tenido muchas diferencias. Entonces, el escenario no era como para abrazos. Pero en mi sentir lo que fue más positivo es que logramos decir lo que cada uno piensa, del otro, de cómo ven la relación y los desencuentros y yo creo que eso es útil a futuro, saber qué piensa el otro y a partir de ahí poder construir algo sólido.¿A pesar del carácter tan voluble del presidente Chávez, usted tiene plena confianza en que esta ‘luna de miel’ sea perdurable?Yo sólo tengo plena confianza en mi hijo. (risas) Digamos que sin tener elementos objetivos, yo creo que esto es distinto, pienso que se dan unas condiciones que no se habían dado nunca. Por un lado, ese diálogo tan franco y por otro lado, la presencia de Unasur fue importante. Están los dos presidentes, pero hay una instancia regional participando. Eso es importante. Es la primera vez que Colombia no habla de comercio, o sea que el peso nosotros se lo estamos dando a la situación de seguridad. Nuestras prioridades están centradas en algo que queremos que avance y es el tema de la seguridad. En la asamblea de la Andi, usted dijo que la clave para construir buenas relaciones con Venezuela es la prudencia. ¿Cuántos sapos se va a tragar el gobierno colombiano por mantener las buenas relaciones con Venezuela?La prudencia, como le digo, es hacia fuera. Yo tuve una reunión el domingo con el canciller Maduro muy larga, donde le dijimos todo lo que pensamos y creemos, sin necesidad de decírselo a los medios. Es que la prudencia no es hacia el Gobierno de Venezuela, es hacia los externos de la relación. Porque yo no creo que uno, saliendo a decirle todo a los medios, produzca un mejor efecto en el interior de la relación.Muchos analistas creen que el gobierno de Uribe le prestó un gran servicio al actual gobierno, al denunciar, en sus postrimerías la existencia de campamentos de la guerrilla colombiana en Venezuela, porque eso ablandó a Chávez. Y si no se hubiera hecho eso, a ustedes les hubiera costado más restablecer las relaciones...Yo no lo veo así. De todas maneras ese era un tema que se iba a tocar en la nueva etapa, el tema de las pruebas que hay sobre la presencia de la guerrilla en la zona venezolana. Yo creo que precipitó de pronto cosas, que se hubieran podido venir más adelante.Pero les ahorró una confrontación...El rompimiento de una relación trae consigo tal cantidad de carga negativa para la gente, no hablemos de los que no pueden vender, hablemos de la gente que vive en la frontera. Es mucho el riesgo que uno tiene en países como Colombia y Venezuela con esa frontera tan grande, tener un rompimiento de relaciones. En lo posible se deben evitar esas rupturas, me hubiera gustado que se hubiera evitado ese momento.Usted reconoció que la deuda de los empresarios de Venezuela con sus pares colombianos es uno de los obstáculos más grandes para recuperar la confianza del empresariado hacia Venezuela. ¿Qué hará el Gobierno para que se honren esas obligaciones ?Venezuela no sólo le debe plata a Colombia, otros países tienen dificultades por ese concepto. Lo que pasa es que con la situación surgida en julio del año pasado, todo se volvió mucho más lento y digamos la posibilidad de diálogo con ellos disminuyó. Pero digamos que en la reunión del martes el presidente Hugo Chávez mostró sus mejor disposición para solucionar ese tema y yo creo que va a ser así.Usted ha manifestado que Colombia no va a insistir en la verificación de las denuncias sobre la presencia de las Farc en Venezuela ¿Es por prudencia?El tema de las Farc se trató durante la reunión de los presidentes, yo le diría que en un porcentaje muy grande se habló de ese tema, se habló de la seguridad en la frontera, del tema del narcotráfico. Al resto de la agenda, del tema de pagos, de los proyectos en Infraestructura, le invertimos el 10% del tiempo. Lo que sí queda claro es que ese es un tema para que lo hablen los presidentes sin conversarlo hacia fuera. Lo importante es que la situación en algún momento empiece a ser distinta y por eso no vamos a seguir mirando hacia atrás.¿Qué se debe hacer y qué no para que las buenas relaciones con Venezuela, sean perdurables?Sobre todo se debe cuidar el lenguaje. Eso lo hablamos con Venezuela. Eso es muy importante. Se debe evitar la diplomacia del micrófono y tener paciencia, trabajar. Poquito a poquito uno va construyendo un castillo. Estoy convencida de que si avanzamos poco a poco y somos prudentes, podemos construir una relación muy sólida.Canciller, ¿por qué, a pesar de que la confrontación con Venezuela fue tan dura, tan aguda, tan crítica, se resuelve tan rápido y por qué con Ecuador llevamos casi dos años y medio en un tire y afloje y no hemos podido restablecer esas relaciones?El problema de Ecuador es que ellos han fijado tres puntos casi inamovibles para restablecer plenamente la relación, y dos de ellos han sido difíciles de manejar. Uno, era la entrega de los computadores de ‘Raúl Reyes’ que el presidente Santos ya le entregó al presidente Correa el fin de semana anterior. El otro, es que quieren tener las pruebas de cómo fue la operación como tal, quieren saber las bombas de qué origen son, si los aviones eran colombianos, si se utilizó la base de Manta, si intervino Estados Unidos. Para Colombia entregar esa información es complejo; ese ha sido el mayor impedimento.Hay unos temas que no son críticos y que ellos sienten que Colombia no los ha hecho avanzar y que es lo que vamos a tratar de empujar: uno, el tema fronterizo. Yo voy dentro de dos semanas a Ecuador a recorrer con el Canciller la frontera, a mirar si hacemos proyectos conjuntos, si acometemos la ampliación del puente Rumichaca; y vamos a mirar el problema social en la frontera. Digamos que esos eran temas, que no eran críticos de la hoja de ruta, pero que ellos consideraban fundamental que Colombia hiciera alguna señal de que le interesa ese tipo de proyectos. Lo que vamos a hacer es mover lo que no es crítico, para ver si avanzamos.¿Pero cree que antes de acabarse este año va a haber relaciones plenas entre ambos países?Sí creo. Porque el gesto del presidente Santos de entregarle los computadores a Correa, fue algo que cambió su actitud. Obviamente es una relación que no es fácil, usted ha oído a Correa decir todo el tiempo que él no perdona. Sabemos que no es una relación que fluya, como puede fluir con otro país, porque él tiene mucha aprehensión, pero ahí le estamos trabajando.La escucho a usted hablar del papel que desempeñó Unasur, y uno ve que ese organismo poco a poco va copando el espacio que antes tenía la OEA. ¿Usted cree que Unasur va a terminar sustituyendo a la OEA?No creo, entre otras cosas porque a Unasur le falta la mitad del continente. En este caso específico yo creo que es un tema de confianza, el presidente Chávez hace mucho tiempo ha hecho manifestaciones de que no confía en la OEA y para poder hacer un acercamiento se necesita que las partes confíen y el presidente Kirchner (secretario general de Unasur) tiene una buena relación con Chávez. Eso ha sido positivo porque es una voz distinta a nosotros. El problema con la OEA es que para nosotros es confiable, pero para la contraparte no.Parece que a Chávez no le gusta la OEA porque no la puede manejar como él quisiera. En cambio existe la percepción de que la Unasur es un organismo más chavista que cualquier otra cosa. ¿ En esas condiciones Colombia puede confiar en Unasur?Nosotros nos sentimos tranquilos allí. Está Chile, está Perú, que son los países con los que nosotros de pronto estamos más identificados. Pero parte del cambio que tiene que haber es que uno tiene que respetar la forma de pensar del otro, no puede ser que si yo no pienso como usted no podemos hablar de nada. Yo creo que en esto el presidente Santos fue clarísimo. Que él y Chávez no piensen igual no quiere decir que no puedan trabajar por los pueblos que lo necesitan. Hay algunos síntomas de que el Gobierno quiere ‘desestadounisar’, sus relaciones internacionales. Dentro de la gira que hizo el presidente Santos, antes de posesionarse no incluyó a Estados Unidos, y hay gente que cree que este acercamiento con Ecuador y con Venezuela, implica un alejamiento con Estados Unidos...Las relaciones con Estados Unidos son extremadamente buenas. Lo que ocurre es que el presidente Santos se había encontrado con Hillary Clinton quince días antes de ser elegido y no tenía lógica volver a hablar con ella, entonces lo que quiso fue aprovechar el tiempo que eran como dos o tres semanas para hacer una presencia mayor en Europa. Y en el tema de América Latina la gira obedeció a que es la región más importante, es la interlocución natural para nosotros y valía la pena que el Presidente conociera sus pares antes de que asumiera. Pero para nada hay un alejamiento con Estados Unidos, lo que sí es claro es que todo no puede girar en torno al TLC. Uno de los lunares del gobierno Uribe parece haber sido el manejo de las relaciones internacionales. ¿Qué cree que debe hacer Santos para no repetir los errores que se cometieron en los ocho años pasados?Las relaciones fueron un reflejo de una situación y de lo que vivió el país en ese momento. Yo creo que en eso cada situación para cada gobierno cambia y así cambia su relación con el exterior.En el gobierno anterior y en otros hubo mucha improvisación en la Cancillería, que no fue manejada por profesionales sino por políticos que se nombran embajadores para pagar favores ¿No es hora de profesionalizar la cancillería en Colombia?Sin duda, yo sí creo que estamos en mora de eso. Un país como Colombia no puede improvisar tanto en un tema tan crítico. Por el contrario, requiere un servicio exterior que ayude a cambiar la imagen del país, que ayude a que nos vean distinto, que ayude a que nos perciban como una potencia en muchos frentes. En eso todo está por hacerse.

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